BLUE FIRE

9 • Soldados en el pueblo - Marta y Barry

Era ya medio día, la hora favorita para los rayos del sol que salían invadiendo las calles del pequeño pueblo. De igual manera, el reflejo de esa gran estrella brillante del profundo del cielo sobre las aguas rápidas del río del campo, y también encima de las calmadas de las praderas en primavera.

Así mismo, era el momento en el que muchos de los habitantes no se podían observar por ni un lado de la localidad, de izquierda a derecha y por si acaso se podría encontrar a Lois, un pobre ciego que pasa por las mañanas a pasear con su pero Alfonsee, quien era muy juguetón. Iban a un comedor ubicado en el centro del pueblo. Viejo pero aun con mucha energía para andar de un lado a otro con Alfonsee.

Sin embargo, dejando aparte a Lois, las calles en esa hora están muy abandonadas. La razón de tal cosa se debía a que la mayoría del pueblo se iba a los ríos rápidos para darse un buen baño, a pesar de poder hacerlo en casa, pero lógicamente no hay nada mejor que sentir las ondas de las aguas, las empapadas entre los niños que jugaban ahí y el aire fresco y a gusto que mandaba la brisa tan relajante.

Las mujeres aprovechaban dándose una pequeña mojada en el cuerpo y cabellos, Solo se quitaban una o dos prendas. Otras más atrevidas se desnudaban por completo. Aun así no era tan mal visto, pues solo se encontraban rodeadas de niños aun pequeños y las demás chicas. Además aprovechaban que muchos hombres se encontraban trabajando del otro lado del pueblo con la cosecha, pesca y talando árboles para la construcción y mejoramiento de material para las actividades del día a día.

Otros estaban en sus casas comiendo con sus esposas e hijos. Todos tenían sus actividades tan rutinarias como estas. Pero de vez en cuando ir a pasar de un lado a otro por las calles de la ciudad también era común en algunos días. Y uno de esos días, era hoy.

Cercas del centro, por la florería de la señora Bernath, se encontraban caminando Dante y Mei, Ambos iban a el mercado, donde la mayoría de la gente en Miércoles va a disfrutar de un rico guisado de las señoras ya viejas, Alicia y Samantha. Unas enchiladas de las señoras amargadas pero con un buen gusto en la comida. O si no por un delicioso Pozole de la Señora Rosy, exquisito y fabuloso para muchos, encantador para otros, y magnifico para pocos. Y horrible para nadie. Tenía un talento para ello, desde 15 años con el negocio de cocina económica vendiendo entre otros guisados y platillos. Pero el mejor de todos era el Pozole Verde con una salsa de chiles serranos que picaban de manera brava pero brutalmente deliciosa.

Dante y Mei no iban por esos platillos tan sabrosos. Lo que ellos iban a buscar era la carnicería de Barry. ¿Por qué comprar carne cuando la puedes cazar?, en realidad Barry traía y llevaba carne de algunos animales muy difíciles de cazar, y era tan famoso como en esa ciudad, como en la comarca del León. La familia de Barry es de la ciudad central en Red River, capital y estado principal del reino. Su negocio fue tan reconocido por trabajar con  carne de calidad.

Barry llegó apenas ya hace algunos años para abrir su negocio en este pequeño pueblo donde vio potencial para la venta. Para su beneficio era que apesar de la clientela no compraba a grandes cantidades como en otros lugares,adquirían los suficientes para que Barry se mantuviera.

Además de eso era buen negociando y socio. Hacía trato con campesinos, pescadores o cazadores para ayudarles a repartir o promocionar la mercancía afueras del pueblo. Era muy buen amigo de muchas personas y mercaderes del pueblo.

Su local se encontraba a la vuelta del pasillo, no tenía mucha competencia, más bien tenía apoyo. A su alrededor se encontraban una florista con las flores más emotivas de la zona. Unas eran inclusos fuera de ella, de la ciudad o los bosques del camino donde los viajeros se perdían pero muy pocos regresaban. Para Marta, no era un problema, pues como creció en una cabaña cerca de esos rumbos obtenía la posibilidad de ir y venir conociendo la zona.