Capítulo 10

1.6K 227 15
                                    

El estado de Gina cambió por segundos. Empezó alterarse, sentía su cuerpo débil y su cabeza dándole vueltas. Nayet enseguida la exploró, había sufrido un pequeño mareo debido a la presión que tenía.

Después de marcharse los policías, Gina abrió los ojos sollozando pronunció el nombre de Gael.

--Dime Gina, quieres que llame a Gael.

Gina negó con la cabeza, sus esfuerzos por hablar eran en vano. Gael, volvió a susurrar dejando que sus lágrimas se agolpasen temblándole el labio inferior.

--¿Gael te ha echo esto?

--Siii--Gina estaba tan débil y atormentada que necesitaba que alguien le ayudase puesto que se veía incapaz de salir sola adelante.

--Maldito desgraciado--Masculló Nayet furiosa.--Tranquila Gina, voy a llamar a Dulce que venga hacerte compañía y ahora vengo. Ese bastardo no va hacer el mal y se va ir después de rositas.

Nayet salió de la habitación indignada y furiosa. Apretó sus puños rabiosa de saber lo que le había hecho Gael a su hermana. Lo primero que se le vino en mente fue ir a buscar a su marido.
Al llegar a su consulta, Nayet se quedó paralizada viendo por los cristales como Sara acariciaba el rostro de Kendal. Sintiéndose aún más cabreada pasó a la consulta encarando a Sara.

--Mire doctora Ríos, se lo digo por la buenas, mantengase lejos de mi marido.--Masculló Nayet rabiosa apretando cada vez más sus puños, conteniéndose de no darle una bofetada.

--Vaya, no pensaba que eras tan celosa. Acaso vas prohibiendo a todas las mujeres que toquen o miren a tú marido. Me parece patética tú actitud.--Sara echó a caminar echando su pelo hacia atrás con gracia sonriendo por la situación que había provocado.

Kendal se quedó mirando fijamente a Nayet entrecerrado sus ojos, su mandíbula estaba apretada intentando contenerse para no discutir de nuevo con Nayet.

--¿Se puede saber que estabas haciendo con esa babosa? --Empezó la discusión Nayet poniéndose histérica.

--Baja la voz Nayet, no hace falta que te alteres y menos pienses lo que no es.

--Y qué debo pensar, según tú.

--Sara es mi compañera de trabajo, hemos tenido un caso difícil y estamos hablando sobre ello.

--Vaya, y para hablar hay que tocarse, además para qué me tienes a mí ¿eh? Te recuerdo que soy tú mujer.

--Lo sé, no hace falta que lo repitas. Pero eso no te da ningún derecho a venir a montarme una escena de celos por nada.

--Así es como me ves Kendal. Una mujer paranoica que ve donde no hay, para perder la confianza de no contarme tus preocupaciones.

--Nayet yo...no quería decir eso...

--Kendal, yo sigo siendo la misma, pero veo que algo está fallando entre nosotros desde que esa doctora ha aparecido contaminando nuestra relación y al parecer no tú lo ves.

--Espera Nayet...--Demasiado tarde, las primeras gotas de dolor ya habían aparecido en los ojos de Nayet, le dolía mucho que su marido prefiriese hablar con Sara antes que con ella.

Caminó hacia su consulta encontrándose de nuevo con Sara.
Las dos se fulminaron con la mirada, Nayet tuvo que volver a contenerse de nuevo para no darle una cachetada por estar en el hospital y se jugaría su trabajo. Sin embargo Sara dispuesta a lastimar a Nayet empezó hablando:

-- Nayet deberías calmarte un poco, no ves con tú actitud estás haciéndole daño a Kendal. Pobre se sentía tan mal contándome vuestra pelea de anoche.

Sigo Siendo La MismaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora