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[ Seis años antes ]

— Paul. — te llamé.

No me preocupé en tocar a la puerta de tu habitación, nunca lo hacía. Simplemente, la empujé suavemente y entré.

Tú alzaste la mirada del libro que leías y me sonreíste.

— ¿Qué pasa, Wills?

— No puedo dormir. — te expliqué, con un poco de vergüenza.

Miré hacía abajo mientras esperaba, quitando las arrugas inexistentes de mi camisón.

Tú te reíste.

— ¿Quieres que te cuente una historia hasta que puedas dormir? — me preguntaste, como ya era casi habitual.

Yo asentí, ilusionada.

— ¿Qué es lo que estás leyendo?

Tú echaste tu libro para atrás, intentando ocultarlo de mí, pero mi curiosidad se percató de ello.

— Oh, ¿esto? No te gustará.

— ¡Cuéntame ese! — te pedí. Me acerqué lo suficiente como para ver la portada. Leí el título. — «Los secretos tras la niebla» Parece interesante.

— Willow, ni siquiera lo he terminado de leer, no sé sí...

— Pues me cuentas lo que te hayas leído y te inventas un final. — te corté. —  ¡Por favor, Paul!

— Está bien. — respondiste finalmente.

Yo sonreí con suficiencia. Siempre conseguía que acabáramos haciendo lo que yo decía.

— La historia trata de un niño, su nombre es Güntter Dahlen. — comenzó. — Su familia es alemana, pero se muda a Inglaterra.

— ¿Tiene hermanos o hermanas?

— Tiene tres hermanos, dos mayores y uno pequeño y dos hermanas, una de un año menos que él y la otra que es la mayor de todos.

— ¿Son seis hermanos?

— Si.

— ¡Eso tendría que ser muy divertido!

— No mucho para Güntter. El caso es que al llegar a Londres, una banda de hombres encapuchados les roban las maletas y toda su documentación. Sin esta no les permiten entrar en la residencia que habían comprado.

>> Así, vagan por las calles sin ningún sitio dónde cobijarse del mal tiempo de la ciudad inglesa durante un par de días. Pero todo cambia cuando un hombre ya entrado en años, aparentemente muy rico y también de procedencia alemana, que se presenta como el señor Hertzorg les ve y dice haberse enamorado a primera vista de Alyssa, la hermana mayor de Güntter.

>> Así que el señor Hertzorg les promete alojamiento, comida e incluso trabajo a los padres de Güntter a cambio de poder casarse con Alyssa. Esta, en contra de la opinión de sus padres y el resto de la familia, acepta el trato del hombre.

— ¿Cómo puede casarse con alguien a quién no ama? — quise saber.

— Piensa que lo hizo por el bien de su familia; aquel hombre les aseguraba una buena vida. Ella creía que era su deber como hermana mayor.

— Está bien. — accedí. — Sigue contando.

— Todos fueron relativamente felices y retomaron sus vidas. Hasta que...

— ¡No! — le corté. — ¿Por qué todas las historias tienen que tener un hasta que...? ¿Por qué no podrían haber vivido felices el resto de su vida?

— ¡Es una novela! ¿Qué esperabas? — comentaste, riéndote. — Hasta que una mañana, Alyssa amanece muerta sobre su cama. No presenta signos de ninguna violencia física, y a penas una horas antes de su muerte estaba perfectamente, por lo que nadie saber la causa de su defunción. La familia Dahlen se siente perdida tras la muerte de Alyssa, y Güntter se propone averiguar lo que realmente ocurrió.

>> El señor Hertzorg les dice que pueden seguir en su casa, por no deshonrar la memoria de Alyssa, y le dice a Güntter que le ayudará en su investigación si lo necesita, a lo que este rechaza su ayuda. Él insiste, pero Güntter se mantiene firme, por lo que el señor Hertzorg le dice que se arrepentirá de su decisión en un futuro.

— ¿Y?

— ¿Y qué?

— ¿Qué más ocurre? — quise saber.

— Solo he leído hasta esa parte.

— ¿Me prometes algo?

— ¿El qué? — me preguntaste.

— Mañana seguirás contándomelo. Y al día siguiente, hasta que acabe la historia, ¿vale?

— Está bien. Te lo prometo. — respondiste tras una pausa. — Y ahora, a dormir, que mañana debemos levantarnos temprano.

— Si, Paul. — murmuré con desgana mientras salía y me dirigía a mi habitación.

Pero a pesar de que tenía sueño, aquella noche me costó mucho poder conciliar el sueño.

Y cuando lo hice, no fueron sueños bonitos.

La sangre y la muerte reinaba en ellos.

Te llamé.

Paul, ¿por qué no viniste y me salvaste de las pesadillas?

Sigo esperando a que lo hagas.

Aquí, dónde siempre.

De cualquier modo, nunca me fui.

El secreto tras la niebla (1) | Ganador #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora