19 - El Nuevo Comienzo.

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Ya era mañana del día siguiente. Dante se despertó con una decaída en su autoestima como siempre. Noto que Lucy no estaba en la habitación, pensó que ya había salido. Se levantó de la cama y fue al baño. Hizo sus necesidades, cepillo sus dientes y lavo su rostro. Miro al espejo y vio su cabello todo desarreglado. Tomo un peine que estaba ahí, suponía que era nuevo pues no tenía restos de pelos rubios en él. Se arregló el cabello dejándolo como antes, cuando todavía estaba con su familia .Cuando termino salió de ahí y miro que había una nota escrita en el escritorio. Tomo la hoja y la leyó.

"Dante, tenía que irme rápido por unos asuntos del trabajo así que no pude quedarme a verte despierto. Te deje unas prendas sobre el sofá, espero que te queden. De cualquier forma regresare como a las 2:00 pm para ver como sigues. Nos vemos."
Posdata: Recuerda que iremos con el Coronel a las 3:00 pm.

Vio la ropa mencionada en la carta sobre el sofá. Solo era una camisa de botones, un pantalón negro y unos zapatos nuevos. La ropa interior también estaba incluida. Se terminó de vestir y fue directo a verse en el espejo del baño. Mientras se observaba en el espejo venían recuerdos de cuando su madre le daba un baño, le vestía y peinaba. Esos recuerdos cuando era un niño y dependería todo el tiempo de su madre.

Llego Lucy –Ya regrese- Dante salió a verla para saludar. –Parece que te encon...-

Cuando Lucy vio a Dante con una imagen nueva se sorprendió – ¿Ah?, ¿Quién carajo eres tú? ¿Qué haces en mi habitación?-
-¿Eh?- rápido se abalanzó contra él y lo tiro al piso haciéndole una llave. -¡¿Qué te pasa?!- Le reclamo Dante.
–Eso debería decirte yo a ti, ¿Cómo te atreves a entrar a mi habitación sin mi consentimiento?- Le respondió Lucy mientras lastimaba con mucha presión a Dante que apenas podía aguantar. –Soy... yo... Dante- Al escuchar sus palabras, Lucy lo observo detenidamente y lo soltó. – Perdón- Dante apenas pudo incorporarse. –Sí que eres del ejército- Pronuncio Dante que sentía el cuerpo adolorido.

-Ya te dije que lo siento así que no te quejes- Dijo Lucy mientras le sacudía la espalda. Mientras lo hacía observo detenidamente a Dante por todos los lados y ángulos. Él se incomoda y le replico -¿Qué me estas mirando?- Lucy soltó una risa. -¿Ahora de que te ríes idiota?- molesto por la reacción de la teniente pregunto Dante. A lo que ella respondió –Jeje cómo es posible que unas cuantas prendas y cambiando el cabello se pueda ver diferente alguien-

-¿Crees que me veo bien?
-Claro
-¿Enserio?
-Pero no te hagas ilusiones... una mujer como yo nunca voltearia por un joven como tú. Eres solo un niño.
-¿Qué?- Volvió a molestarse por la respuesta de la teniente.

-En fin no importa- Lucy cogió unos papeles del escritorio. – ¿Estás listo?
–Por supuesto- Contesto Dante acomodándose las ropas que llevaba.

Salieron de la habitación y se dirigieron directo a las oficinas generales del recinto. Dante observaba los pasillos por donde caminaban. Veía soldados, por aquí y por allá. En algún punto le recordaba el mercado del pueblo, pero en vez de locales, eran habitaciones, en lugar de las señoras chismosas y gordas que siempre iban comer o comprar los ingredientes para preparar en casa. Y sin el olor de fruta podrida desagradable.

-Me siento raro- Pasaban las palabras por su cabeza. Mirando de un lado a otro, era de las primeras veces que salía de la habitación, no imaginaba estar en un lugar así, más bien no imaginaba salir. Las personas suelen ser muy pensadoras e imaginarias cuando no tienen cosas que hacer, fantasean del futuro, como llegara a ser, como quisieran que fuera. Las personas normales buscan sueños y pasiones. Por la mente del chico solo desesperación y depresión acompañaban su lamentar interno. Es imposible andar aun con la soga atada al talón, tropezar y retardar el tiempo hacía difícil olvidar la masacre. ¿Qué habrá pasado con el pueblo? Esa pregunta vino de golpe por su mente, nunca se puso a pensar en ello. El solo siguió viviendo por la espera a una muerte. Pareciera que hubiera necesitado el aire para poder pensar. aunque fuera una desagradable imagen y cuestión de muy mal ánimo. Mínimo era una señal de que Dante ya estaba fuera del área de confort de cuatro paredes a su alrededor. Por fin volvió a interesarse por algo fuera de ese cuarto.

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⏰ Última actualización: Aug 14, 2019 ⏰

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