45. Lo que quieres

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¡Corre! ¡Corre! ¡Corre! ¡Corre! ¡Yuuri corre!

Muy cerca se escuchaban las sirenas de las patrullas de los oficiales.

Debía moverse a toda prisa entre los callejones de la oscura ciudad, pues cerca de la estación de policías no había ninguna entrada al alcantarillado que permitiera su escape.

Yuuri, el cerdito valiente

¡Yurio! ¡No es momento para... ¡Jajajaja!

Las risas de los otros dos contrastaban enormemente con el estado de Yuuri. Aunque podía entender que esas risas se debían más bien a los nervios, los tres estaban sumamente asustados. Las cosas no salieron muy bien, pero en cuanto el japonés pudo entrar dentro del sistema subterráneo sin que ningún policía lo viera, finalmente pudieron respirar un poco más tranquilos.

—Así que cerdito valiente ¿eh? —dijo mientras caminaba por el lúgubre lugar.

Debes admitir que estuvo buena esa —se jactaba el menor.

Sí, casi escupí un pulmón por tu culpa Yurio—el tailandés dejó salir un gran suspiro de alivio— Me encargare de borrar toda la evidencia que pudo haber dejado Guang-Hong. También me ocuparé del sistema del alumbrado público, la última vez que lo sobrecalenté Seung pudo divisar parte de mi código, espero que esta vez no haya estado tan atento, además es un programa nuevo... probablemente me tarde un día entero en eliminar todas las evidencias

—Sí hay algo en lo que pueda ser útil...

Primero debes llegar a casa y pensar en cómo hacer para quitarte esas esposas

Pichit tiene razón ¿Cómo rayos piensas hacerlo? —intervino el ruso.

—No estoy seguro... —miró sus muñecas, comenzaban a dolerle los hombros por la incómoda posición. Agradecía que a Viktor no se le ocurriera haberlo esposado con los brazos hacia atrás, porque eso hubiese limitado enormemente sus movimientos y probablemente su escape— Supongo que intentare con cada herramienta que haya en casa

Hay una sierra eléctrica, de esas pequeñas y circulares—dijo Pichit— Si quieres puedo intentar...

—¡No gracias! Prefiero conservar mis manos —las burlas de Yurio se escuchaban del otro lado de la línea. La peor parte ya había pasado y se encontraban mucho más relajados— Creo que puedo hacer algo al respecto, solo necesito unas cuantas herramientas, no debe ser muy distinto a abrir una cerradura o un candado

¿Sabes hacer esas cosas? —preguntó Yurio— ¿Dónde aprendiste todo eso? ¿Hay una especie de escuela o curso que se dedique a formar criminales?

—No —el cometario del chico le causo gracia— Fue mi hermana Mari quien me enseño varias de esas cosas y otras tantas las aprendí por mi cuenta

La conversación lo distrajo de todo lo que acababa de pasar y antes de que se diera cuanta ya se encontraba llegando a la casa.

5:58 a.m. Calles aledañas al cuartel general de la policía

—Nada de nada, no está en ninguna parte Yakov. Peinamos la zona con todos los demás unas siete veces y no hay señales de Eros, cambio

Está bien, ya déjenlo, vuelvan para que hablemos del caso. Les diré a las otras unidades para que hagan lo mismo, cambio y fuera

—Viktor déjame aquí y vuelve al cuartel —dijo Chris posando una mano en el hombro de su amigo. El ruso se veía abatido y no era para menos, estuvo a punto de capturar a Eros y este se escapó frente a sus narices, y no solo las de él, sino que también las del mismísimo Jefe de policías. Entendía la frustración por la que debería de estar pasando y por eso insistió en acompañarlo toda la noche dentro de la patrulla mientras buscaba al bribón— Tranquilo, no diré nada hasta que la policía haga un comunicado oficial —dijo para calmarlo.

Robando tu Corazón *Yuri On Ice* (AU Detective y Ladrón)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora