BLUE FIRE

12 - ¿El señor Jones? - Miedo encontrado.

Parecería como unas nuevas horas de búsqueda del señor Jones o de pistas sobre él. Sin embargo, algo entre los árboles, el viento y las hojas sonó. ¡Era un grito!, parecía familiar, raro y perturbador combinado con lo escalofriante, que si de por sí ya era demasiado raro. Dante, que esperaba oír mínimo un animal, pero no, era el de una persona. Ryuk pensó que podría ser el señor Jones. Aunque la verdad el no recuerda esa misma voz, la recuerda un poco más aguda a la que se siempre escucha del mismo. Por otra parte, Dante pensaba que ese grito no fuera hecho por el señor Jones, la duda lo dejo demasiado extrañado.

-Oye, papa, ¿esa es la voz del señor Jones?.
-hm... para ser honesto es casi la misma, pero un poco más diferente la verdad - tomándose de los pelos se puso a pensar un rato - Espero y sea el, solo que pueda sé que se enfermó con este tremendo frio y le haya cambiado la voz por ello.
-Esperemos en Dios que así sea- Hablo Dante con la esperanza de que fuese esa voz la del señor Jones.

Empezaron a moverse dónde provenía aquel sonido. Era más difícil desplazarse por ese bosque, El estorboso con ramas , ahora con árboles más juntos, chuecos y a punto de caerse. Aun así, tanto como Ryuk y Dante esquivaban y escabullían entre tanto obstáculo.

Justo se detuvieron al volver a perderse. Ambos miraban a ambos lados, con la única vista a los mismos árboles y ramas. Ryuk dijo -Un momento Dante, no hagas ningún ruido- Entonces solo pasaron unos segundos de silencio, sin moverse, aguantando la respiración para no distraerse con cualquier ruido, aunque fuera muy débil, podría confundirles. Liego de eso, se volvió a escuchar aquel grito de unos momentos atrás. - ¡Vamos!- Exclamo Ryuk al instante en un movimiento rápido por dónde provenía aquel sonido. Volvieron a correr, brincando troncos caídos, atravesando huecos entre las ramas y pasar por debajo de las mismas. Los pasos que daban, la velocidad en la que iban, los obstáculos que pasaban y la presión que sufrían por la temperatura baja que se encontraba ahí, eran con esperanza, con la fe de que esa voz era de Jones. Aunque, no descartaban el temor de equivocarse y ser otra cosa que ni siquiera se asemejara al él.

En el camino rápido que seguían, hubo algo el cual los detuvo. Eran ropas que portaba Jones. Ryuk las sostuvo y lo confirmo. Jones estaba aquí y ese ruido puede ser de Jones definitivamente, entonces siguieron corriendo apenas volvían a escuchar ese ruido. Pero, no se pusieron a pensar por qué había ropas de Jones en el camino. Solo anduvieron con la esperanza por delante.

Entonces, se volvió a escuchar el grito, esta vez atrás de unos arbustos. Dante y Ryuk se pararon. Tomaron un tiempo para tomar aire antes de decidir atravesar o no aquel gran arbusto. Entre ellos se miraron y solo asintieron con la cabeza. Solo faltaba cruzar las hojas entre ellos y el lugar donde provenía el grito, y así, poder descubrir si la esperanza que tenían que fuera el señor Jones, fuese correcta. Llego el momento y Ryuk alzo su mano directo al arbusto. Empezó a mover de rama en rama del mismo, y lo que descubrió cuando quito la última rama, fue un lugar distinto al bosque. Eran un espacio muy abierto, lo que había en el suelo era un pastizal con algunas hojas secas caídas. Sin embargo, en el medio había solo un piso rocoso del color blanco. Pero eso no era lo que más sorprendía. Lo que se encontraba en medio de ese lugar, fue algo que lo dejo, completamente sin aliento sin aliento...

Lo que vio, fue a un hombre sentado en el frio suelo. Fue algo tenebroso tan solo mirarlo de espalda. El color blanco de su palidez se asemejaba a la de un oso polar. Su columna se distinguía demasiado. Su cuerpo se notaba muy escuálido, hecho huesos completamente. No tenía una cabellera completa, pero se alcanzaba a ver que unos pelitos sobresalían de él en su cabeza. Era algo escalofriante verlo, tan solo eso y Ryuk ya ni quería dar un paso más. Era incluso aterrado el simple hecho que estuviera ahí sentado nomas. Y mucho más terrorífico, el hecho de que, si de él provenían los gritos de peligro, por qué ahora, está muy calmado como si nada hubiera pasado.