Capitulo 9

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- A ver, esto es fácil, solo has de poner los pies por los huecos y trepar.-le dije.

- ¿Como?

- Lo que oyes. Vamos, te espero arriba.

Empecé a trepar rápido, y bueno... como yo me esperaba, obtuve un comentario innecesario por su parte:

- Bonitas vistas.-me dijo, y apostaría lo que fuera que con una gran sonrisa en su rostro.

- Vete a la mierda capullo.-le dije para después oír su risa.

Cuando subí, aparté algunas ramas y entré en una pequeña casita de madera que se encontraba encima del árbol.

Oh...

Estaba tal como recordaba.

Caminé por dentro, con la mano pegada en la pared.

Vi un pequeño hilo de luz, me acerqué hacia el agujero de donde provenía ésta y asomé un ojo.

-Jess...

Me separé del agujero y lo observé. Me estaba mirando fijamente con una expresión de duda.

Sonreí y empujé la parte de arriba de la pared donde se encontraba el agujero y se abrieron dos puertecitas, dejando entrar toda la luz.

Me apoyé en lo que ahora se veía que era una ventana y observé el parque que ahora, se veía perfectamente.

-¿Que es esto?- dijo Jake, ahora a mi lado.

Yo seguía con la mirada fija en el parque.

-Cuando era pequeña mi abuela y yo siempre veníamos los fines de semana a este parque. Pasábamos aquí horas y horas hablando, jugando y riendo.

Notaba la mirada atenta de Jake.

-Un día, mientras yo corría y ella me perseguía, llegamos hasta este bosque. Nos sentamos debajo de este árbol para descansar. Habíamos hecho una buena carrera. -se me escapó una pequeña sonrisa- y observamos los árboles y vimos que eran muy altos y si subíamos, podríamos ver el parque desde muy arriba. Nos gustó mucho la idea y al día siguiente empezamos a realizar nuestro pequeño sueño. -me giré hacia él sonriendo- tu me enseñaste tu sitio, supongo que yo te estoy enseñando el mío.

-Me gusta este lugar -dijo.

-A mi también.

-¿Cuanto hace que no vienes aquí?

Mi sonrisa desapareció. No venia aquí desde que le diagnosticaron alzheimer a mi abuela...

-¿Estás bien?-me dijo con preocupación.

- Si... Es solo que hacía mucho tiempo que no subía aquí arriba.

-Quieres mucho a tu abuela, ¿no?

Asentí con la cabeza.

Mucho.

En ese momento, sentí que entre nosotros, después de todo lo que habíamos pasado, había confianza, y quise contarle sobre la enfermedad de mi abuela.

Con los codos aún sobre la ventana, cerré los ojos, inspire y le dije:

-Tiene alzheimer. Desde hace dos año.

Los abrí y observé a Jake con el ceño fruncido y la boca ligeramente torcida mirando fijamente por la ventana.

Se giró hacia mi.

- Lo siento... Sé que esto no te va a ayudar ni va a hacer que cambien las cosas, pero...

Entonces me atrajo hacia él, cogiéndome por el codo, para después abrazarme.

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