Estaba en la cafetería, sola, como de costumbre supongo.
A ver, no quiero que penséis que era una marginada y que no tenía amigos, si que tenia amigos, y eran Ann, Carlota y John.
Si, ellos eran mis amigos y estaba orgullosa de tenerlos a ellos, porque la verdad es que la otra gente no vale una mierda; al menos para mi.
La respuesta a la pregunta "¿solo tres amigos?" que seguro que ahora mismo os estáis haciendo, es sí, tres amigos.
Hay mucha gente falsa suelta por el mundo, que solo quiere reirse de ti, y eso para mi no es ser un amigo. A lo largo de todos estos años me he dado cuenta de quienes lo son de verdad.
Bueno volviendo al tema, estaba en la cafetería, comiendo sola, porque John estaba malo con gripe y Ann y Carlota, estaban en la firma de discos de su grupo favorito.
Solo de pensarlo, puse los ojos en blanco. Les encanta ese grupo y llevaban meses esperando poder ir a esa firma.
Estaban tan insoportables...
A mi me gustan, es solo que no soy una fanática, supongo.
Mientras pensaba en como deberían estar mis dos locas amigas en este momento, entraron en la cafetería Jake y Lucas.
Jake es el tío del que os hablé antes y Lucas, bueno Lucas era su mejor amigo.
Yo estaba con mis auriculares, escuchando música y comiendo una ensalada, mientras observaba la escena que estaban provocando: todas las chicas los miraban como si fueran dioses.
Madre de Dios... Solo les faltaba un babero. ¿Que encontraban en ellos? Podían estar buenos, pero eran unos gilipollas engreídos.
Me daba tanto asco la situación, que me volví a centrar en mi ensalada, tarareando mentalmente una canción de The Fray que sonaba en mi reproductor, hasta que alguien me tocó el hombro.
Levanté la cabeza para encontrarme con Clara. Urgh la odiaba.
Esta chica llegó a ser mi amiga, pero solo pensaba en hacerse popular y lo consiguió a base de dejarme en ridículo. Recuerdo esos momentos en los que nos lo contábamos todo, ella sabía mi secreto. Mi pequeño secreto. Le agradezco con toda mi alma que no se lo haya contado a nadie y no haya sido uno de los temas que utilizó para ridiculizarme.
Bueno, el caso es que me la quedé mirando.
-Pobrecita, ¿tus tontos amigos te han dejado sola? -dijo con su estúpida voz de pito.
-Vete a mierda Clara. -dije volteando los ojos y volviendo a fijar mi mirada en mi comida.
-Es que como te he visto tan sola, he pensado que quizás querrías tomarte un trago conmigo. Pero tranquila, como veo que estás insoportable, aquí tienes tu trago.
En ese momento la quería matar, quería estampar su estúpida cabeza en el suelo. ¡La muy idiota me había tirado una botella de zumo por encima!
Todo el comedor se volteó para reírse de mi.
En verdad yo ya estaba acostumbrada a esto: me humillaban y se reían de mi.
No quería llorar, pero las lagrimas se iban acumulando en mis ojos. Pero de verdad no quería llorar, así que hice como siempre, cerré los ojos, respiré hondo, los volví a abrir, recogí mi mochila y me fui en silencio al baño.
***
Por mucho que intentaba solucionar el desastre que había en mi camiseta, no había mucho que hacer.
Cansada, suspiré y me miré en el espejo.
¿Por que la gente hace eso para divertirse? No es gracioso.
Sin quererlo, las lagrimas empezaron a salir. Odiaba a la gente de este jodido instituto, eran unos superficiales, egoístas, egocéntricos... Resumiendo, unos hijos de puta.
Después de calmarme, me recogí el pelo en una coleta, me lavé la cara, y salí del baño, ya que aún tenia dos clases.
Camino a literatura, la gente por los pasillos no paraba de mirarme y cuchichear cosas.
Los ignoré, llegué a clase y me senté en una de las ultimas mesas.
Cerré los ojos y respiré profundamente.
La hora pasó muy lenta, no me importaba lo que explicaba el profesor, así que simplemente me puse a pensar, pero sin pensar; no sé si me entendéis.
Apoyé la cabeza en mi mano y simplemente esperé a que los minutos pasaran.
Cuando sonó el timbre, suspiré. Ahora matemáticas, me dije a mi misma. En el cambió de clase, alguien chocó contra mi: Jake.
Éste se agachó para ayudarme con los libros que se me habían caído.
-Lo siento, morena.
-No necesito tu ayuda, gracias. -dije seca.
-Me haces gracia. -me dijo con una sonrisa al levantarme.
-Bueno eso no es una novedad para mi, y ahora si me disculpas me voy hacia clase porque llego tarde.
Y me fui dirección a clase de matemáticas. Pero cuando llegué, el profesor no me dejó entrar, porque según el señorito, la puntualidad, es muy importante, y quién no respeta la puntualidad, no lo respeta a él.
Puras chorradas.
Me quedé en el pasillo sentada, de espaldas a la pared.
Vaya día llevaba.
-¿Algo más? -dije mirando al techo.
Justo cuando bajé la mirada, vi a Jake al fondo del pasillo dirigiéndose hacia mí.
Tontatontatonta ¿porque simplemente no me podía haber callado?
-Mira, pero si es la chica graciosa. -me dijo con una amplia sonrisa.
No dije nada, ni lo miré. Tenia la mirada perdida en un punto fijo de la pared. No tenía ganas de aguantar sus chorradas.
-Vamos, ¿porque eres así? -me dijo sentándose a mi lado.
-Tu no me conoces, no sabes como soy, así que corta el rollo y déjame.
-Eso es lo que tu crees. ¿Sabes que? Llevo tiempo observándote y creo que ya te he pillado el rollo.
Lo miré seria, alzando las cejas.
-Eres cerrada y borde con la gente, no sé porque la verdad, supongo que en un pasado te hicieron daño. Vas de rebelde y pasota pero en cuando una estúpida te tira un zumo por encima, te escondes entre tu pelo, como una niña pequeña y huyes. ¿Eres poco común sabes? Especial.
¿Enserio? Me quede en blanco. ¿Tanto se aburría como para observarme?
- Que me dices, ¿he acertado?
Si.
-No has dado en ninguna. Pero ¿sabes que? Yo también se jugar a eso. Tu eres el típico chico al que solo le importa la popularidad. Y para conseguirla, eres el mujeriego del instituto, cada noche estás con una, para después enviarla a tomar por culo. No se como no puedes pensar en alguien en el que no seas tu. Eres un egocéntrico y un chulo. ¿Que me dices tu ahora?¿he acertado?
Su sonrisa creció, con satisfacción. No se que le daba tanta gracia.
-No has acertado ninguna.-me dijo.
Me lo quedé mirando y el a mí. De pronto vi sus intenciones, se me iba acercando, con su mirada fija en mis labios.
-¿Pero tu eres tonto? -me eché hacia atrás- ¿Sabes que? Yo no soy una puta como con esas con las que estas cada noche. No me gustas, es más no me caes bien, no me cae bien la gente como tu.
El gilipollas seguía mirándome con una sonrisa.
Suspiré y me levanté.
-Mira, creo que me voy a casa, no he tenido un buen día, y solo quiero estar sola.
Y me fui, por segunda vez en el mismo día, dejandole ahí plantado.

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Hope
Teen FictionSola, pero sin motivos para sentirse así. Tiene a sus amigos y a su familia, y los quiere con locura, pero no ven que en sus ojos la luz se apagó. Vacía, no siente nada en su interior, para que buscar a una persona a la que querer, si probablemente...