Capítulo 21

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Dispuesto acabar con la desesperación de su mujer y dejarle las cosas claras a Ginés, Kendal se marchó hacia la oficina de Ginés dispuesto acabar de una vez por todas con todos y cada uno de los problemas que le ha traído Sara desde que comenzó a trabajar en el hospital.

—Adelante Kendal, tome asiento.—Le decía Ginés a Kendal señalando a su vez la silla que había enfrente de su escritorio.

—Ginés vengo a pedirte que antes de que tomes una decisión referente al despido de mi mujer, debo decirte que Nayet no tiene la culpa de nada. Es la odiosa de Sara y su obsesión lo que le ha llevado a cometer esas acciones.

—Kendal, siento comunicarte que Nayet será trasladada a otro hospital.

—No me jodas Ginés, esto debe ser una broma. Mi mujer...

— Tranquilo Kendal, conozco a Nayet y sé cómo es, pero yo no dirijo solo este hospital, además hay testigos  afirmando lo sucedido entre Nayet y Sara. Lo siento mucho de veras. También deseo que entiendas mi situación.

—No puedo creerlo de verdad. Pero tanta influencia tiene la tarada de Sara para permitir que echen del hospital a Nayet y ella, la culpable de todo esto se quede.

Ginés miró a Kendal con aflicción sabiendo que no era justo lo que le estaba haciendo a Nayet. Aún así el no está solo en la dirección del hospital dado que el padre de Sara es uno de los mayores e importante accionista del hospital. Y por supuesto su hija debía quedarse continuando con su trabajo.

Kendal se marchó en silencio para darle la noticia a su mujer.
Tras decirle a Nayet lo sucedido, ésta volvió a caer en un breve lamento. Entre Gina y Kendal intentaban animarla, pero todo era en vano. Nayet debía abandonar ese mismo día el hospital y trasladarse a otro.

Por su puesto la noticia no tardó en llegar a oídos de Sara que no tardó en alegrarse y comenzar a pensar en un plan para que Kendal y ella se divorciasen.

Días después Nayet empezó de nuevo a trabajar en otro hospital, aún seguía destrozada por lo sucedido y su marido junto a Lili y Gina intentaban que su moralidad subiese a pesar de estar por los suelos tras haberse cometido una injusticia con ella.
Tras despedirse de su mujer y asesorarse que su estado estaba más animado, Kendal se marchó hacia su trabajo. Ese mismo día Kendal iría de nuevo hablar con Ginés para que lo trasladasen al mismo hospital donde se encontraba Nayet trabajando, por nada del mundo la dejaría sola a pesar de quererse vengar de Sara.

Nada más llegar a su consultorio, Sara llamó a la puerta y entró con cara de pena. Tomó asiento y haciéndose la inocente empezó hablar.

—Kendal siento mucho lo sucedido yo te prometo...

—Sara, haz el favor de cerrar el pico y no me vengas con estas ahora.

—¿No me crees Kendal?

—No. No te creo porque no sé qué quieres, no me explico hasta donde tu maldad y tú obsesión para lastimar a mi mujer te llevan hacer estas cosas. Es que no te cabe en tu cerebro que amo a mi mujer, y no permitiré que la lastimes.

—Fue tú mujer quien me agredió, ella es la que no está bien de la cabeza.

—Déjame en paz y vete a trabajar, anda haz algo de provecho hermosa.—Kendal se sentó y empezó a leer algunos historiales a la vez que Sara sonriendo para sus adentros se marchó hacia su consultorio para empezar a elaborar su plan.

Aquel día Gina fue a visitar a Gael, al parecer había despertado y todo indicaba que su recuperación iba a ser lenta pero se quedaría bien, salvo porque debido al golpe se había quedado amnésico, los médicos aún no podían dar un diagnostico concreto sobre el tiempo que  Gael estuviera sin memoria.

—Gina, siento mucho todo lo que te ha echo mi nieto. Yo...—Hablaba Charito entre sollozos avergonzada por todo lo que Gael le ha echo.

