Capítulo 25

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Sentada en una cafetería se encontraba Gina leyendo el periódico, pasando páginas llegó a la sección de deportes, sus ojos buscaban alguna noticia referente a Gorka. Solo pudo leer referente al mundial y como iba la clasificación. Apenas se decía nada referente a su vida privada. (Perfecto, yo tampoco sé nada de él) Se dijo a sí misma ella.

De pronto vibró su móvil, se trataba del colegio, al parecer Jennifer no paraba de quejarse de dolor. Inmediatamente Gina se fue a buscar su auto algo nerviosa se dirigió hacia el colegio para recoger a su hija.

Al llegar al colegio y hablar con la profesora, Jennifer se acobijó en los brazos de su madre, su carita estaba mojada y sus ojos rojos del dolor que sufría por su brazo. Gina llamó a su hermana para que le aconsejara que hacer.

―Gina ve al hospital y pregunta por Rodrigo, él la volverá atender. Tranquila Gina verás como Jeni se pondrá bien.

―Ya, pero no creo que me atiendan tan rápido, habrá que pedir cita, ay Nayet estoy súper nerviosa.

―Tú tranquila, ahora lo llamo yo y verás cómo te va atender inmediatamente. Después te llamo y me cuentas, debo dejarte tengo que pasar consulta.

―Gracias por todo Nayet, que haría sin ti.

Como bien le dijo Nayet, nada más llegar a pediatría, Gina preguntó en el mostrador por el doctor Martínez. La enfermera amablemente le indicó que esperase, en breve la llamaría para que pasase a su consulta.

La pequeña algo más tranquila seguía quejándose de dolor, Gina trataba de calmarla como podía, pero ver así a su pequeña se le partía el corazón. Minutos después la enfermera les avisó que el doctor Martínez la estaba esperando.

De nuevo los ojos del doctor se posaron en Gina nada más verla, había algo en ella que hacía que se interesase cada vez más por ella. Tras saludarse, él amablemente le indicó que tumbase a Jeni en la camilla para explorarla.

Rodrigo comenzó a susurrarle palabras cariñosas y consoladoras a la pequeña antes de llevársela para rayos para volverle hacer una radiografía.

Gina esperaba sentada en la consulta impaciente por saber lo que ocurría con Jeni, al rato Rodrigo se acercó a ella sonriendo. Con disimulo le agarró de su mano para tranquilizarla,   sin apartar sus ojos de ella empezó hablándole referente al estado de Jeni.

―Rodrigo dígame que ocurre con Jeni, tiene algo malo.

―Para nada Gina, la pequeña se encuentra bien.

―¿Entonces porque se queja de dolor?

―Bueno me ha confesado que ha vuelto a golpearse de nuevo en su brazo y eso ha sido lo que le ha causado el dolor, le hemos vuelto hacer unas placas para asegurarnos que todo esté bien, y debo decirle que su brazo está perfecto y en unos días se le podrá quitar la escayola. ¿Ahora que lo sabe está más aliviada Gina?

Gina sonrió tras escuchar las palabras del doctor, a pesar de no querer reconocerlo había sentido una especie de conexión con el doctor, desvió sus ojos logrando de algún modo recuperar el dominio de sí misma, puesto que sus nervios y sentir el tacto de Rodrigo agarrándola de las manos había sentido por décimas de segundos una especie de hormigueo recorrer su espina dorsal.

Rodrigo sin perder su sonrisa, le volvió a recordar que en dos días debía de volver a su consulta. Ella afirmó con la cabeza agradeciéndole de nuevo todo lo que había hecho por su hija. El quitándole importancia volvió a pasar su mano por su hombro guiñándole un ojo.

Sigo Siendo La MismaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora