Poke-Secundaria

FAMA INNECESARIA (parte 1)

Aquella tarde Flareon estaba malhumorada, pues era su turno de ir a la tienda, justo el día que tendría el segundo ensayo más extenso para el concurso de talento, con sus hermanas. Y todo eso sin mencionar que desde el lunes no le había dirigido la palabra a Quilava, o mejor dicho, hablar sin pelear. Para Flareon era completamente detestable que un grupo de chicas de repente hubiesen decidido que amaban a Quilava del mismo modo loco, enfermizo y obsesivo, en el cual amaban a sus ídolos pop, y no solo de la escuela, sino también chicas de la escuela privada, y chicas que vivían en otros lugares. Flareon se sentía, no solo fastidiada porque la estuviesen atacando esas estúpidas "Quilovers" como habían decidió llamarse; con estados de Pokebook que le decían a Quilava que se merecía algo mejor que ella, imágenes donde la representaban como una bestia acaparadora de Quilava, y comparaciones estúpidas tipo "Quilovers Vs Flareon, Quilovers, somos adorables, amamos el talento no descubierto, somos alegres, nos gusta que nos dediquen canciones, apoyamos a Quilava incondicionalmente; Flareon, controladora, odiosa, no tan bonita, se cree la gran cosa, y blablablabla …"

Y ahí no terminaba el asombroso poder de las fangirls de su novio. Algunas se hicieron pasar de pokemons normales y se hicieron amigas de Quilava en las redes, para mandarle mensajes llenos de corazones, solicitudes de matrimonio o noviazgo, e incluso por mensaje privado fotos de ellas mismas posando algo coquetas.

En realidad ese problema durante mucho tiempo paso desapercibido. Después de que el video de la audición para el Club de teatro de Quilava se hiciera viral, sí, aparecieron las famosas Quilovers, pero eran como una broma, una fanbase que desaparecía después de que el video pasara de moda. Pero dado que en la escuela, Quilava protagonizaría el Fantasma de la opera, una pequeña parte de esas chicas, quedaron latentes igual que una bacteria. Para cuando Quilava y Flareon por fin se volvieron pareja oficial, esto revivió un poco a la comunidad, pues les dio a una enemiga a quien odiar, pero también las más sensatas abandonaron esa comunidad, dándose cuenta de que al final Quilava solo era un pokemon común y corriente, lamentablemente dejando solo a las más dementes. Si bien odiaban a Flareon, era en secreto, y nada lejos de malas y forzadas imágenes para Pokebook. Pero desde que Frogadier creó una página para su banda "Ninjitzu", y publico fotos de los miembros, las Quilovers enloquecieron, y comenzaron a reclutar más, por fin volverían a escuchar cantar a su amado Quilava, y los ataques contra Flareon, y ahora contra la única hembra en la banda, Warly habían recomenzado, con más fuerza que nunca, tanto que hasta Frogadier borró la página de su banda por el momento. Pero la promesa de ver a Quilava y su nueva banda en el concurso de talentos, las tenía locas.

Flareon prefirió dejar de pensar en ello, era demasiado. Llego al supermercado, y con rapidez se desplazo por los pasillos, comprando todo lo que estaba en su lista. Sin duda era una pesadilla ir a comprar provisiones para 9 pokemons ella sola, pues al final, tendría demasiadas bolsas que cargar, y hasta seria un enorme problema el simple hecho de conseguir un taxi. Se suponía que Umbreon iría con ella, pero lamentablemente esta estaba haciendo horas extra de servicio comunitario, todo porque a Umbreon se le ocurrió quejarse en voz alta del viejo y aburrido profesor Relicanth, y este la escucho. Tampoco podría ir más tarde, pues ese mismo día, sus hermanas programaron 5 horas de ensayo para la audición del día siguiente, y el número para el concurso de talentos.

La tipo fuego estaba ya muy irritada, en la larga cola para pagar, la espera seria igualmente larga, y hasta era difícil empujar el carrito de supermercado por todo lo que este contenía, había un chico en la fila de al lado que la miraba de un modo que la ponía nerviosa, y el muk que iba delante de ella no olía muy bien. Y para mejorarlo todo.

- Flareon – dijo una voz aguda y adorable que no escuchaba en algun tiempo.

- Cyndaquil – dijo Flareon volteando hacia donde estaba el pequeñito.