Let's talk about... Sex.

Primer día.

Después de que Camila haya convencido a sus padres de que Lauren durmiera con ella en la antigua habitación que tenía el la hacienda (no sin antes de que Alejandro le dijera que en el baño había condones y que no hicieran mucho ruido), subieron hasta la planta más alta y cuando llegaron a la habitación, Lauren metió sus maletas y las dejo en una esquina de esta, mientras que Camila se dejó caer en la cama, está observó bien el cuarto.

El cuarto tenía piso de madera, al parecer de roble, y las paredes eran de una especie de color naranja. La cama era grande pero tenía un respaldo grande y al estilo colonial, el ropero era de madera y era casi gigante, ¿Acaso Camila tendría ropa ahí? Luego sabríamos. Tenía una televisión antigua, de esas que daban la impresión de que fueran una caja, pero esta se miraba bien, bastante bien, tenía un tocador igualmente hecho de manera al igual que los cajones que habían a cada lado de la cama, y la lámpara que había sobre uno de estos parecía sacada de la antigüedad.

-¿Y bien? ¿Te gusta?.- Preguntó Camila.

-Me encanta, tiene pinta de una habitación colonial.- Respondió Lauren.

Camila se paró de la cama y como Lauren estaba a espaldas viendo todo lo que había por ahí, la abrazó por detrás y le dejo un beso en su sien, Lauren se apegó más a esta pero no dejo de ver.

-Mira cuantas fotos... Camila, eras adorable de pequeña, cielos, ¿Esos son reconocimientos? Hablame de esto.- Dijo Lauren curiosa mientras miraba ciertos portaretratos de miraba, o cuadros incluso.

-Las fotos básicamente son mías, y de mi familia, tengo aquí algunas pero aquí dentro de la casa ahí más regadas por la sala o los pasillos, ¿Ves esa de ahí?.- Señaló.- Esa foto fue tomada cuando tenía como siete u ocho años, no recuerdo muy bien, por ahí puedes ver una donde estoy con mi familia en una fiesta, otra donde estoy montando a Voltan que por cierto, muero por verlo.- Ambas rieron.- Los cuadros son reconocimientos por haber participado en la charrería y eso, pero bueno, no te lo voy a contar por que pronto lo verás.- Dijo Camila sonriendo.

Lauren volteó y cuando estuvo frente a frente, decidió mantenerle la mirada fija.

Los bellos ojos esmeralda frente a los preciosos ojos chocolate.

Después se besaron y bajaron, con sus manos entrelazadas claro. Los Cabello de inmediato les ofrecieron de comer pero estas negaron, pues habían comido en el avión y bastante bien.

Pronto Camila enseño todo el no tan pequeño lugar, la casa en si era gigante y toda esta tenía pinta de ser antigua, el amueblado, el color, la decoración, básicamente parecía que el tiempo ahí se había congelado.

-Todo esto es simplemente, wow... Parece un pedazo de historia.- Decía Lauren asombrada.

-De hecho, así es... Algunas cosas son consideradas reliquias. Esto perteneció a mi abuelo pero al no poder pagar al gobierno, se la confiscaron, poco después papá pudo pagar y ahora es suya.- Sonrió.- Claro que mi abuelo viene de vez en cuando, realmente toda mi familia está en Guadalajara, pero nosotras estamos aquí, en Tlajomulco de Zúñiga.- Informó Camila.

Pronto acabaron de ver la casa y fueron a las afueras de esta, tenían toda la tarde para recorrer las no tan pequeñas 3 hectáreas con las que contaba la hacienda. Pronto Lauren miro las varias partes que habían, en una había un pequeño establo donde tenían que estar los caballos, en otro lado había una especie de circulo cercado para montar a los caballos, miro algunos cultivos que había sembrados y una que otra cosa más, incluso había una pequeña iglesia dentro.

Después de horas de haber recorrido el lugar, regresaron a la casa y decidieron sentarse bajo un árbol y esperar a mirar el atardecer.

-Esto es increíble.- Dijo Lauren aún asombrada.