11 • El Bosque - Las penumbres

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Después de unos metros caminando, llegaron a lo que sería su aventura por aquel bosque. Lo primero que vieron y notaron, fue que los arboles eran de gran tamaño, a comparación de los de otros bosques que habían ido. La madera parecía ser muy resistente, difícil de cortar para un buen leñador. Las hierbas y ramas estaban muy encimadas. Pareciera que fuera casi imposible atravesar todo eso. El sol apenas y se podía asomar entre las hojas y ramas de los gigantescos árboles.

Ryuk, mirando lo que se podía ver del bosque le pregunto a Dante -¿Seguro que quieres seguir adelante?
Dante apenas y pudo escuchar de lo asombrado y temeroso que le producía el bosque. Reaccionando, trago de su saliva y asintió con la cabeza.

El miedo era demasiado obvio y se podía sentir. Ryuk solo tomaba la calma pero Dante solo quería hacerlo rápido para salir de ahí. Tomando aire y fuerzas, ambos dieron paso adentrándose a aquel bosque misterioso. Con el único objetivo de encontrar a Jones y marcharse ahí. Directos con Estefanía para comer rico y sabroso.

Apenas comenzaban a caminar sobre el piso, donde las hojas de los arboles habían caído pero el viento que ni siquiera entraba las había movido y simplemente se encontraban tiradas en el suelo. Pisarlas incluso provocaba una ansiedad en ellos.

A pesar de no a ver una brisa, el frío y los escalofríos se podían sentir en su piel. Sus corazones latían con aceleración. Las piernas se les cansaban, la pesadez del cuerpo incrementaba,  sus manos y labios temblaban por el frío. Sus ojos se nublaban. Y el miedo florecía como pétalos en primavera, dejando aparte el lado bonito y solo el temeroso.

Dante veía por un lado y por otro para ver si no se perdían, mientras que Ryuk solo caminaba a su costado pensando en donde pudo meterse Jones. Aun con el hormigueo en su piel se procedían a adentrarse más y as a la profundidad del bosque.

El tiempo parecía eterno, el camino cada vez más largo y pesado, el miedo incrementando. No se podía discutir por donde se encontraba el norte, pues increíblemente al darse cuenta ambos, perdieron la salida donde había entrado. En ese momento ambos se voltearon y miraron de frente.

-Seguro que por ahí era la entrada, ¿Verdad?-Hablo Dante
-Creo...- Respondiendo Ryuk tratando de no sonar tan inseguro

"Era de esperarse" rondaba por la cabeza de Ryuk. La decisión de regresar se precipitaba a ya no ser opcional. El camino de vuelta se iba perdiendo entre las ramas y árboles que abundaban en ese bosque. El escalofrió de ni si quiera tener una pista de Jones o de la salida les aterraba completamente el alma. La angustia no desaparecería, pero la cordura y fe se podrían aproximar con cada paso que daban. Sin embargo, a pesar de saberlo, Ryuk y Dante decidieron proseguir.

Pisada a pisada que daban, el objetivo ya se alejaba. Ya no era tan posible como en el momento de convicción muy grande que sentían, justo antes de entrar al bosque, a unos cuantos metros de la misma y sin conocer el interior. No, ahora lo que les consumiría no sería fuerza y valor, si no frustración y desilusión.

Sin embargo, los milagros existen, la esperanza volvería aparecer.

En lo que avanzaban, Ryuk percato algo entre todas las ramas, justo de lado de un árbol casi destrozado. Colgaba un objeto que era nuevo ver entre tantas ramas y hierbas del bosque. Ryuk fue directo a ella, Dante al no darse cuenta solo corrió atrás de su padre para no perderse luego y quedar solo. AL llegar, Ryuk tomo lo que estaba atorado en la rama del árbol. Era un suéter café de la lana de la señora Lucrecia (Madre de Jones). A los ojos y esperanzas de Ryuk, no podía significar nada más que Jones paso por aquí. Dejando aparte de que solo es el suéter y dando a entender que la vida de Jones sigue siendo desconocida y posiblemente ya acabada. Para Ryuk era un arcoíris en medio de la tormenta,

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