Tamborileo el lapicero contra el escritorio y una vez más miro con dolor las hojas. Un ensayo basado en quinientas hojas y Dakota tiene razón, la universidad es diferente a todo. Pude terminarlo ayer, pero mamá me pidió ayuda para el convivió dado que Dakota no pudo. Siempre me he preguntado como es que ella puede zafarse de las reuniones de la iglesia...
Tiro el lapicero contra las hojas y me restriego los ojos cansada. Necesito café, pero ahora que recuerdo, mamá no a comprado café. Suspiro y miro mi pequeño bote de monedas. Tengo mas o menos viente dólares si cuento el billete de cinco. Me echo el dinero a la mano, lo vuelvo a contar y lo meto dentro del bolsillo de mi pantalón. Me levanto estirando los brazos, tomo mi suéter, me pongo mis zapatos y salgo de mi alcoba.
Escucho que papá está repasando en voz alta su discurso de mañana, es el reverendo y esta vez hablará sobre las guerras. Le digo en voz alta que iré a buscar café y Papá responde con una pregunta, le respondo que regresaré lo antes posible, a tiempo para ir a misa y salgo de casa.
Mientras camino por la calle pienso en Dakota. Extraño tener a mi hermana en casa, ella vive en el campus y yo decidí quedarme. Hoy iría a una fiesta que organizaron unos amigos suyos, me dijo, y yo lo rechace de la mejor manera. Tenía que hacer un montón de tarea y seguía pensando en lo que me dijo sobre irme con ella a su dormitorio. Puede que se lo comente a mis padres luego, pero sé la repuesta que ambos me darán.
Camino cinco calles más hasta la cafetería más próxima. No estamos en el centro de Seattle, pero tengo que caminar igualmente para ir al supermercado más próximo y cerca de allí está una cafetería, mi favorita. Miro hacia las nubes blancas y el teñido cielo azul, hay una brisa fresca que agita mi cabello cuando cruzo una calle. No hay mucho frio como la semana anterior en la que me resfrie y tuve que estar en cama por una semana.
Meto las manos dentro del suéter y mientras camino pienso en como hablaré con ellos. Quiero irme con Dakota.—Bueno, no lo sé... —murmuro y estornudo—. Papá, mamá, quiero ir a vivir al campus con Dakota. No, definitivamente eso no.
No podré decirles algo así. No aceptarán aunque se lo pida a Dios diez veces más de lo que hice esta mañana.
Empujo la puerta y respiro el cálido aroma del café. Es mi olor favorito. Camino a la barra y le sonrío un poco a Dana.
—Buenas, Cloé. ¿Ordenaras lo de siempre? —me pregunta con los ojos puestos sobre la computadora.
—Oh, no. Esta vez es para llevar.
—¿En serio? —pregunta y ahora me mira—. Se me hace extraño que lo pidas para llevar, ya había reservado tu lugar especial. Es jueves.
—Esta vez no puedo.
Niego y ella me sigue mirando extrañada. Los jueves siempre vengo a la cafetería por la tarde, solo paso por mi café en las mañanas antes de ir ala escuela y Dana es lo más parecido a una amiga que tengo. Mi única amiga es mi hermana.
—¿Cómo están tus padres? —me pregunta mientras espero.
—Bien.
—¿Dakota?
—Igual bien.
—¿Sigues dando oraciones cortas?
—Si.
Dana ríe y yo comienzo a sacar el dinero. Mis padres han dicho que no hable con desconocidos y una vez lo hice... Prometí no volver a hacerlo.
—Aquí tienes pequeña.
Tomo mi café, dejo el dinero sobre la barra y doy media vuelta para irme. Debo de seguir con mis deberes, prometí ayudar.
A medida en que camino veo que un señor entra a la cafetería, pero es tan tarde para que yo pueda retroceder o él aparte los ojos de su teléfono celular. Trato de esquivarlo, pero es imposible hacerlo.
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Sin Reservas (#2 R.P)
Romance=Segunda parte de la saga Rowling= Bienvenida, nueva lectora. Recomiendo que leas la primera parte si no quieres spoilers ;) Sean nunca deja que nadie se siente en el asiento de acompañante. Cloé apenas sabe lo que significa la palabra "amigos". ...