A la mañana siguiente, todos habían despertado temprano por sorpresa y el motivo era un misterio, pero de igual manera eso sería bien aprovechado. Lauren y Camila se encontraban vistiendo se pues este día saldrían a recorrer los lugares y las calles de aquella gran ciudad. Bajaron al piso donde se encontraban los padres de la morena y su hermana, tocaron y Alejandro abrío.
-Buenos días.- Saludo Alejandro a ambas y estás correspondieron de la misma manera.
-¿Ya listos? Tengo hambre.- Confesó Camila.
-Solo un segundo, estoy peinando a Sofi.- Pidió Sinuh.
-¡SALVENME!.- Pidió a su vez Sofi.
Todos rieron y después de algunos minutos, ya todos estaban listos. Bajaron al restaurante del hotel y rápidamente los atendieron, incluso iban a darles un pequeño detalle por parte de la casa.
-¿QUE DEMONIOS? ESO ES GIGANTE.- Dijo Lauren a Camila y está asintió en acuerdo, todos miraban expectantes como aquel hombre tomaba el gran pez y con facilidad le quitaba las escamas.
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-Es el almuerzo, supongo.- Respondió Alejandro.
Pronto el pez fue a dar a la cocina y después este salió en platillos distintos que cada uno de los que estaban en la mesa se tomaron la molestia de degustar.
-Estoy en el cielo.- Dijo Sofi.
-Esta delicioso.- Dijo Lauren.
-El pescado tenía platanitos, ¡Platanitos!.- Dijo impresionada Camila.
Siguieron comiendo y pronto cuando terminaron, llamaron al chef y todos personalmente le dieron las gracias y aunque ese pescado iba por parte de la casa, Alejandro dió una buena propina al chef, al mesero que las atendió y al señor que rebanó el pescado.
Salieron de ahí y no les costó mucho elegir el lugar al cual ir, ya tenían una buena idea.
El Malecón de Puerto Vallarta fue su primer destino y sin duda esta era una visita obligada pues a lo largo de sus casi dos kilómetros te encuentras con sus famosas esculturas de bronce y arena, además que en el trayecto admiras la belleza del Océano Pacífico. En el camino además te encuentras con tiendas, restaurantes, e incluso lugares donde venden artesanías.
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