Gina entrelazó sus manos con la de Charito, mirándola fijamente le dijo que ella no tenía culpa de nada. Ahora sólo quedaba esperar la recuperación de Gael.
Gina entró en la habitación donde se encontraba Gael despierto mirando en dirección a una ventana.
Nada más entrar Gina clavó sus ojos en Gael, él giró su cabeza pero no dijo nada, las palabras apenas le salían y su mente seguía en blanco, sin recordar nada, ni siquiera su nombre.

—Hola Gael ¿ Cómo te encuentras? Soy Gina, ¿me recuerdas?—Pronunció ella con voz titubeante sintiendo pena por él.

—Lo siento pero no.—Pudo al fin hablar Gael mirando de nuevo a Gina, preguntándose si tenía que ver algo en su vida.

Pasados unos minutos, Gina se marchó dejando que los médicos hiciesen su trabajo.

Caminando por el pasillo, Gina llamó a Gorka para contarle lo sucedido. Las palabras de él eran alentadoras y tranquilizantes pero debía pensar si contarle o no la verdad referente a su relación y sobre todo si hablarle de Jennifer, su hija.
Antes de colgar Gorka le propuso ir a cenar, ella ansiosa por estar con Gorka aceptó en verse esa noche.

El turno para Kendal había terminado, llamó a Nayet para ir a buscarla pero ella le comunicó que tenía guardia esa noche.
Decepcionado por querer haber ido a cenar con su mujer, Kendal se sentó de golpe en su sillón agotado cerrando por unos instantes sus ojos. El ruido de la puerta lo alarmó. Se trataba de Sara.

—Qué quieres cansina.

—Kendal venía para pediros perdón a ti a tu mujer. De echo había reservado una mesa en un restaurante.

—Gracias por tu buena voluntad, pero va ser que no.

—Bueno espera, si no podemos ir a cenar tomemos una copa.

—Sara, no seas tan cansina, no es no y ahora debo de irme. Que tengas buena noche.

Kendal se marchó había quedado con dos compañeros en tomarse una cerveza antes de irse a sus casas.
Un rato después mientras Kendal se hallaba bebiendo y hablando con sus amigos apareció Sara con otras dos amigas. Nada más ver a Kendal, Sara no tuvo ningún tipo de reparo en acercarse a Kendal e incluso tomarse una copa con el grupo que no dejaban de reír y contar anécdotas referente a su trabajo.

Eran las ocho de la mañana cuando Nayet pasó a su casa y empezó a llamar a su marido, pero nadie respondió. Decidió llamarlo por teléfono pero tampoco respondió. Nayet empezó a inquietarse, probó en llamar al hospital pero Lili le confirmó que hoy libraba. El nombre de Sara se le escapó a Nayet y tras unos minutos, Lili le confirmó que ella también tenía el día libre.

Las lágrimas retenidas no tardaron en aparecer junto a mil pensamientos. Pero no iba a dudar de su marido, se repitió ella misma mientras apretaba el móvil contra su pecho angustiada.

De pronto recibió un sms. Lo abrió y sintiendo como su corazón se paraba por milésimas Nayet no podía creerse los que esas imágenes le mostraban. Era Sara y su marido besándose. Segundos después recibió otro sms con otra imagen que mostraba a los dos juntos en la cama.
Nayet se levantó furiosa sin poderse creer que su marido le haya traicionado después de prometerle que la ama.
Eran ciertas las palabras de Kendal cuando le repetía que la amaba o solo estaba con ella porque le había dado un hijo.

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Hola lectores, como están, sé que hace tiempo que no actualizo, pero el motivo ha sido porque me quedé un poco bloqueada y no sabía cómo continuarla, de hecho había pensado en retirarla.
Pero hoy he decidido escribir este capítulo espero que les guste y a través de vuestros comentarios me digáis que os ha aparecido, para poder continuarla o no. Siento las molestias, pero no estoy muy segura y necesito algunas opiniones. Os estaría agradecida. 😘😘😆😆
Muchas gracias de verdad.

****Mian Jollel****






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