– La verdad no, estoy en casa de mi novio –dijo siguiéndome el juego.
– Es una verdadera lástima… ardo en deseos de verte, acariciarte, besarte, desnudarte, recorrer tu cuerpo.
– Ufff, no sigas que me harás hacer algo que no quiero.
– Vamos, no tiene porque enterarse tu novio… además, lo prohibido es más excitante, ¿no crees?
– Definitivamente.
– Me han dicho que eres un dios en la cama y me encantaría comprobarlo y, por tu tono de voz, creo que no exageraron, tienes una voz endemoniadamente sensual, has despertado más mi deseo por ti.
– ¿En serio piensas que mi voz es sensual? –exclamó enfatizándola más.
– Demasiado… mi cuerpo ha empezado a… alterarse sólo de escucharte.
– Tu voz también es muy sexy, ¿así eres tú?
– ¿Por qué no vienes y lo compruebas por ti mismo?
– Está bien, ¿cómo te reconozco?
– Sólo tengo puesto una bata –respondí y le colgué.
Salió de la cocina y yo estaba parado en la entrada de mi habitación, tenía un brazo estirado recargado en el umbral de la puerta y le sonreí coquetamente, lamiéndome los labios, Liam me recorrió con la mirada.
– Hola extraño –dije y le guiñé un ojo.
– Hola hermoso, en verdad eres tan sexy como tu voz.
– Y espera que me ponga en acción –agregué y lo jalé de la camisa.
Lo besé desenfrenadamente, él me pegó a su cuerpo y entramos a la habitación, lo giré y lo hice sentarse en la cama, me quité la bata y le mostré mi atuendo, me di la vuelta para que observara, gire sobre mi hombro y me di cuenta que estaba mordiéndose el labio inferior, sonreí al ver tal acción.
– Lo dicho, sí que eres sexy.
– Esta noche yo te haré feliz a ti.
Me di la vuelta y le abrí la camisa con fuerza, los botones salieron volando y se la arranqué, él suspiró, rápidamente le quité el pantalón, su cuerpo había reaccionado, así que me hinqué y tomé su erección en mis manos y la recorrí con mis labios y mi lengua, despacio y suave, a diferencia de la rapidez con que lo había desnudado.
Él apoyó sus manos en la cama y echó la cabeza hacia atrás, gimiendo en respuesta a mis caricias, yo seguí tocando y besando toda su masculinidad, lanzó pequeños gritos de placer y me pedía que no parara, así que yo le obedecía hasta que sentí que casi alcanzaba el clímax, me detuve.Sus ojos ardían en deseo al igual que los míos, me acerqué y le lamí los labios, él me tomó por la cintura, bajo sus manos hasta mi cadera, tomando los bordes del boxer deslizándolos por mis piernas, regreso sus manos a mi cintura e hizo sentarme en él, sus manos bajaron hasta mis nalgas y las abrió introduciendo su dedo para comenzar a prepararme, haciendo un vaivén con él, introdujo uno más, yo gemía por lo que hacía, cada encuentro que tenía con él era tan excitante, mordía mi labio, saco sus dedos y lo remplazo por su miembro uniendo al fin nuestros cuerpos que se movieron acompasadamente y comencé a gemir más fuerte que él.
– Me enloqueces como nadie lo había hecho Ni…
– Shh, regla número uno, no nombres –dije poniéndole un dedo en los labios.
– Encantador y sexy desconocido.
– Así es más excitante, hermoso y sensual desconocido.
En un movimiento me hizo girar y quedo encima de mí, nos besamos mientras seguía introduciéndose en mí cada vez con mayor intensidad, lamió mi cuello, bajo su lengua hasta uno de mis pezones y empezó a lamerlo como si de una paleta se tratara , yo subía y bajaba mis manos por su espalda hasta sus nalgas, aumentó aún más sus movimientos, tomo mi miembro y lo comenzó a masajear rápidamente, cuando sentí como ambos llegábamos al orgasmo gritando al unísono, manchando así nuestros abdómenes.
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Mi Ardiente Tentación ~Niam Hayne ~
FanfictionTres simples reglas a seguir: #1 No nombres. #2 No preguntas personales. #3 No lazos afectivos. Son las indicaciones que el desconocido da a Niall en su primer encuentro, pero ¿Para ambos será igual de simple seguirlas al pie de la letra? La autora...