Robando tu Corazón *Yuri On Ice* (AU Detective y Ladrón)

49. Soy yo

Viktor llevaba un buen rato mirándolo sin pestañar, el detective volvió en sí cuando sus pulmones no dieron más y le exigieron respirar nuevamente.

—Es... no —balbuceó mientras recuperaba el aire— No es cierto, es una broma ¿Verdad?

—No Viktor, yo soy Eros —decía mirándolo a los ojos y acortando aún más la distancia entre ellos.

No era posible que su amado japonés fuese el ladrón que tantos dolores de cabeza le ha causado.

Pero viéndolo de cerca todo empezaba a cobrar sentido.

Muchas cosas comenzaban a encajar; la atlética y curvilínea figura de Eros, la forma en que se movía, sus ojos, su cabello, lo que siempre provocaba en él, todo lo terminaba asociando a Yuuri, siempre fue así. Todas las señales estaban frente a su nariz y era él quien no había querido darse cuenta.

—Yuuri... no es... ¿Cómo es que tú... —su mente estaba siendo llenada de un montón de preguntas, no era capaz de decidir cuál hacer primero. Vio los ojos del chico frente a él, no parecía estar mintiendo. Entonces una sola duda comenzó a dar vueltas— ¿Por qué?

—Ni siquiera yo lo tengo muy claro... —dijo agachando su cabeza. No había pensado bien en cómo explicar esa parte, era algo realmente estúpido. Cometer crimines porque simplemente podía hacerlo, no era precisamente una respuesta de la que estuviese orgulloso, pero era la verdad— Creo que lo hacía por la adrenalina que me provocaba. Es lo más parecido que he experimentado a estar en una competencia desde que... me lesioné

Viktor no estaba seguro si se debía al shock del momento o realmente era una de las peores excusas que había escuchado en su vida, pero su cabeza no estaba procesando bien la información. Tenía una enorme duda que no le dejaba pensar con claridad y mientras no la solucionase no podría pensar en otra cosa.

—¿Me usaste? —se escapó de sus labios antes de que el mismo se diese cuenta de lo que había preguntado— ¿Te acercaste a mí para...

—¡No! —el repentino grito del japonés lo sobresalto, e incluso sirvió para sacarlo de su inicial estado de shock— ¡Jamás te usaría! ¡No me acerque a ti con esa intención! ¡Que tú fueses quien terminara tratando con Eros no fue premeditado!

—¿Y qué pretendes haciendo todo esto, entregándote ahora? —preguntó consiente de que eso había sonado más duro y frio de lo que hubiese querido, pero tampoco sabía cómo reaccionar.

—Me enamore de ti. Te amo Viktor y por eso no puedo seguir mintiéndote —decía haciendo un gran esfuerzo por contener las lágrimas que amenazaban por salir— Si quieres odiarme, lo aceptaré, si quieres encerrarme lo aceptaré, incluso si quieres golpearme lo aceptaré... pero ya no quiero seguir más con esta farsa, ya no quiero seguir engañándote

Yuuri finalmente no aguantó, y el llanto se hizo presente. Estaba desesperado, en el fondo no quería que Viktor le odiase, pero sabía perfectamente que el ruso tenía todo el derecho de hacerlo. Sin embargo, no tenía idea de lo que pasaba por la cabeza de este, no decía nada, simplemente lo miraba fijamente con el ceño fruncido.

—Yo... —el detective se forzaba a decir algo, pero su garganta se sentía atorada y adolorida. No ayudaba mucho el hecho de ver a su hermoso japonés con el rostro cubierto de lágrimas, siempre había sido malo para tratar con la gente que lloraba frente a él, y esta no era la excepción.

—Lo siento... —dijo entre sollozos.

—¡Una disculpa no arreglara las cosas Yuuri! ¡¿En qué estabas pensando?! —él mismo se sorprendió de su accionar. De pronto el enfado era lo único que podía sentir ¿Por qué Yuuri había hecho algo así? Sí nada de eso hubiese pasado, ahora él y su hermoso japonés serían pareja, pero no— ¡Todo esto es como un juego para ti! ¡¿Cierto?!