Capitulo 19

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– Pero Liam, ¿cómo me pides eso?, ¿qué quieres que le diga a Chris?

– No sé, ármale un pleito y dile que dormirás en la otra recámara por favor -suplicó no sólo con palabras sino también son su mirada.

– No sé Liam... me pones en un predicamento.

– No es mayor al que tú me pones, Ni, no vamos a vernos como en mes y medio, regálame esta noche, por favor –insistió tomando la punta de mis dedos.

– Mira, hagamos esto, subiré y cuando esté dormido me escapo, Chris tiene el sueño muy pesado y seguro no se dará cuenta.

– Está bien –aceptó con una gran sonrisa mientras acariciaba mis dedos.

– Chicos me voy a dormir –anunció Ariadna entrando a la cocina y separamos abruptamente las manos mientras la mirábamos asustados.

– Hasta mañana niña, que tengas dulces sueños –dijo Liam y yo lo miré serio y salí de la cocina después de despedirme de ella.

Chris estaba sentado en el sillón cambiando de canal en canal. Ariadna pasó, se despidió de él y subió. Liam salió de la cocina y se sentó en el otro sillón sin decir nada. Minutos después Chris se levantó y le dio el control remoto.

– Ya es tarde, vámonos a dormir, cariño –exclamó volteando a verme.


Liam me dio una mirada suplicante que Chris no percibió porque estaba dándole la espalda y entonces recordé las misteriosas llamadas telefónicas.


– No tengo sueño, además, hay que lavar los platos, no sé pueden quedar sucios y no quiero andar con prisas mañana.

– Está bien, pero no tardes –se inclinó para darme un beso, pero agaché la cabeza y terminó por dármelo en la frente.

– Liam, ¿tú no vas a dormirte ya?

– Sí, pero primero tengo que sacar unas cosas del auto para entregarlo mañana.

– Bueno, hasta mañana –se despidió y subió las escaleras.


Liam se quedó parado ahí y cuando se escuchó que Chris cerró la puerta de la habitación, me sonrió y se acercó a mí.


– Gracias muchachito de la limpieza –exclamó en tono de burla.

– Muy gracioso, acompáñame a la cocina, vamos.


Me tomó del rostro y me plantó un beso en los labios, yo le recriminé con la mirada, él me tomó de la mano y entramos a la cocina, comencé a lavar los platos mientras él se recargaba en el mueble, a mi lado.


– Cuéntame de ti –dijo metiendo sus manos a los bolsillos de su pantalón.

– ¿Qué quieres saber?

– Lo que quieras platicarme.

– Está bien, pero... –tomé un fuerte suspiro, era una duda que tenía desde el primer día que lo conocí y que después de este fin de semana se había incrementado-. ¿Tú podrías primero contestarme una pregunta?

– Claro, pregúntame lo que quieras, las reglas ya no existen –me guiñó el ojo.

– ¿Por qué un chico como tú tiene un... pasatiempo tan... peculiar?

– ¿A qué te refieres? –exclamó extrañado.

– A la forma en que nos conocimos –dije mirando el plato que lavaba para evitar mirarlo-. ¿Por qué lo haces?, si no es por dinero, que obvio no te falta, entiendo lo del placer, pero, ¿no sería más fácil conseguirse un novio, novia o ligarse a alguien en un bar?, ¿por qué así?, ¿por qué esas reglas?

Mi Ardiente Tentación ~Niam Hayne ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora