-He llegado a mi límite, lo siento pero no puedo con más hoy...-Lo sé, Jess, lo sé. Solo, confía en mi, ven conmigo.
-Jake... no puedes pedirme que confíe en ti después de todo lo que ha pasado hoy...
-Por favor.
-Creo que lo mejor sería que dejáramos de vernos. Te agradezco todo lo que has hecho por mi, pero todo era mejor cuando yo era invisible y tu un gilipollas al que odiaba.
-No, no. No digas eso, no digas nada. Solamente deja de ser tan cabezota por una vez y ven conmigo.
Suspiré.
-Una vez te lo cuente todo, podrás decidir. Podrás irte si quieres y no volverme a hablar en la vida. Lo prometo.
Dudé, pero finalmente asentí con la cabeza poco a poco, sin estar muy segura, y los dos nos dirigimos hacia su casa, otra vez.
Una vez dentro, Jake me preparó una taza de té y nos sentamos en el sofá del comedor.
-Jess... verás, todo lo que te voy a contar ahora va a ser un poco difícil de entender para ti...
Sorbí un poco de mi taza de café.
La pregunta era ¿quería que me lo contase?-Yo... esto... -suspiró- soy rico.
Fruncí el ceño. ¿Rico?¿Estaba de coña?
-Mis padres son propietarios de una empresa bastante importante en Londres y nací rodeado de billetes y billetes de dinero.
Me quedé en silencio reflexionando sobre lo que me acababa de confesar.
Jake era rico...
-Nunca me has parecido un chico rico. -pensé en voz alta.
Y era verdad. Jake nunca vestía de marca, su coche era normal al igual que su casa. No parecía el típico niño rico.
-A eso es a lo que quiero llegar. Yo nunca he querido ser ningún chico mantenido. Cuando crecí me di cuenta de que quería ganarme mi propio dinero, ir a una escuela pública y que mis méritos salieran de mi, no por el dinero, sino por mi esfuerzo.
Lo escuchaba atentamente mientras iba bebiendo poco a poco.
Jake se pasó una mano por su nuca.
-Mis padres nunca lo entendieron. Y bueno, un día decidí que se había terminado, quería ser independiente y valerme por mi mismo. Así que yo mismo renchazé el dinero de mis padres y empecé a buscar trabajo, hasta que un día, me encontré con Chatt y él me enseñó el mundo de... bueno las calles. Él me ayudó a conseguir dinero.
-¿Vendiendo droga?
-Si. Vender droga está entre las cosas que hago. -dijo suspirando.
-¿Hay más? -dije alzando las cejas.
-Es el mundo de la calle, hay de todo. Se que sonará raro pero, la calle está echa para mi. No me van las pijadas. Yo así soy feliz.
¿Feliz? ¿Era feliz trabajando, bueno si le puede llamar trabajo, en la calle?
-Jake... Las drogas hacen daño a mucha gente. Hay gente que pasa años rehabilitándose. T-tu...
-Yo no me ocupo de a quién le doy la droga Jess. A mi solo me dicen donde la tengo que entregar y asegurarme de que sea entregada. Y por lo que te refieres a mi, no, yo no tomo droga, pero eso no quiere decir que antes no lo hiciera.
Me froté la frente con mi mano.
Vaya.
-Y tus padres... ¿que opinan sobre tu... estilo de vida?
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Hope
Teen FictionSola, pero sin motivos para sentirse así. Tiene a sus amigos y a su familia, y los quiere con locura, pero no ven que en sus ojos la luz se apagó. Vacía, no siente nada en su interior, para que buscar a una persona a la que querer, si probablemente...