Capítulo 7

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Al día siguiente el ambiente era un poco pesado, el cielo estaba gris, indudablemente en algún momento empezaría a llover, dependería de la fuerza de la lluvia si se pospondría el entrenamiento.
La pelinegra, junto a Shion desayunaba, todo era silencio, hasta que él decidió romperlo.

Shion: hoy elegiré a mi heredero

Daira: ¿en serio?

Shion: sí, así cuando yo muera ya habrá otro patriarca

Daira: entiendo… ¿Por qué lo elijes ahora y no en tu lecho de muerte?

Shion: porque nunca se sabe en qué momento partiremos de este mundo, ni de que manera

Daira: entonces supongo que ya sabes quién será tu heredero

Shion: así es

Daira: entiendo

Después de desayunar, vieron que la lluvia estaba intensa, por lo cual se suspendieron todos los entrenamientos.
Shion uso su cosmo para llamar a los dos candidatos para patriarca, les pidió que fueran cuando la lluvia cesará, o se aligerara un poco.
Eso no paso hasta que la noche llego, fue entonces que pudieron ir al lugar para recibir la muy importante noticia.

Shion: Saga, Aioros, ya eh tomado mi decisión, mi sucesor será… Aioros

Aioros: ¿y-yo?

Saga: p-pero patriarca…

Shion: ya tome mi decisión Saga

Saga estaba molesto, esa noticia fue lo que derramó el vaso.
Ambos jóvenes regresaron a sus templos, ya era algo tarde, por lo que Shion fue a acostar a la pelinegra, él se quedaría despierto un rato más.
En cuanto Shion regreso a su asiento la niña se levantó de la cama, quería ver porque el patriarca se dormía tan tarde, lo que ninguno de los dos sabía era que en ese momento Saga llegó y sin aviso asesino a Shion, Daira era la única testigo del asesinato de su tío, rápidamente y sin hacer ruido se regreso a su cama, deseando que si entrara no la dañara por haberlo visto cometer tan horrible crimen.

Pasaron los días, desde que “Arles” era el nuevo gran maestro, los entrenamientos eran un verdadero infierno, algunos aprendices de soldado perdieron la vida, la niña ya no soporto tan fea situación, pero sabia que no era el mejor momento para decir la verdad.
No le quedó más remedio que pasar de vivir en la sala del patriarca a vivir con sus amigas en la zona de las santos femeninos.
Algunas de sus amigas les gusto el cambio, pues el entrenamiento anterior se volvió sencillo.
Una noche, la niña tomo la decisión de escapar del lugar que antes llamaba hogar, pero, sin armadura no podría hacer frente a los soldados que la descubrieran, esperaría al día siguiente, que se peleaba por una armadura.

A la mañana siguiente los aprendices de caballero fueron llevados a la arena, hoy era el día ansiado por muchos, la pelinegra peleo como su tío, ahora fallecido, le enseño, logro obtener su armadura y algunos golpes también, pero no les tomo mucha importancia.
Todos los que lograron conseguir una armadura fueron a descansar, pero la pelinegra tenía más planes que solo descansar, planeo todo tan detalladamente que solo tenía que esperar un rato, necesitaría mucha energía y fuerza para lo que haría en la madrugada, sabía que era mejor dormir antes. miro el reloj que marcaba las seis en punto, ajusto su despertador y después se durmió
Eran las dos de la madrugada, rápidamente tomo una mochila que dejó lista, empacó comida, agua, su poca ropa normal y sus ahorros de toda la vida, que no era mucho pero le serviría para sobrevivir unos días después de quedarse sin su comida, empacó otro par de zapatos más cómodos, cepillo de dientes, cepillo para peinarse, sus papeles, como el acta de nacimiento y su armadura, ahora estaba lista para partir.
Miro por la ventana, no había nadie a los alrededores, salió y a paso algo apresurado llegó a las afueras del santuario, todo se veía tranquilo, hasta que cuando iba a continuar su camino oyó la voz de… Shura y Aioros.
Se escondió entre las piedras y sombras, no lo podía creer, Aioros tenía a la infanta Athena, ella sabía que era ella, porque la vio desde su llegada, solo pudo ver como Shura atacaba a Aioros… vio como lo hirió de muerte… le dolía ser testigo de otra muerte… cuando Shura se fue, decidió ir a ayudar al caballero de Sagitario, este al verla se dio cuenta de sus planes, no la detendría, pues sabía que hacía lo correcto, la niña trato de curarlo, pero él se negó, caminaron un par de kilómetros hasta que Aioros no pudo más, la niña le confesó lo que vio, sobre la muerte de Shion, y Aioros le explico porque tenía a Athena en sus brazos, después… Él hizo que ella siguiera su camino sola, pero antes ella le juro nunca olvidarlo, pues fue su mejor amigo.





Continuará…

La hija de Dohko de LibraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora