Capítulo 8

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Después de que Daira le prometiera a Aioros nunca olvidarlo a él y a su causa, continúo su camino, recorrió una larga distancia, su objetivo era México, sabia que para eso primero debía ir a donde llegaban los barcos, salió de Atenas, camino hasta que su estómago le exigió alimento, tenia que racionar la comida y agua, se limitó a sacar de su mochila una manzana, cuando la termino decidió seguir su camino, estaba cansada, casi no había dormido y el sol ya había salido, si descansaba a plena luz del día, la atraparían fácilmente.

(Santuario de Athena)

Arles estaba molesto, Aioros había frustrado sus planes de matar a la infanta Athena, y no solo eso, se acababa de enterar que una de las nuevas santos femeninos había escapado, no sabía si ella y Aioros lo habían planeado o era simple coincidencia, de cualquier forma los haría ver a ambos como traidores ante el santuario y hacer creer que Athena aún se encontraba en el santuario.

(A las afueras del santuario)

Aioros estaba en su lecho de muerte, Athena no dejaba de llorar, sus llantos atrajeron la atención de un hombre que se encontraba de excursión, el joven castaño le contó sobre lo que estaba sucediendo en el santuario, y que esa bebé era la reencarnación de la diosa Athena.
El hombre juro hacerse cargo de la infanta, en ese momento Aioros murió.

(A las afueras de Atenas)

La pelinegra seguía caminando, algunas personas se le quedaron viendo, ella no les tomo importancia, deseaba que fuera de noche para poder dormir, agradecía ya estar lejos del santuario, ya empezaba a extrañar a sus amigos, pero sabia que no podía regresar, si lo hacía sería castigada con la muerte.
Solo se hacía una pregunta, ¿en que momento el santuario se hizo tan oscuro?, Se había convertido en un lugar donde la muerte no podía faltar, demás estaba en peligro por ser testigo del asesinato del patriarca, y ahora portadora de la verdad sobre Arles.
Le dolía el haberse quedado totalmente sola, lo único que tenía era su tío y su nana, pero ella se tuvo que ir, y lo único que sabía de sus padres era la nacionalidad de ambos, y que su madre murió, solo tenia una duda, ¿Qué fue de su progenitor? suponía que seguia vivo, pero no le importaba, no lo necesitaba, su madre era mexicana y ella también nació ahí, no sabia la razón, pero le beneficiaba haber nacido en otro país, pues podría ir a vivir allá sin problemas, la única desventaja era el ser una niña, corría muchos peligros al estar sola, además no tenía nadie que la esperara allá, pero prefería eso a volver a lo que ahora es un horrible lugar.
La noche al fin llegó, la niña saco una cobija, puso piedras en los bordes para que el viento no se la llevará, uso su mochila como almohada y finalmente pudo descansar, al quedarse dormida, el ahora muerto caballero de Sagitario entro a su sueño, para darle un último mensaje.

[Pov Daira]

Todo estaba oscuro... Sentía que estaba flotando, de la nada una luz blanca apareció ante mi, era Aioros... pero... El había muerto...

Aioros: Daira, hay algo que debo decirte, es importante

- ¿Que sucede?

Aioros: dentro de unos años, cinco jóvenes nacerán para proteger a Athena y luchar contra quién transformo el santuario

- P-pero... ¿Por qué estas diciendo eso?

Aioros: cuando ellos estén listos para combatir, debes volver y hacer fuerza con ellos, así Arles tendrá menos oportunidades de ganar

Daira: p-pero... solo soy una niña de 3 años que ya se quedó sola en este mundo...

Aioros: no es así, no estás sola, solo cuídate, dime, ¿A dónde quieres ir?

Daira: A México, mi lugar de origen...

Aioros: ¿y como planeas llegar?

Daira: iré a donde esta el mar, donde llegan los barcos que exportan...

Aioros: entonces tienes un largo camino por recorrer, mi alma quedará atrapada en mi armadura, pero a pesar de eso, te cuidaré hasta que llegues a tu objetivo.

- ¿Cómo?

Aioros: cuando esté collar brille deberás volver, cuando estés en peligro, se moverá en dirección al peligro.

- esta bien Aioros

Aioros apareció un collar y se lo entrego a la niña, en cuanto el collar estuvo en su cuello, despertó, creyó que era un simple sueño, hasta que miro el collar que estaba en su cuello junto al de su madre, era el collar que Aioros le acababa de enterar, entonces supo que Aioros realmente la "visito" y le pidió que regresara cuando el collar brillara, tomo de su mochila un tazón con frutas que una santo femenino le mando como felicitación por su logro de obtener la armadura, saco un tenedor y comió un poco del contenido, después siguió con su camino.


Continuará...

La hija de Dohko de LibraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora