Capítulo 14

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Cuando la joven se acerco a los chicos, estos creyeron que era secuaz de Ikki, pero ella les explico que los quería ayudar a recuperar la armadura, aunque los santos de bronce no le creyeron mucho, le darían una oportunidad de mostrar que decía la verdad.

Daira: ¿Saben?, no deberían desconfiar mucho de mi, pues yo ayude a su amigo Shiryu a llegar hasta Jamir

Seiya: ¿t-tu lo acompañaste?

Daira: así es caballero

Hyoga: ¿pero quien nos asegura que no estás mintiendo?

Daira: ¿quieres pruebas?, Su amigo es de cabello negro largo y de ojos azules, el se fue de la fundación y llego hasta los cinco viejos picos conmigo, y después de ahí, llegamos a jamir, pero… me temo que el está entre la vida y la muerte

Shun: ¿q-que dices?

Daira: el fue a reparar la armadura de Dragón y Pegaso, pero para reparar una armadura se necesita la mitad de la sangre de un cuerpo humano y… el dio su sangre para reparar ambas armaduras, en este momento el debe elegir si cruzar al otro mundo o no.

Seiya: pues creo que no estás mintiendo y realmente nos quieres ayudar

Hyoga: ¿Por qué dices eso Seiya?

Seiya: Porque ella tiene una máscara, es casi igual a mi maestra Marín

Daira: ¿A caso eras alumno de Marín de Águila? -sorprendida-

Seiya: así es, ella me entreno

Daira: ya veo

Shun: pero… ¿de donde sacaste esa armadura?, No parece estar hecha de bronce como la de nosotros

Daira: tienes razón caballero de Andrómeda, yo soy un rango más alto, soy un caballero de plata

Hyoga: ¿a caso hay más caballeros?

Daira: si, pero de eso hablamos después, debemos ir tras Fénix

Seiya: oye, espera

Daira: ¿Qué sucede?

Seiya: no te hemos dicho nuestros nombres, ni tú el tuyo

Daira: es verdad, mi nombre es Daira, portadora de la armadura de Halcón

Seiya: mi nombre es Seiya de Pegaso

Shun: el mío es Shun de Andrómeda

Hyoga: y yo soy Hyoga de Cisne

Daira: bueno, ahora que ya nos conocemos podremos ir juntos tras el caballero de Fénix

Seiya: espera Daira, ten esto -le da una pequeña campana- úsala si necesitas ayuda, todos llevamos una

Daira: de acuerdo, gracias

Después de eso emprendieron camino, debían recuperar la armadura, aunque Daira lo haría por un simple motivo, ganar la confianza de los caballeros y poder comprobar que ellos son los chicos que Aioros le dijo que lucharían contra el santuario, lo bueno era que al ser un caballero de plata era más fuerte que los cinco de bronce, pero ella sabia que de todas maneras podría ser vencida.

Después de unas horas de caminar, escucho el sonido de una de las campanas, inmediatamente busco el origen del sonido, pero este dejo de sonar antes de lograr localizar a alguien, tenía el presentimiento de que debía buscar a quien pidió ayuda.

Pasaron las horas y ya todos estaban frente a fénix, era el momento para derrotarlo y recuperar la armadura, pero Shun no quería que su hermano mayor fuera herido, gracias a eso, los demás caballeros quedaron inconscientes, quedando solo Seiya.

Seiya lucho arduamente contra Ikki, al final el escudo de Shiryu, la cadena de Shun, el cosmos de Hyoga y la armadura dorada de sagitario lograron vencer a Ikki, pero los santos de bronce querían saber porque Ikki había cambiado, el porque se había hecho malo.

               (En el santuario)

Todas las santos femeninos buscaban a Sam, estaban bastante preocupadas, temían que algo le hubiera pasado, no sabían exactamente que es lo que había sucedido, pasaron horas y no encontraron ningún rastro de Sam.

Pasaron días desde que Ikki fue vencido, Shun era el único que estaba triste y eso no paso desapercibido por Daira, entonces ella decidió hablar con él, la pelinegra se sentó junto a él, mirando el cielo nocturno.

Daira: sé como te sientes Shun

Shun: ¿te diste cuenta?

Daira: claro, ¿Sabes? Yo me doy cuenta de varias cosas

Shun: entiendo…

Daira: Sé lo que se siente perder un ser querido a manos de la maldad, por eso entiendo como te sientes en este momento

Shun: realmente me siento mal… no entiendo porque mi hermano hizo esto

Daira: ninguno de nosotros lo sabe, tal vez más adelanté sepamos toda la verdad

Shun: tienes razón

Daira: ahora volvamos, es hora de que vallas a dormir y yo volver a mi casa antes de que me castiguen

Shun: Si… realmente eres una buena amiga

Daira: gracias, recuerda que estaré para ayudarlos cuando me necesiten

Después de eso, la chica emprendió camino hacia su casa, no quería que su madre y tía le dieran un buen regaño, por suerte aun era algo temprano, lo suficiente para dar una buena razón y evitar un regaño como el de hace un año




Continuará…

La hija de Dohko de LibraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora