Poke-Secundaria

INDISCRECIONES (parte 1)

Esa tarde, las cosas eran un poco extrañas. Seadra desde el segundo bloque de clases había actuada extraña, desapareciendo un rato, y tras esto actuando distante y tranquila con Sharpedo y Tentacruel. El cumpleaños de Gyarados se acercaba, y Milotic decidió preguntarle a Seadra acerca de cuál sería el mejor regalo para este, claro que arriesgándose a ser alejada con molestia, pero no. Seadra de hecho la aconsejo de modo paciente, pero claro luego ella misma se aparto, y siguió sola el resto del día. Algo extraño le sucedía.

Al llegar a casa, Seadra saludo a su abuela tranquila, y se encerró en su cuarto, a echarse sobre la cama y acurrucarse para así poder sonrojarse sin temer a que nadie la viera. "La bestia asesina" "La cara de macho", nadie que la llamase así podría imaginar lo que ella sentía ese momento. Haberse enamorado de Croconaw, el chico más tosco, infantil y hambriento que jamás hubiese conocido, sin duda era algo que ella no hubiese imaginado, en especial porque comenzaron peleándose. Él era inocente, fácil de entender, y no le temía a sus ataques de ira, de hecho la hacia reír y la calmaba, sin mencionar que él era el único macho que era capaz de verla bonita. Al inicio salir con él, parecía algo difícil de concebir, y hasta un juego. Pero que él la hubiese besado aquella mañana, le había hecho dar cuenta de que en realidad aquello era real, que lo quería, que contaba con él, que quería seguir a su lado, y que lo suyo era serio. Seadra no podría estar más contenta con aquello. Una vez que se sintió en calma, pudo levantarse de la cama, aun sin dejar de sonreír suavemente, comenzó a rememorar que tenía que deberes tenía.

Pero claro, no todo iba ser tranquilo. Seadra un rato le dio un vistazo a Pokebook. Nada nuevo, salvo en las publicaciones de la página oficial de la escuela. Había una publicación sobre el concurso de talentos. Ya se había sorteado al juez sorpresa, y se habían anunciado oficialmente a los jueces de ese año. La maestra Beautyfly, la maestra de arte e historia del arte; La maestra Masquerain, profesora de teatro y Literatura legendaria; y El director Raichu. Todos ellos jueces habituales según lo que Seadra sabía, pero siempre se elegía un Juez sorpresa, sorteado entre todo el personal de la escuela, y ese año, la enfermera Blissey, era la elegida para ocupar el lugar de la jueza numero 4.

A Seadra nunca le agrado esa mujer, así que no le hizo gracia, pero claro ese año descubrió un inusual interés en el concurso de talento. Esa publicación ya tenía 89 "me gusta" y 63 comentarios, eso era demasiado para una publicación reciente de la escuela. En comentarios un montón de pokemons preguntaban al respecto de la Pre-inscripción para la audición, sobre cuando serian publicados los afiches, entre otras cosas. Entonces Seadra noto que la mayoría de estas preguntas, eran de chicas. Entonces Seadra bajo un poco el cursor y descubrió otra cosa interesante, un anuncio más pequeño en aquella pagina, de parte de la profesora Masquerain.

"A todos los interesados en unirse al elenco del Club de Teatro, prepárense en actuación y en otra disciplina artística, dentro de un mes, abriremos vacantes para 3 hembras y 7 machos, la fecha de la audición será informada más adelante". Seadra ahora lo entendía. Debido a las producciones del Club, que eran realizadas de modo profesional, ahora un montón de chicas con sueños de fama veían una oportunidad de ingresar a un elenco de producciones profesionales, se interesaban en el concurso para poder ver a que se enfrentaban, también poder impresionar antes de tiempo a la profesora Masquerain, sin mencionar que se esperaba más del concurso de ese año. Seadra que ya tenía un merecido y ganado puesto en club de teatro, y era cierto habían más chicas que chicos, por eso solo aceptarían a tres chicas, y para esos tres puestos, seguramente un montón de chicas alucinadas, con sueños de fama, lucharían a muerte. Esa idea era desagradable, pero claro Seadra se consoló en una idea, pues no importaría cuanto se esmerasen, siempre alguien con más talento opacaría estas niñas. Y era cierto, pero no era solo alguien, se trataba de un grupo.