Afortunadamente, para mi salud mental, ese día estuvo cargado de bastante trabajo, aunque de repente me reía yo solo porque algún recuerdo me venía a la mente y hacía que mi cuerpo se estremeciera, pero movía la cabeza y volvía a concentrarme en lo que estaba haciendo.
Eran las 7:30 pm cuando terminé la campaña publicitaria en la que estuve trabajando todo el día, apagué la computadora y saqué mi mochila del cajón del escritorio, tomé mi celular y lo miré fijamente, ¿sería demasiado desesperado de mi parte volver a llamarlo hoy?, ¿ni siquiera dejar pasar un día o dos para volver a buscarlo?, pero el solo hecho de volver a recordar sus caricias me excitaba por completo, era la primera vez que algo así me sucedía y no es que el sexo con Chris fuera malo, escaso sí, pero cuando lo hacíamos no me podía quejar, al menos no antes de la velada de anoche.
Teníamos ya cinco años de novios y era el único hombre que había conocido en la intimidad, antes de ir a enredarme con ese extraño que me había mostrado una faceta del sexo y de mí completamente diferente.
Entonces vi que el celular se encendía anunciando una llamada de él, precisamente.
- Hola amor, ¿cómo estás? - dije mientras tomaba mi mochila y salía de la oficina.
- Bien cariño, ¿y tú?, ¿te gustaron las flores?.
- Claro, son hermosas.
- Te dije que te recompensaría, estoy afuera de tu oficina para llevarte a cenar.
- Ok, te veo en cinco minutos, ya voy de salida.
Colgué y apreté el botón del ascensor, al salir del edificio vi el flamante auto negro de mi novio y me subí, le di un ligero beso en los labios y él me abrazó, en ese momento, sentí todo el peso de la culpa, no merecía que lo hubiera engañado, no era justificación su falta de tiempo.
Cuando nos separamos, me entregó un pequeño regalo que abrí de inmediato, era un hermoso dije en forma de media luna, la culpa se incrementó y la sentí en mi espalda como si fuera una losa pesada y le sonreí avergonzado, no sólo lo había engañado anoche con un desconocido sino todo el día con el pensamiento.
Fuimos a un lindo restaurante de comida italiana y nos sentamos al fondo, ordenamos una botella de vino tinto, ensalada y pasta, brindamos por mi cumpleaños y por el cierre de otro exitoso negocio que él concretaba.
Fue una linda velada que me hizo olvidar todos los pensamientos lujuriosos que había tenido durante el día, estaba frente a un hombre real, del cual conocía todo y que además amaba y me amaba.
Pagó la cuenta y salimos tomados de la mano del restaurante, nos besamos mientras nos llevaban el auto, que diferentes eran sus besos a los de aquel extraño, pensé tratando de borrar aquellos recuerdos.
Llegamos a mi departamento y lo invité a subir, necesitaba apagar el fuego que me había estado consumiendo todo el día.
Entramos tomados de la mano y cuando subimos al ascensor no pude contenerme y lo besé desesperadamente mientras acariciaba su pecho por encima de la camisa, al llegar al piso de mi departamento Chris me miró de forma extraña.
- Pero Niall, nunca antes me habías besado de esa forma - exclamó sorprendido.
- Te necesito - respondí con voz de niño pequeño - y te extraño.
Entramos a mi departamento y volví a besarlo frenéticamente mientras hacía que se sentara sobre el sillón y yo me senté encima de él y comencé a desabrochar su camisa con urgencia, él me acariciaba la espalda, comencé a besar su cuello, en tanto llegaba al último botón de la camisa, cuando su celular sonó.
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Mi Ardiente Tentación ~Niam Hayne ~
FanfictionTres simples reglas a seguir: #1 No nombres. #2 No preguntas personales. #3 No lazos afectivos. Son las indicaciones que el desconocido da a Niall en su primer encuentro, pero ¿Para ambos será igual de simple seguirlas al pie de la letra? La autora...