Capítulo 17.- ENERO

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Desgarrame el alma con
una sonrisa bañada de lágrimas
y un dulce lamento pidiendo clemencia.






04 de enero.

El señor Adrien me había llamado para ir a su casa y sentía que algo no estaba bien. 

Sean juega con el borde la sudadera que llevo puesta, murmura por muy bajo una canción en francés y de vez en cuando me sonríe con cariño. Pero sé, en el fondo, que la falta de sueño y tomar el medicamento le está haciendo mal. Desde las vacaciones en casa de Nath no parece estar bien y me preocupa. Irene ha dicho que lo cuide, lo amo y lo haré sin que nadie me diga que lo haga. Sean me salvo de mi infierno y eso haré también yo, lo salvare.

Detiene el auto y me quedo en silencio unos segundos. Me giro para mirar sus preciosos ojos y las ojeras negras debajo de ellos.

—¿Estas bien? —pregunto y asiente—. ¿Tomaste tu medicamento?

—Lo haré al llegar a casa, ahora hay que ir con mi hermano a ver que demonios quiere ahora.

—Tal vez solo me dirá sobre mis padres.

—Agh, molesto.

Abre la puerta, baja del auto y cierra azotandola.

Está enojado.

Me quito el cinturon y también bajo del auto rápidamente. Mis zapatos planos me dejan alcanzarlo en las escaleras donde Gideon, su hermano menor, habla con una muchacha. Cuando me ve sonríe y le devuelvo la sonrisa un poco forzada.

—Sean.

—Ahora no.

Con la mirada le pido una disculpa y corro detrás de Sean que no me espera, camina demasiado rápido hacia las escaleras. Estoy cansada ya, no me espera y está molesto porque Adrien nos ha pedido venir, me ha dicho solo a mi...

—Sean, Cloé, me alegro que...

—Ahorrate el sarmon, dinos porque estas aquí —dice molesto Sean y me mira—. Ven aquí.

Subo los escalones inmediatamente y toma mi mano con fuerza. Muerdo mi lengua e intento no quejarme. Me esta apretando con demasiada fuerza.

—Rolan, le estas haciendo daño —dice con suavidad Adrien y Sean me suelta la mano bufando—. Te pido de la forma más amable y tranquila que me acompañes a mi oficina. Cloé, en la tercera planta hay una habitación que quisiera que pintaras, es una sorpresa para Hammer, así que puedes tomar tu tiempo. La habitación está en un pasillo un poco escondido.

Trago saliva y asiento. Yo... Yo creo que no quiere que yo escuche su conversación y me siento asiosa. ¿Sean estará bien? ¿Tomará su medicamento? Bajo la cabeza y me disculpo antes de subir las escaleras.

Dakota, tengo que hablar con Dakota.

Saco mi teléfono y busco con cuidado el número de mi hermana. Suena, suena y no contesta. ¿Estará ocupada? Hoy es su día libre y el de Xavier también... Me sonrojo al pensar que pueden estar haciendo lo mismo que Sean y yo hicimos días atrás. ¡¿Por qué pienso en eso ahora?! Avergonzada guardo el teléfono y busco la habitación.

—Qué casa tan enorme... —musito para mi y miro atenta los pasillos.

No quiero perderme y que él se preocupe.

Una puerta me da curiosidad y la abro, ésta da a un pasillo con tres puertas y me gana la curiosidad otra vez. La primera puerta a la derecha es  un baño, a la izquierda es una habitación que está llena de papeles, ropa y almohadas regadas por la habitación, la puerta que tengo frente a mi está en blanco y hay cosas de arte junto a la ventana. Creo que es esta. Entro y cierro la puerta detrás de mi.

Sin Reservas (#2 R.P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora