Era ya una mañana cualquiera. Mei y Ryuk se levantaron temprano como de costumbre. Su rutina diaria donde se levantaban, acomodaban la cama, Mei iba directo a la cocina preparar el desayuno y Ryuk levantar a los niños.
Dante se levantaba rápido, apenas y escuchaba los pasos de su padre así que para él no había problema. En cambio Brenda si era más dormilona y si no despertaba a la primera. La dejaban descansar otro poco, y eso era algo típico todos los días.
Después todos se disponían a ir a la mesa mientras Mei cocinaba, Ryuk platicaba con los niños acerca de lo que hizo ayer. Con algo de exageración para que le pusieran más atención. Llegaba la hora de la comida y todos ansiosos, pues el simple olor a lo que preparaba Mei era demasiado exquisito y sin igual.
Las palabras que decía Brenda eran -Demasiado estupendo el olor no podía esperar más de ti mami, ojalá y en un futuro sea como tú de buena-
Dante resaltaba con -Me encanta el olor de tus comidas, se ve mucho mejor de como las preparas-.
Y Ryuk terminaba con un elogio -No solo son tus besos los más exquisitos, son tus comidas las que me vuelven loco.
En seguida solo Mei inclinaba la cabeza con símbolo de agradecimiento. Se ponían a comer y después la rutina del día a día. Cada uno a hacer sus ocupaciones y deberes que les tocaban.
Pero esa mañana era distinta, ya que hoy harían una de las actividades muy poco comunes, de hecho con muchas ocupaciones de Ryuk en esas semanas pues era muy poco probable hacerlo. Sin embargo, gracias a que hoy no tenía, ni quería tener planes de trabajo comunes para ese día, decidió decirle Mei y a los niños. -¡Hoy saldremos de día de campo!-.
Al momento de decirlo, Brenda salto de felicidad y fue a correr a su padre para darle un abrazo. Dante asintió con la cabeza mientras que Mei con la cabeza moviéndose hacia los lados, se acercó a Ryuk, le toco la cara con una mano y le dijo.
-Haciendo cosas sin avisar, improvisando y sin ponernos de acuerdo. Nunca cambias verdad.
-Ya sabes como soy, debes de estar preparada para estas cosas- sonreía con la vista perdida en ella.
-Sí, pero también me gustan las sorpresas amor- Respondió mientras sus labios se dirigían a los de él y antes de juntarse se escuchó la voz de Brenda.
-Estoy aquí saben- justo en medio de ambos mientras se sentía apretada por sus padres.-Oh lo siento no te vi Jeje- Exclamo Mei mientras reía.
-Es que eres chaparra- hablo Dante -Aun te falta mucho para crecer
-Tal vez sea chaparra pero no tonta como tú- Contesto mientras fruncía el gesto y sacaba la lengua.
-Ya chicos no se peleen- dijo Ryuk. -No discutan por tonterías-
-Está bien-
-Está bien-Después Mei empezó a reír, para que en unos segundos todos la acompañaran y terminaran como locos riéndose sin una razón aparente. Y así empezaba la gran mañana de día de campo. Con risas, peleas y planes de improviso.
Cruzando el bosque que se encontraba a varios metros de distancia de la casa. Pasaron el rio donde Dante y Ryuk se sentaban a pescar para la cena. Brenda le gustaba irse saltando entre árbol y árbol como si fuera un chango. Era demasiado obvio porque era la más inquieta de todos y al ir al campo con mayor razón.
Llegaron al inmenso terreno que tanto estaban esperando. Brenda se tiro al pasto y comenzó a rodar en círculo. Mei saco las cosas de las canastas que llevaba modelando Ryuk mostrando su musculatura, o eso creía porque sus poses eran raras pero geniales para su amada Mei. Dante solo ayudaba a su madre a acomodar las cosas para preparar la comida del día. Cuando termino fue directo con Ryuk y Brenda que estaban jugando en el lago que se encontraba en medio del pastizal.
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BLUE FIRE
Ficción GeneralEn un pueblo muy alejado de las grandes ciudades del reino, habitaba un joven de 17 años llamado Dante. El tenia una vida muy pacifica y estable con su familia. Sin embargo tras un serie de sucesos, donde se ven involucradas desapariciones, el gobie...