2.

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-¡Choi Youngjae! !Es hora de que levantes tu trasero de la cama!- Dios, la voz de su madre era mas potente que una alarma.
Y justo en ese momento su cama se hacia más cómoda y cálida, pero hoy era su primer día en aquella escuela en que hace unos días se había inscrito, era su ultimo año y no se podía dar el lujo de ausentarse, por mucho que deseara.
Viéndolo por el lado positivo, realmente esperaba hacer algunos amigos ya que su familia nunca permanecía en un lugar por mucho tiempo por el trabajo de su padre y se veía obligado a cambiar de escuela bastantes veces sin oportunidad de formar amistades.

Se arregló lo mas rápido que pudo con aquel nuevo uniforme, un poco feo pero al menos era de su talla, bajo a la cocina y encontró a sus padres desayunando.

-¿Y mi desayuno?- Preguntó al no ver un plato para él.

-Tienes manos, sírvete tu solo- Respondió secamente su madre, a veces sentía que ella lo odiaba, a veces lo quería, era una mujer complicada.
Por el contrario su padre era un poco mas cercano, no tanto para ser el mejor padre pero si uno aceptable, el solo hizo un asentimiento de cabeza como saludo y siguió comiendo en silencio.

Decidió tomar una manzana e irse caminando, después de todo no quedaba tan lejos, tenia algo de tiempo. Las ventajas de levantarse temprano. Se despidió con un seco "hasta luego" y salió.

Iba tranquilamente escuchando música hasta que un dolor en la cabeza lo hizo volver a la realidad, se quitó los audífonos para enfrentar al culpable.
Alguien que parecía mayor que él lo miraba con una sonrisa ladina.

-Discúlpame lindura, no quería pegarte con el balón- Ignorando el "lindura" Youngjae discretamente le dio una mirada al chico, todo un descarado, los piercings, los lunares sobre su ojo, la sonrisa perfecta y el cabello desordenado, sin mencionar el uniforme sin encajar y los dos botones de arriba de la camisa abiertos. Definitivamente no debería juntarse con esas personas que se tomaban esas confianzas aun sin conocerlo, como esta persona que le ponía apodos y nunca lo había visto.

-Olvídalo- Ignorando al pelinegro, siguió con su camino soltando un suspiro y sacudiendo su cabeza, se propuso que iba a tener un bien día e iba a lograrlo.
Pero no por mucho, sintió que alguien lo tomó de la mano para detenerlo.

-Hey, estaba tratando de disculparme, y normalmente no lo hago pero eres una cosita muy linda y no quería desaprovechar para hablar contigo- Era nuevamente el chico desconocido,sonriendo como antes. Youngjae se sonrojó furiosamente, ¿quien se creía ese chico?

-Lo que sea, suéltame, no quiero llegar tarde y no soy una "cosita"- Dijo secamente tratando de soltarse del chico sin éxito, al parecer era mas fuerte.

-Estudiamos en el mismo colegio, déjame caminar contigo ¿Al menos sabes el camino?- Dijo el chico con una sonrisa, esta vez mas amable y Youngjae se relajo un poco, quizá solo había tenido una mala primera impresión y esta personalidad tan extrovertida era el yo de todos los días de ese chico.

-Bien, pero suelta mi mano- Ya rindiéndose empezó a caminar con el chico a su lado, se contuvo para decirle que se arreglara el uniforme, le picaban las manos para hacerlo el mismo, no soportaba el desorden.

-Por cierto, soy Jaebum, al parecer tu te mudaste al frente de mi casa y al parecer eres nuevo, si te hubiera visto antes te habría recordado- No era suficiente con tener que estudiar con él sino que también era su vecino, simplemente increíble.

Al no entender lo ultimo que dijo, levanto una ceja hacia el pelinegro lo que el otro supo interpretar. -Eres lindo- Dijo simplemente. Youngjae ya estaba acostumbrado a que todos le dijeran que era lindo o adorable así que no le causaba nada el cumplido ya sea de un chico o una chica.

Se encogió de hombros despreocupado-Soy Youngjae- Secamente respondió, él era una persona bastante reservada, quería hacer amigos pero este chico le había dado una primera mala impresión, ni dos minutos de conocerse y ya le estaba coqueteando.

-¿No hablas mucho, verdad?- Jaebum había notado que Youngjae respondía con frases cortas y estaba incómodo con su persistencia pero no podía evitarlo, el pequeño castaño era muy lindo y tenia un aspecto tierno, muy lejano de su personalidad un poco amargada, al contrario de el mismo que era completamente lo opuesto, ya le habían dicho que parecía un gangster con esa apariencia, pero el no es como si pudiera hacer algo al respecto, así había nacido. Su castaño era casi una piedra, quizá solo era así con él, pero poco o nada le importaba, ya había puesto sus ojos en esa lindura y no iba a detenerse hasta tenerlo para él solo.

Aunque sabia que tenia que jugar sus mejores cartas porque Youngjae no se la estaba poniendo nada fácil ni tampoco lo era por los pocos minutos que había pasado con el, ya tendrían tiempo de conocerse, tenia ganas de descubrir todo de el.









Can We Stay? | 2jae [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora