12.

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Si tuviese que elegir mi día favorito de la semana, sería el Miércoles.
Solo trabajaba desde las 7 de la mañana hasta las 11 lo que le permitía estar con Yugyeom mas tiempo. Últimamente lo veía muy poco con todas las responsabilidades que tenia así que debía aprovechar el día al máximo.

Youngjae había ido a una reunión de trabajo como él había dicho y Somin estaba en su habitación haciendo Skype con algunas amigas de Canadá.
Mejor así, siempre que Youngjae no estaba entre ellos el ambiente era muy pesado.
Por el momento estaba jugando con Yugyeom, bueno, lo que se le podría llamar jugar, el bebé apenas y podía abrir sus ojos, lo importante era el tiempo que pasaban junto, el cual era escaso.

La corta jornada de trabajo no había acabado con mis energías, y Yugyeom tampoco es que estuviese cansado, hacia ruiditos tiernos y movía sus pequeñas manos.
Le hablaba a Yugyeom como si pudiese entenderlo, tan en ello que no se dio cuenta de Somin desde las escaleras riéndose de él y en el fondo, muy profundo pero muy muy en el fondo sintiendo ternura de la imagen.
Jaebum estaba acostado de espaldas en el suelo y Yugyeom sobre el pecho de su padre.

-¿Ahora hablas gibberish?- Se burló mientras bajaba.

Jaebum se sobresaltó ante la repentina aparición de la chica pero actuó como si no lo hubiese afectado, si lo hacia ella se burlaría de él, como siempre.

-Muy graciosa- Respondió como si no lo diera importancia.

Somin se sentó en el sillón frente a Jaebum quien seguía en la misma posición y sacó su celular, pero estos últimos días había desarrollado un afecto y debilidad muy fuerte por Yugyeom, ¿Y quién no?.
Viendo a Jaebum tan distraído mirando al techo como un idiota rápidamente le arrebató a Yugyeom y lo tomó en sus brazos.

-¡Hey! Devuelvemelo- Se levantó tratando de tomar al bebé nuevamente.

Somin fue corriendo a las escaleras y paró en el ultimo escalón.

-¡No! ¡Es mio!- Gritó sacando la lengua como una niña pequeña.

-¡Yo soy el padre!- Gritó de igual manera, si alguien viera esa escena se encogería de la vergüenza ajena, ambos adultos gritandose como niños.

-¡Yo soy la madrina, tía, prima, mejor amiga! Soy mejor que tú- Y aquella infantil discusión no acabaría por ningún momento cercano, Yugyeom solo observaba aquello sin importancia mientras los otros se agredían con palabras -no ofensivas-

Después de un tiempo cuando Yugyeom había caído dormido los gritos acabaron, Somin lo puso en su habitación dándole un beso en la frente.
Se dirigió a la sala de estar donde Jaebum se encontraba en el sillón leyendo el periódico.
La verdad es que no lo odiaba, no tanto al menos, aún lo sentía como una amenaza y se había prometido desde el primer día vigilarlo con ojo de águila, no conocía sus intenciones con Youngjae así que por el momento no iba a dejarlo en paz. Admitía que por el momento no había hecho nada que la hiciera poner alerta pero eso no significaba que podría dejar bajar sus defensas. ¿Y si quería lastimar a Youngjae de nuevo? Jamás lo volvería a permitir. Parecía que había cambiado y cada vez que miraba a Youngjae había algo en sus ojos que no podía descifrar.
Se acercó silenciosamente y se sentó frente a él.

Jaebum de inmediato sintió la tensión en el aire, ella lo miraba tan fijamente como tratando de hacer agujeros en su cabeza, había muchas cosas que tenia que decir pero las palabras seguían atrapadas en su garganta. Dejó el periódico de lado y se preparó para su próximo movimiento, ella estaba dispuesta a escucharlo, Youngjae no estaba y debía aprovechar para hablar con ella sin que lo atacara. Siempre que Youngjae estaba ahí ella lo perseguía, se pegaba a él como un chicle y lo miraba mal cada vez que sus ojos se encontraban, igual que una madre protegiendo a su hijo.

Can We Stay? | 2jae [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora