Capitulo 22

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El lunes por la mañana me sorprendió ver que Frann ya había llegado a la agencia y que estaba encerrado en su oficina con Adam, sentí un desasosiego, podría soportar la ruptura con Chris, era algo ya inminente, pero no podía perder mi trabajo, eso sí me destrozaría, la agencia ''Hanns'' era una de las más reconocidas y él con facilidad podría cerrarme la oportunidad de conseguir trabajo en otra. Entré a mi oficina y alcance a ver que Adam salía, se dio cuenta que yo estaba ahí y furioso entró golpeando la puerta.

– Ya estarás contento hijo de put*, por tu culpa me he quedado sin trabajo y no podré encontrar otro igual en todo el país y tengo un hijo que mantener.


– Eso hubieras pensando antes de montar un escándalo en un lugar público, exponiéndote a que alguien te viera, que eso fue lo que sucedió, ni siquiera he hablado con Niall, deja de hacer numeritos, vete por favor, antes que llame a seguridad para que te acompañen a la calle -respondió Frann serio.


– Esto no se va a quedar así Niall, me las vas a pagar.

– Ya te dije que él no tiene nada que ver, acepta las consecuencias de tus actos Adam, tú eres él único responsable de lo que ha pasado.


Lo miro y salió de mi oficina, yo me dejé caer en mi silla, lo que menos quería, es que lo despidieran, conocía perfectamente su situación y no le guardaba rencor, al final lo que se hace en la vida se paga y creo que se iba a quedar sin Chris que era lo único que le importaba y el causante fue el.

– Frann, no tenías que haber hecho eso, no tiene nada que ver con el trabajo.

– Perdón Niall, no lo hice por ti, te estimo, pero tuve otras razones, mi esposa los vio en el centro comercial y escuchó todas las cosas que Adam te gritó, si fue capaz de involucrarse con el novio de un amigo y se valió de todas las artimañas que pudo para conseguirlo, más encima ventilar intimidades en un lugar público y frente a su hijo, ¿qué podría yo esperar de él en cuestiones laborales?, que un día se marchara llevándose sus cuentas y echara pestes de la agencia, que tirara lodo por todas partes, no Niall, eso no podía permitirlo, me ha costado mucho abrirme paso en este medio tan competido para dejar que alguien como él lo arruine por su falta de escrúpulos.

– No sé qué decirte.

– No digas nada y sigue con tu trabajo, tenemos varios asuntos pendientes y mientras conseguimos a otra persona para reemplazarla te harás cargo de sus cuentas.


Asentí con la cabeza y Frann salió de mi oficina. Encendí mi computadora y, como siempre, había más de un mail de Liam, pero no me sentía con ánimos de leerlos y menos con lo que acababa de pasar, no podía evitar sentir lástima por Adam, no le había valido de nada todo lo que hizo, había perdido lo más por lo menos.

Por la tarde, salí a almorzar con Gemma y le conté lo que había sucedido.

– Lo sabía Ni, no en vano lo tenía en un altar, era porque se estaban acostando.

– Nunca lo sospeché, alguna vez sí pensé que estaba enamorado de él por la forma en que se expresaba pero no imaginé que tuvieran un amorío.

– Las relaciones humanas son difíciles Niall, veme a mí.

– Y, por cierto, ¿cómo van las cosas con Andre?

– Ya iniciamos los trámites del divorcio, mañana es la primera audiencia.

– Entonces, ¿no hubo arreglo?

– No Ni, nos hemos dado cuenta que nos casamos sin conocernos, cegados por el fuego de la pasión y aunque ese todavía está presente no es lo único que mantiene viva una relación, algún día se acabara y entonces, ¿qué nos quedara?, somos completamente distintos, no tenemos nada en común, así que no tiene caso seguir juntos.

En eso mi celular sonó, lo tomé y era número restringido, no pude evitar que los latidos de mi corazón se dispararan al adivinar de quien se trataba.

– Hola –respondí de lo más normal.

– Vaya, hasta que me contestas, Niall, me tenías con el alma en un hilo, ¿sabes dónde estoy? -escuché su voz aterciopelada con un tono de preocupación.

– No tengo la más mínima idea, por la hora que es y considerando el cambio de horario, supongo que estarás alistándote para cenar.
– Pues no cariño, estoy en el aeropuerto buscando un boleto para Nueva Jersey, no he sabido nada de ti en todo el fin de semana, no has contestado mis mails y no había podido comunicarme a tu celular, me tenías sumamente preocupado.

– Liam, no tienes que hacer eso, tuve un fin de semana muy ocupado y tengo mucho trabajo en la oficina, no tienes por qué alarmarte.

– Está bien, entiendo, discúlpame por ser tan aprensivo pero, no sé, tuve un extraño presentimiento el viernes, júrame que estás bien Ni, por favor.

– Estoy bien, no tienes nada de qué preocuparte... por cierto, ya compré la webcam.

– Ese es mi chico, está bien, me calmaré y me conectaré cuando allá sean las 10 de la noche, ¿ok?

– Pero, amor, allá serán las tres de la mañana, tienes que dormir.

– No te preocupes por eso, de todas maneras aún no me adapto bien al cambio de horario.

– Sigo pensando que estás loco.

– Claro que lo estoy, pero por ti.

– ¿De verdad?

– ¿Y por qué lo dudas?, si no estuviera loco por ti no te escribiría todos los días ni estaría a punto de regresar a Estados Unidos sólo para asegurarme que estás bien, debes tenerme confianza.

– Lo sé –respondí con un suspiro.

– ¿En serio estás bien Ni?

– Sí, anda, ya ve a cenar, no es necesario que vengas.

– Está bien, entonces nos vemos a esa hora, ¿sí?

– Ok, hasta entonces.

– Cuídate mucho cariño, por favor, te mando muchos besos.

– Yo también, bye.


******


Llegué a casa y cené mientras veía la televisión, no me quise cambiar de ropa porque vería a Liam por la webcam, lo cual me tenía nervioso. La conecté y verifiqué que sirviera, me tomé una foto y la puse en el messenger. A las diez en punto él se conectó y de inmediato me escribió hola y me mandó la invitación para la video llamada, sonreí y la acepté.

– Hola precioso ¿cómo estás? –preguntó en cuanto nos vimos.

– Bien, ¿y tú? –respondí saludándolo con la mano.

– Feliz de verte, aunque me gustaría más estar contigo.

– ¿En serio no tienes sueño?

– No, por supuesto que no, tú me lo quitas, me haces falta, ¿ya te lo había dicho?

– Sí, en cada correo electrónico que me escribes –respondí y puse mi mano en la pantalla del notebook y él hizo lo mismo-. ¿Qué es lo que más extrañas de mí?

– ¿Por dónde empezar?, tu sonrisa, tus ojos, el aroma de tu cabello, tus besos, tus caricias, tu sensualidad, el calor de tu cuerpo, tus manos en mi espalda, tu respiración errática, tu forma de perder el control –se quedó en silencio y una sonrisa traviesa escapó de sus labios-. ¿Qué tal si jugamos un poquito mi amor?

– ¿Jugar?, ¿a qué? –pregunté haciéndome él tonto, sabía a lo qué se refería.

– A que estamos juntos y vamos haciendo lo que nos digamos, tú sabes, cosas que nos haríamos el uno al otro –respondió y me guiñó el ojo lamiéndose los labios.

– Está bien, pero tú empiezas y yo te sigo, ¿sí?



Mi Ardiente Tentación ~Niam Hayne ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora