Bipolaridad

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Otro de mis tantos trastornos, diagnosticados pero no tratados.

Como dije en la parte de Enojo/Irritabilidad quiero que me abracen pero no quiero que nadie se me acerque, o en la parte de Tristeza donde dije que no quiero hablar con nadie porque no tengo ganas pero luego lloro o me quejo porque nadie me habla, podrá sonar como una incoherencia pero así es esto.

Me gustan los abrazos sin importar quién me los dé, aunque con mis amigos soy más abierta en cuanto a mis sentimientos, con mi familia no mucho, pero hay veces que no quiero que nadie se me acerqué, ya sea porque soñé o recordé algo que no quería (el posible abuso sexual por ejemplo) y el más mínimo contacto me pone nerviosa, incómoda, ansiosa.

Hay días en los que quiero estar con mis amigos, planeamos el día que nos vamos a ver, todo va bien, hasta que amanece y al final no quiero verlos, cancelo de último minuto. Siento que cuando me vean me van a juzgar, que su saludo -que siempre incluye un abrazo- es muy falso o lo hacen por lástima. No quiero sentir eso, aunque al día siguiente me arrepiento y quiero verlos, pero ellos ya no podrán porque tienen más deberes que yo.

A veces me despierto y me siento feliz con la vida, me siento con ánimo y quiero hacer de todo, voy a la escuela muy feliz (demasiado diría yo), saludo a mis amigos pero cuando veo a alguien que no quería ver mi sonrisa desaparece y estoy callada todo el día, los pocos que me vieron feliz me preguntan que me pasó pero siempre les digo que no vale la pena hablar de eso y al parecer ya no se les hace raro esos cambios tan drásticos de humor, como me dicen "eres así".

Otra veces me llegué a lastimar porque me sentí mal, sentía que todo lo que había hecho durante el día era un asco, un desastre, que había arruinado la vida de todos mis conocidos, pero después de lastimarme me sentía bien conmigo misma, sé que es por una sustancia del cerebro que te hace sentir mejor y eso se siente bien; aquel día fui un desastre y con el hecho de ver mi sangre escurrir me había sentir feliz. Al día siguiente mi estado de ánimo subía, pero si alguien se daba cuenta que lo había hecho mi estado cambiaba inmediatamente, sentí culpa y que los demás me veían con lástima, aunque no era así. 

Paso por este tipo de cambios la mayor parte de mi vida, ya no es nuevo para los demás y me dicen que quiero llamar la atención o que deje de estar de "loca", pero al final de todo eso no importa porque "así soy".

Vivir con depresión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora