«Perfecto lo que me faltaba ahora». Pensó Gina tras cerrarle la puerta a Gorka. Pero él, sin darse por vencido volvió a tocar la puerta incansable hasta que harta de escuchar el timbre Gina volvió abrirle la puerta de muy mala gana.
―Se puede saber que narices quieres Gorka.
―Ey, rubia no te alteres, y lo primero que debes hacer es escucharme ¿Me dejas pasar?
―Pues no. Es mi casa y aquí vive mi hija, por lo cual no tengo por costumbre traer hombres a mi casa.
―De acuerdo. Sólo venía para saber que ha ocurrido hace momento con el que supongo será el padre de tú hija.
―Mira Gorka mis problemas a ti ni te van ni te vienen. Pienso que tú bastante tienes con estar pendiente de tú nueva novia y déjame a mí en paz.
―Gina, espera. Entiendo que en estos momentos no estés bien, pero quiero que sepas que cualquier cosa puedes contar conmigo. Y…sobre mi novia, eso solo es un montaje. Depende de ti si me crees o no. Deseo que sepas que estoy preocupado por ti. Hasta luego Gina.
Girándose sobre sus talones Gorka se marchó dejando atrás aGina desorientada y deslumbrada por la preocupación de Gorka.Cerró la puerta y se dirigió hacia el baño, necesitaba una ducha antes de ir a casa de sus padres y recoger a su pequeña.
Una vez que llegó a casa de sus padres, Gina habló con ellos contándole lo corrido con Gael, y como le había amenazado para arrebatarle la custodia de su hija.
Alfredo, no tardó en levantarse de su sitio y comenzó a caminar de un lado a otro pensativo por lo que le había contado su hija. Minutos después, Alfredo miró a su hija haciéndole prometer que haría todo lo que estuviera a su alcance para que ese canalla de Gael no se acerque ni a ella ni a su nieta y menos que le quite la custodia.
Con una sonrisa, y algo más relajada Gina agarró a su pequeña, la montó en su sillita de paseo y se dirigió con ella hacia un parque.Sentada en un banco Gina llamó a su hermana para conversar. Pero poco duró la conversación, puesto que Nayet prefirió hablar personalmente con su hermana y contarle lo sucedido con su marido.
Una hora después, Nayet se encontraba sentada en el parque con una gran bolsa de pipas entre las manos narrándole lo sucedido a su hermana. Gina la escucha asombrada, puesto sabía que la doctora se había salido con las suyas.
―Mira Nayet eres más tonta que Abundio. Pero como has podido permitir que esa asquerosa, zorra, perra…Se salga con las suyas.
―Es que esa noche Kendal no había ido a dormir a casa y ella me dijo que pasaron la noche juntos y…pues yo…
―Lo que yo te digo, más tonta que Abundio. Pero Nayet en qué diablos estabas pensando para dudar de esa manera de tú marido. Joder Nayet una cosa es que tú marido esté para chupa pan y moja y otra es que lo acuses de algo que no ha hecho. Además yo misma he visto como esa zorra es la que va detrás de tú marido.
―Lo sé Gina, sé que he metido la pata en dudar de Kendal, pero es que cuando me dijo que tuvieron una aventura hace años…pues chica como que me puse celosa.
―Ay no Nayet. Por aquí si que no paso. Tú problema es que estás todavía acomplejada. Y sabes lo que estás consiguiendo con eso Nayet, que te sientas maniática con tu cuerpo, que veas en las demás mujeres lo que tú no puedes ver en ti misma, te llegues a sentir rara y esos pensamientos hacen que te lleven a sentirte eludida de tu aspecto. Mira Nayet, si de verdad quieres recuperar a tu marido, lo primero que debes hacer es tener más confianza en ti misma. Mira a mi sobrino, lo guapo que es, y si no hubiera sido por tu terquedad y amor hacia él, este bebé tan grande y guapo no existiría.
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Sigo Siendo La Misma
Romansa*** 2 parte de NO SOY PERFECTA ¿Y?*** Como olvidar todos lo momentos bonitos y no los no tan bonitos. Es una cosa imposible. Tras su matrimonio y feliz casada con su guapo doctor. Las inseguridades vuelven ha aparecer en forma de celos en Nayet, tra...