sin embargo, aquella noche debio ser algo nuevo para el doctor livesey, y en seguida, observe que le producia un efecto muy poco agradable, porque alzo airadamente los ojos, un instante nada mas, y continuo dialogando con Taylor, el viejo jardinero, sobre un remedio contra el reumatismo. mientras tanto, el capitán iba animandose paulatinamente con su propia música; y asi termino por dar sobre la mesa una recia palmada,signo inequívoco-bien lo sabimos -de que exigia silencio.en seguida todas las voces callaron, menos la del doctor livesey, quien siguió hablando como antes, con su voz clara y agradable, sacando de su pipa, a cada dos o tres palabras, una bocanada de humo. El capitán se fijo en el en un instante, dio otra fuerte palmada, le miro de arriba y abajo, y por fin lanzo este grito envuelto en un soez júramelo: -silencio ahí, en el entrepuente.
-me hablas ami, caballero? - pregunto el doctor.
El viejo corsario le respondio afirmativamente con otro juramento por su parte, el medico conservo toda su calma y se limito a decir: - solo os dire una cosa y es que, si seguís bebiendo de esa forma, muy pronto el mundo se habrá liberado de otro bribon.
El beodo, furioso, se levanto de un salto y sacando su cuchillo marinero, abrió la oja y amenazo, por un momento, con clavar al doctor en la pared. el medico no se asusto, sino que, hablando por encima del hombro y siempre en el mismo tono, solo alzo mas la voz para poder ser oído en toda la sala y dijo con perfecta serenidad: - será mejor que guardéis eso en el bolsillo inmediatamente, si no quereis que os haga horcar.
por un momento, los dos hombres se midieron con la mirada. pero en seguida el capitán volvio a cerrar la hoja, guardo el cuchillo en el bolsillo y volvió ha su sitio, como un perro castigado. -y haora, caballero - prosiguió el doctor - será conveniente que andéis con cuidado, pues, sabiendo que en la comarca se encuentra un sujeto de vuestra calaña, os vigilare de dia y de noche, porque además de medico soy juez, y la menor queja que reciba de vos, aunque solo sea por una groseria como la de esta noche, será suficiente para que os quite las ganas de tener caprichos. Y con esto, basta!
poco después llego a la puerta de la hostelería el caballo del doctor livesey y este se alejo en la noche. En cuanto el capitán, quedo tan tranquilo durante varios días.
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