Capítulo 12.- Me derrites (+18)

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—Quisiera que durante los tres años que no esté... Tu te quedes con Nathan, quedate con él y cuidalo como yo no pude hacerlo durante los ocho años que no estuve a su lado.


Una semana después...
8 de diciembre.

Aquellas palabras fueron un ruego para mi, una orden que cumpliré y soy consciente de que si me quedo con Nath no podré a ver a mi hermana de forma continua, pero tampoco tendré encuentros con mi familia.

—Has estado en silencio por mucho tiempo.

Ladeo mi cabeza y le sonrío un poco.

—¿Quién te enseñó a tocar piano? —le pregunto y retira sus dedos de las teclas.

—Adrien. Quería aprender, así que él compro un piano, práctico por meses y luego me enseñó —sonrie y mira sus dedos vendados—. Cuando me mude aquí, hace casi cuatro años, me dio como regalo el piano que está abajo. Pasó todo un verano conmigo, cuando Ben era un bebé y Hammer lo cuidaba en esos momentos es donde me enseñaba. Tengo la mala costumbre de tomar algo y no dejarlo hasta terminarlo.

—¿Cuanto tiempo estuviste así?

—Me llevo aprenderme un canción en una semana, no dormía ni comía solo por estar sentado en el banquillo —rie y deja caer uno de sus dedos sobre una tecla. La nota es grave—. Aprendí a tocar el piano un mes después.

Lo miro impresionada y avergonzado se levanta para ir hacia los estantes de libros.

—¿Tienes algún pasatiempo?

—Me gusta pintar —respondo y se gira—. Cuando estaba en Seattle y vivía con mis padres dibujaba todo lo posible. Mi hermana me relagaba cosas para que continuara.

Nunca le agradecí eso a Dakota de verdad. No importaba cuantas veces Peter rompiera las cosas, ella siempre compraba más y a escondidas me las daba.

—Cloé... ¿Tu quieres a Sean?

Su pregunta me toma por sorpresa y me hace recordar la conversación que tuvimos hace pocos días.

Venga, dime que me quieres y que me extrañas.

—Te quiero y extraño, Sean.

Cuando dije eso se quedó en silencio y colgó mi llamada. No me a enviado mensajes desde ese día y solo habla por teléfono con Nath. ¿Dije algo que no debía? ¿Se molestó? Miro el anillo de mi dedo y sonrío de verdad, como solo lo hice para él una vez.

—Si, lo quiero.

—¿Quieres ver algo?

Me toma de la mano y de forma alegra me llega fuera de la habitación.

—Es un lugar especial para Ethan, pero puedes venir también siempre que quieras —dice serio y luego abre una puerta—. Este es el estudio.

Camino lentamente al interior. Es bellísimo. Miro con la boca abierta a Nath y él ríe.

—Solo se abre cuando él viene.

—¿Esta bien que...?

—¡Claro que si! Mira, allí están los pinceles, los lápices están dentro de esa caja y los estantes están las pinturas.

En el tiempo que llevo con él, ya una semana, nunca lo había visto tan feliz como hoy que me muestra su estudio y ahora el de su hermano. Pero es demasiado para mi, no puedo simplemente estar aquí y tomar las cosas que no son mías, pero... Las paredes son murales llenos de pintura, dibujos de edificios hechos de forma muy realista, la mesita de madera y la otra larga está llena de pintura. Hay cuadros, una hilera de cuadros cubiertos por una manta y puestos a un lado de la habitación. Los estantes llegan hasta el techo y ocupan casi una pared entera. En el escritorio está un vaso de cristal lleno de pinceles, una paleta manchada y la caja que señaló es la primera de otras cinco.

Sin Reservas (#2 R.P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora