Capitulo 4

176 6 0
                                    

El sábado pasó rápido, la verdad es que lo pasé encerrada en casa.

Desconecté el móvil. No quería saber nada del mundo. Pensareis que soy una exagerada, pero ¿vosotros no habéis pasado nunca por esos días de bajón, en los que no queréis hacer nada? Pues eso es lo que me pasó a mi.

El domingo mejoró.

Me levanté temprano, almorcé, fui a correr y después me dí una buena ducha.

Cuando llegó la tarde decidí enviarles un mensaje a Carlota, John y Ann para ir a dar una vuelta.

Todos respondieron encantados, excepto Ann, que dijo que no se encontraba muy bien.

Quedamos a las 6 en la cafetería donde siempre íbamos.

No les conté nada sobre el incidente del viernes.

No es nada personal, es solo que no quiero darle lástima a la gente, no me gusta. Lo único que quiero es hacer como si nunca hubiera pasado.

Exacto; como si NUNCA hubiera pasado.

Carlota nos contó que en la fiesta de la noche anterior, se había enrollado con Luke (el cantante de su grupo favorito).

Estaba tan feliz que casi lloraba.

Nos contó que ella y Ann se hicieron amigas de Júlia, la novia de otro de los cantantes y que a partir de ahora, se verían bastante, porque se dieron los números de teléfono.

John y yo nos reíamos mucho, porque estaba tan contenta que hablaba muy rápido y habías de estar muy atento para entenderla.

Cuando John nos estaba contando que se quería presentar a un casting para un concurso (no lo he dicho, pero él canta muy bien), me sonó el móvil. Era un mensaje de mis padres. Ya habían llegado a casa.

Mi abuela. ¡Es verdad! Con todo lo que ha pasado ni me he acordado de preguntar por ella.

Me despedí de mis amigos y me fui corriendo hacia casa.

Por suerte, cuando llegué, mis padres me dijeron que estaba mucho mejor.

¡Uff! Me prometí a mi misma ir a verla algún día de la semana. Hacia mucho que no la veía y la echaba de menos.

Al final del día, cuando me metí en mi cama, suspiré mirando el techo.

Si, sé que suspiro mucho, pero me relaja hacerlo. A lo que iba, suspiré, estaba mucho mejor.

Me reconfortaba pensar que todo a poco a poco, volvía a la normalidad.

***

A la mañana siguiente me sentía con más fuerzas para afrontar el día.

Cuando llegué al instituto vi a Jake y a Clara en la puerta.

Él la estaba mirando con el ceño fruncido, y la otra se estaba rizando un mechón de pelo con el dedo, sonriendo.

Clara giró su cabeza para mirarme, y yo rápidamente giré la cabeza ignorándola y siguiendo mi camino.

Antes de entrar dentro del edificio, los miré de reojo y como era de esperar se estaban enrollando. Volví a mirar hacia delante y seguí mi camino.

A segunda hora, el profesor de música, tubo que irse por una "urgencia" y nos dejaron salir al patio antes.

Cuando Carlota y yo estábamos de camino al patio, se nos cruzó Jake.

-¿Como te encuentras?-me preguntó.

Carlota se me quedó mirando, alzando las cejas.

¡Mierda! Este tío es gilipollas.

HopeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora