Vivir con depresión.

Pérdida del apetito

Ahora llegamos a uno de los tantos síntomas que me han causado DEMASIADOS problemas con todo el mundo.

En la secundaria creían que tenía anorexia porque estoy muy delgada para mi edad y porque nunca me veían comer, entonces por un tiempo una de mis profesoras me compraba comida y me obligaba a comer en su oficina, era humillante e incómodo. Yo comía porque sabía que no me iba a dejar salir de ahí si no me terminaba todo, no es que me diera miedo subir de peso o que me preocupara comer, simplemente no tenía hambre, a pesar de que la mayoría de veces iba sin desayunar (iba en el turno vespertino), no tenía apetito; al comer lo que me compraba me hacía sentir muy llena y con ganas de vomitar, no soy bulimica, me sentía satisfecha muy rápido por lo que comer eso era bastante difícil.

En la preparatoria la psicóloga de la escuela a la que veía frecuentemente también creía que tenía problemas alimenticios, un día mandó llamar a mis padres y les dijo que era muy probable que tuviera bulimia, ya le había dicho miles de veces que no me importaba mi peso y que nunca me había provocado el vómito, mis padres no me creyeron y a partir de ahí uno de los dos tenía que estar presente para ver que me acabara toda mi comida (a veces mis hermanos lo hacían cuando ellos no estaban) y cada vez que iba al baño tocaban la puerta para ver si no estaba vomitando, me vigilaron así por un tiempo. 

Mis amigos siempre me regañaban por no comer, bajé 5 kilos y no los he logrado recuperar, me dicen que tengo el peso de una niña de 12 años, tengo 17 y peso 40 kg, me desmayé dos o tres veces por la falta de alimento, me hicieron muchos estudios para descartar por quinta vez si no tenía anemia, a la vez quise tenerla para ver si me daba algo más grave y me moría, pero no tuve nada. Lo único que conseguí fueron muchas vitaminas, saben horribles.

Todos creían (algunos todavía creen) que tengo problemas alimenticios, cuando la verdad es que la depresión te quita el apetito (a veces aumenta pero no era mi caso), no sientes esa sensación de vacío en el estómago, sientes que has comido y estás satisfecho ¿para qué comer si te sientes lleno? y por esa pregunta la mayoría de veces no comía, a menos de que me vigilaran o por mi cuenta comía pero muy poco.

Por la depresión me metí en muchos problemas con respecto a mi peso.