UN CUENTO DE NAVIDAD (parte 1)

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Quincena de diciembre en la secundaria pokemon, y ya se podía sentir el ambiente navideño, hacia una semana había comenzado a nevar, y el frio se sentía, la navidad alegraba a muchos de una u otra forma, ya sea por los días sin escuela por los feriados, lo agradable del clima nevado, la comida de las fiestas, o simplemente el espíritu de paz y unión de esas celebraciones. Pero claro a no a todos les afecta el espíritu navideño.

Grovyle acababa de llegar a la escuela, estaba enfundado en un grueso abrigo negro y largo, pero aun así se le congelaba la cola, las pesadas botas de nieve lo hacían moverse torpe, odiaba tener el cuello largo pues así las bufandas solo le cubrían una parte del cuello, y odiaba aplastar la hojas de su cabeza con el aquel gorro de lana. Pero tenía frio, y esto lo ponía del humor.

- hola Grovyle – de repente apareció Servine, que lo saludo con amabilidad y con una sonrisa, quizá a ella el frio también le molestaba, pero no mucho, y ella adoraba las fiestas.

- hola – respondió Grovyle desganado – ACHUUUU – estornudo – rayos, esto no podría ponerse peor, que asco – dijo buscando en su mochila un pañuelo de papel.

- vaya humorcito que tienes – dijo Servine ligeramente ofendida por la mala actitud de su novio.

- es el estúpido frio, estoy en esta estúpida ropa invernal y aun así se me congela la cola, soy un reptil, tengo la sangre fría, y para colmo soy tipo planta, y eso empeora por el hecho de que mi mega-evolución es tipo Dragón, eso multiplica por cuatro mis razones para odiar el frio – se quejo Grovyle.

- sabes, no se te congelaría la cola si usara un tapa-cola – dijo Servine resignándose al mal humor de Grovyle.

Un tapa-cola era algo como un calcetín para la cola, las chicas los usaban, pero los machos tenía ciertos complejos para usar esas cosas, por más que hubiesen modelos para hombre, y el orgullo de Grovyle no se lo permitiría. De hecho ese momento Servine llevaba uno puesto, lucia bien, era color turquesa con líneas doradas, que iban bien con la bufanda dorada que llevaba Servine, sobre su chaqueta turquesa.

- olvídalo, es una tontería – dijo finalmente Grovyle para evitar el tema, sino Servine seguiría insistiendo en ponerle un vergonzoso tapa-cola.

- bien, entonces dime ¿tengo que obsequiarte algo por navidad? – pregunto Servine tranquila.

- ¿y esa pregunta? – cuestiono Grovyle aun de malas.

- solo quiero saber, no quiero llegar el día de navidad con un regalo para ti y que tu no tengas nada para mi, ni que tu tengas un regalo para mi, sin yo tener nada que darte, somos pareja, ahora las cosas no son tan simples – dijo Servine con mucha honestidad, algo desafiante.

- entonces guarda tu dinero, querida, ahorro es progreso – dijo ligeramente burlesco – la navidad no me agrada – dijo Grovyle con un gesto no muy agradable.

Servine estaba llegando a su límite, no quería pelear, así que guardo la compostura.

- Sabes Grovyle, solo te falta decir "pamplinas" y ser peludo para ser la perfecta combinación entre el Grinch y Ebenezer Scrooge, porque incluso ya eres verde – dijo Servine y se alejo de Grovyle apresurando el paso. Eso no pintaba bien.

El trió de Kanto había llegado a la escuela, llevaban hablando desde hacía un buen rato sobre, un asunto simplemente no deberían haber tocado, o habían prometido no tocar, todo culpa del culpable original, Wartortle, todo sobre cierta pokemon que solo vio una vez, de la que se enamoro, y que pinto las garras de Charmeleon, si bien se salvo de ser convertido en sopa de tortuga, estaba de nuevo en problemas.

- … ¿Qué significa cuando una chica rechaza tu solicitud de amistad en poke-book? – insistía Wartortle.

- significa que no quiere saber nada de ti, acéptalo Wartortle se acabo, y no deberías haber intentado buscarla, prometimos que todo lo que paso esa noche no paso – dijo Charmeleon frustrado.

Poke-SecundariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora