Final

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Las estrellas lloraron
el mismo día que me rompiste el corazón.


Derribaste mis paredes con una sonrisa, desgarraste mi alma con dos palabras y me diste una felicidad desbordante...
¿Qué se supone que haga con
todo este amor y dolor?










6 años después...

Seattle, Washingthon.

En mi estancia en París, durante cinco años, aprendí algunas cosas importantes, como por ejemplo...

—¡Mira quién está allí!

Mi sonrisa se amplía al ver como mi pequeña sobrina me mira con curiosidad.

—Deanna, cariño, saluda a tu tía Cloé -le dice mi hermana y la pequeña se aferra más al pantalón de ella—. Vamos, hace dos años la viste.

Dakota resopla y me mira poniendo los ojos en blanco.

—Es igual a Xavier —digo aun con mi sonrisa y ambas reímos—. ¿Cómo estás?

—¡Mejor cuando supe que vendrías hoy!

Sujeto mi maleta, la última que quedaba en el departamento, y con cariño observo como mi hermana mayor se agacha para arreglar el pequeño vestido de su hija. Se toman de las manos y con la otra me arrebata el bolso. Estaba por quejarme, pero lo dejo pasar. Como dijo, la última vez que las vi fue cuando fueron a París de vacaciones y sería chocante discutir por algo insignificativo.

Oh, es cierto, de París aprendí a ver la vida de una forma distinta y por supuesto, que el arte se encuentra incluso en las pequeñas cosas.

Giro mi cara hacia la ventana y bajo la ventanilla para hacer que mi cabello vuele con el viento que entra por ella. La ciudad parece no haber cambiado a medida que avanzamos, pero realmente puedo ver el cambio aun cuando han pasado casi seis años desde que me fui y por el cristal me puedo observar a mí misma siendo bañada por la luz del sol. Mis ojos se ven grandes, llenos de felicidad y ansiosos por ver qué cosas hermosas me esperan. Volver me llena de recuerdos, tantos recuerdos que podría preocupar a Dakota si me pongo a llorosa y simplemente sonrío. Sonrío tal y como aprendí en estos años.

Tengo veinticinco, soy pintora y dibujante, enseño a niños especiales, aprendí francés con muchos tropiezos, salí de una depresión en la que estuve a punto de ahogarme y ahora soy feliz.

¿Escuchaste eso, Sean?

Por fin soy feliz de verdad, después de dos años de tu muerte comprendí lo que realmente significaban tus suplicas, comprendí muchas cosas que me decías y ahora soy una mujer feliz. Ya no soy una niña, soy una mujer independiente y llena de vida. Ciertamente Marine me forzó a hacer muchas cosas que hoy le sigo agradeciendo con todo mi ser, ella y mi hermana (a la distancia) me ayudaron a pasar por el primer año, y unos cuantos meses más en los que sentía que la soledad, tu partida, los recuerdos y la depresión me llevaría al mismo lugar que tú. O a algún otro; porque intente suicidarme y solo quedo en eso, en un intento, Marine me atrapó en el momento. ¿Tengo que mencionar su castigo? Pero no importa ahora, recuerdo eso y me siento tonta e infantil.

Además, vendí los autos, guardé una parte del dinero para cualquier emergencia y la otra mitad la doné a un hospital infantil en el que pedí que todo fuera especialmente para la parte mental. El dinero de Sean serviría para otros niños, estoy segura que fue buena decisión y ¿qué mejor manera que gastar el dinero que ayudando a quien lo necesite? Pero, a parte del dinero, me dejaste algo más y es algo que trato de cumplir.

También aprendí de París algo que tu dijiste una vez de forma vaga: "La vida es tan maldita como deseé y solo te queda ser fuerte".

Pero... Por meses me dije a mi misma que nunca sería fuerte, me repetía tantos porqués que solo llegué a ser egoísta y pensar: ¿Nunca me amó? ¿Por qué tuvo que dejarme? ¿Mi amor no fue suficiente? Siempre pensaba supuestamente en él, pero realmente a lo que temía era a quedarme sola y que me dejara tan rápido como me recogió del frío suelo en el que estaba tirada; le temía al olvido y un mundo donde nadie me protegiera como lo hacía Sean. Me volví dependiente de él sin darme cuenta, ya lo era de mi hermana, fueron las personas a las que me aferré de forma obstinada y no pensé más allá de cómo se sentían.

Sin Reservas (#2 R.P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora