Capitulo 3

185 7 0
                                    

Cuando llegué a casa fui al comedor y me encontré con mis padres.

-Hola cariño -me dijo mi padre con una sonrisa que se notaba desde lejos que era falsa.

Mi madre me miraba con la mirada perdida.

-¿Que pasa? -dije preocupándome al fijarme en los ojos de mi madre. Había llorado.

-Siéntate cielo -dijo mi padre.

-¿Que pasa? -repetí sin moverme de donde estaba.

Mi padre miró a mi madre, suspiró y me dijo:

-Verás Jess. La abuela no esta muy bien, no es grave... es solo...complicado.

Mi abuela. Un tema difícil. Veréis, ella tenía alzheimer. Hacía dos años que se lo diagnosticaron.

Me quedé en silencio.

-Así que vamos a ir a su casa este fin de semana. Tu te quedarás aquí.

-¿Tan mal está? -le dije.

-Es complicado Jess... Nos gustaría que te quedaras.

No lo entendía.

Hacia poco le había hecho una visita y yo la vi estupendamente.

Nos quedamos charlando un rato, y después se fueron a casa de mi abuela.

La quería muchísimo. Desde que era pequeña, hemos estado muy unidas. 

Pasé la tarde observando fotos de ella hasta que se hicieron las 11.

Estaba en el suelo de mi habitación, leyendo nuestros diarios. Me explico, cuando cumplí 7 años mi abuela decidió comprarme un diario; me dijo que no seria un diario normal, sino, nuestro diario, y que en él, escribiríamos las dos, anécdotas y experiencias que nos sucedieran a lo largo del tiempo.

La verdad es que fue un éxito. Así que cada año, me compraba un diario. Nuestro diario.

De repente, me sonó el móvil: Ann.

-Hola... -dije intentando disimular mi estado de ánimo.

-¿Estás bien? -me dijo. Me conocía demasiado bien.

-Nada, no te preocupes -le contesté.

-¿Sabes que no te creo, no?

Cuando estuve apunto de contestar a eso prosiguió:

-Bueno, yo te he llamado, para si querías ir a dar una vuelta conmigo. Y bueno, ya que veo que no estas muy bien, me podrías contar que te sucede -estuve a punto de protestar, cuando me dijo- no acepto un no por respuesta, dentro de media hora te recojo en tu casa. Ponte guapa, que te quiero llevar a un sitio. Adiós, te quieroooo -Y colgó.

Decidí hacerle caso. Me vendría bien despejarme un rato. Me puse una camiseta de tirantes, unos pantalones tejanos pitillo y unas botas, por ultimo, decidí dejarme mi largo pelo castaño suelto.

Finalmente sonó el timbre. Salí, nos saludamos y empezamos a andar. Hacía una noche preciosa, el cielo estaba despejado, dejando así, ver todas las estrellas.

Le conté a Ann que mi abuela había empeorado, que no era muy grave, pero era inevitable que me preocupase.

Ann me estaba aconsejando cuando escuché música. 

Nos acercamos a la casa de donde provenía la música.

No entendía que hacíamos allí.

-Es la fiesta de Bernie, ¡vamos! -dijo mientras sonreía con entusiasmo.

HopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora