32. Cita (Parte 1)

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—¡Ya para de una vez Yuuri! ¡Me tienes mareado con tanta vuelta que das!

El japonés se encontraba paseándose de un lado a otro de la sala hace más de veinte minutos.

—¿Y se aburre conmigo Pichit? ¿Y si entro en pánico y no sé qué hacer o cómo reaccionar? ¿Y si no soy capaz de decirle nada en toda la cita? -murmuraba nervioso de un lado a otro— Mejor le digo que me siento mal y...

—¡No! ¡Ni se te ocurra! —gritó el tailandés abalanzándose sobre su amigo para quitarle el teléfono que ya tenía entre las manos— ¡Dame eso Yuuri!

—Pero... —el moreno no espero por una respuesta y simplemente le arrebató el teléfono.

—Tu no vas a cancelar nada. Lo que vas a hacer ahora es sentarte de una buena vez y esperar a que Viktor venga por ti. Luego saldrás con él, te relajaras, serás tú mismo y te divertirás ¿Me entendiste?

—No creo que pueda, estoy demasiado nervioso...

—Yuuri has hablado con él normalmente un montón de veces

—Pero, es que ahora es distinto...

—¿Distinto por qué? ¿Por qué ahora sabes que le gustas y él sabe que te gusta? —Yuuri no pudo evitar sonrojarse ante las palabras de su amigo, y es que había dado justo en el clavo. Esa era la verdadera razón por la que estaba sumamente nervioso de estar a solas con Viktor.

—¿Y s-si se aburre...

—¡Yuuri Katsuki! ¡¿Estas si quiera escuchando lo que dices?! —le dijo al japonés con un tono firme. Luego lo arrastró hasta el sillón y lo obligó a sentarse— ¿No entiendo por qué estas tan inseguro? Si él ya te dijo que le gustabas

—E-es que... ¿Y si cometo alguna torpeza y dejo de gustarle?

—No creo que eso sea posible -sentenció Pichit- Yuuri, no tengas miedo, solo ve y sé tú mismo, estoy seguro de que a Viktor le gustas incluso cuando actúas tímidamente

—¿De verdad crees eso? —dijo mirándolo esperanzado. El tailandés esbozó una sonrisa y asintió— Gracias...

—No tienes nada que agradecer, para eso están los amigos —ambos rieron y Yuuri por fin pudo calmarse un poco— Aunque luego debes contarme todos los detalles de tu cita, incluyendo los sucios

—¡Pichit!

Yuuri pensaba regañar a su amigo que reía descontroladamente, pero el ruido del timbre de la casa los alertó.

—¡Yo abriré! -dijo el tailandés que parecía tener una especie de resorte, pues Yuuri ni siquiera alcanzó a reaccionar cuando su amigo ya se había levantado y se encontraba abriendo la puerta.

—Hola Pichit —lo saludó alegremente el mayor de los rusos— Gracias por cuidar de Yurio, espero que no te moleste

—Para nada, además tenemos unos cuantos traseros que patear en línea ¿Cierto? —dijo dirigiéndose al menor.

—Claro, no se salvarán de nuestro invencible equipo

—¡Yuuri! —el detective corrió emocionado hasta él— Te traje estas flores -dijo extendiéndole un ramo de rosas rojas.

—G-gracias... -al japonés lo tomó totalmente por sorpresa aquel detalle, no estaba seguro de cómo reaccionar, así que simplemente se sonrojo furiosamente- Son muy bellas...

—No tanto como tú —el ruso se acercó hasta su mejilla para depositar un sonoro beso.

El japonés podía sentir como toda la sangre de su cuerpo se agolpaba en un instante en su rostro ¿Cómo iba a soportar toda la cita si todavía no salían de la casa y ya estaba así?

Robando tu Corazón *Yuri On Ice* (AU Detective y Ladrón)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora