— Hola, Willow. — me susurraba una voz en el sueño.Yo abrí los ojos despacio, hasta encontrarme con una joven con el cabello rubio hasta la cintura y un vestido antiguo de color negro.
Sus ojos azules parecían estar llenos de vida, y me tenía cogida suavemente de la mano.
De alguna forma, lo supe.
— ¿Alyssa? — le llamé.
Ella me obsequió una resplandeciente sonrisa. Me pareció hermosa.
— ¿Dónde estamos. — le pregunté.
— En Londres, por supuesto. Henri quiere saber si te quedarás a cenar con nosotros.
— ¿Perdón?
— Mi marido, Henri Hertzorg. — me explicó. — Quiere saber cuántos comensales seremos para indicarles al servicio cuanta comida deben preparar.
— Ah. Supongo que no pasará nada si lo hago.
Alyssa volvió a sonreír y me acarició la mejilla con dulzura.
— Eres tan joven... y tan llena de vida... — murmuró. Sus ojos azules se oscurecieron y su semblante cariñoso cambió.
Un segundo después, se abalanzó sobre mí y me atacó, clavándome sus afilados dientes en mi cuello para luego desgarrarlo.
Sentía la sangre pasar de mi cuello a su boca, con un dolor intenso que me dejó adormilada.
Después de quedar satisfecha, me cogió en brazos con asombrosa facilidad y se caminó tranquilamente por el sendero que conducía a una gran mansión en una preciosa explanada de color verde intenso.
Y entonces, desperté.
¿Qué había sido eso? ¿Puedes decírmelo tú, Paul?
¿Por qué Alyssa, quién era un personaje de tu libro y además estaba muerta, me había hablado en un sueño?
Fui hasta tu habitación; necesitaba hablar contigo.
Pero por el ruido del agua cayendo en el baño supuse que te estabas duchando, así que me senté sobre tu cama para esperarte.
Y lo vi.
Tu libro estaba allí, sobre tu mesita de noche.
No pude detener mi tentación, así que lo cogí, sintiendo un cosquilleo entre los dedos.
Lo puse en mi regazo y lo abrí, para buscar la parte en la que te habías quedado y poder seguir leyendo.
>> Poco después de la muerte de Alyssa, le llegaron noticias a los Dahlen de sus familiares en Alemania. El hermano del señor Dahlen y su esposa habían fallecido, dejando a su hija huérfana y sin ningún sitio al que ir. Los Dahlen, sin dudar, adoptaron a su sobrina, Karoline, quién se mudó con ellos a Inglaterra. Karoline tenía la edad de Güntter y de niños siempre habían jugado juntos. Cuando esta llegó, dejaron de ser compañeros de juego, y se convirtieron en compañeros de misterios, para encontrar la causa de la muerte de Alyssa.
— ¿Willow? — me dijiste, sobresaltandome.
Yo escondí el libro en mi espalda mientras fingía mi sonrisa más inocente.
Pero ya era tarde; ya lo habías visto.
— ¿Qué haces con mi libro? — me preguntaste, arrebatándomelo de las manos. — ¿Estabas leyéndolo?
Yo bajé la cabeza como única respuesta.
— Por favor, Willow, no lo vuelvas a hacer, ¿vale? — yo asentí, despacio. — ¿Me lo prometes?
— Te lo prometo. — te respondí, con un hilo de voz. — No volveré a coger tu libro sin permiso ni a leerlo.
Tu enfado pareció irse. Sonreíste y me revolviste el pelo.
— Así me gusta. Quizá esta tarde podamos ir al parque.
— ¡Si! — exclamé, ilusionada.
— Se lo preguntaré a papá y a mamá, ¿Vale, Wills?
Yo volví a asentir y salí de la habitación dando saltitos.
De pronto, parecí olvidar todo lo ocurrido en mis sueños y en el libro.
Tú siempre parecías capaz de hacerme olvidar todo lo que pasaba a mi alrededor.
Pero aunque siempre me pregunte el por qué, nunca llegué a hablar del tema del libro contigo.
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El secreto tras la niebla (1) | Ganador #Wattys2017
Paranormal¿Pueden cambiar unas palabras a una persona? ¿Acaso puede volver loco un simple libro? Paul nunca ha sido el mismo desde que leyó "Los secretos tras la niebla". Willow tampoco lo ha sido desde que aquel libro volvió loco a su hermano, haciéndolo d...