La pizarra que estaba enfrente de todos los alumnos, se encontraba llena de diferentes tipos de ecuaciones, conceptos y datos de paginas a investigar para el examen final de preparatoria. Muchos alumnos se quejaban; otros, platicaban e ignoraban al profesor impaciente que estaba sentado en su escritorio. Mientras que Peter..., Peter terminaba de apuntar hasta el ultimo detalle escrito.
La campana sonó.
Todos los alumnos salieron disparados hacia la salida del salon de clases, ignorando las peticiones de estudio del profesor Ludenberg.
—Parker. Osborn—dijo—. Vengan, por favor.
Peter se acercó al profesor; se hizo a un lado para la llegada de Harry Osborn: su rostro de indiferencia le hacia ver alguien que no respetaba las reglas, su largo cabello castaño rojizo le cubría un ojo y, el expuesto, tenia un color verde profundo. El profesor sacó dos exámenes; ambos calificados.
—Peter, como siempre siendo el mejor de la clase —dijo mientras le entregaba a Peter el examen con la calificación de A, escrita con plumón azul. Cuando tomo el otro, su boca se volvió una fina linea tensa—. Quisiera decir lo mismo de ti, señor Osborn.
El ojo verde de Harry se enfocó en la F rojiza que estaba en su examen. Dejó escalar un bufido.
—¿Me hace perder el tiempo sólo para mostrarme la calificación de Parker? —preguntó, enfadado.
—No. Te hago perder el tiempo para que tu calificación sea como la de Parker —el profesor se volvió a Peter—. Harry necesita subir sus notas. Tú eres el mejor de mi clase. Sería un enorme favor, Peter
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En la cafetería sólo se escuchaban murmullos provenientes de diferentes mesas, donde los alumnos almorzaban y charlaban. Peter terminaba su emparedado tostado; agarró una papa con salsa con un tenedor y se llevó el alimento a la boca. Cuando iba a dejar el tenedor en la mesa, la figura plateada se había adherido a sus dedos.
Su rostro se abrió abruptamente; sus ojos estaban alertas mientras su boca aún no se cerraba. ¿Qué era lo que estaba pasando?
Tiró lentamente del tenedor, pero el cubierto no se movió de tu lugar. Se fijó a su alrededor: todos charlaban, nadie le estaba poniendo atención; típico. Al ver eso, Peter empezó a sacudir su mano pero el cubierto siguió adherido a la palma de su mano. Volvió a tirar de él y, con la suficiente fuerza, el tenedor se despegó y cayó a la bandeja de comida. Después de acomodarse sus lentes, Peter observó su mano: estaba pegajosa, sentía vellos que nunca habían estado ahí. Era..., interesante.
Negó con el rostro, confundido y asustado, y salió de la cafetería.
Los pasillos se encontraban repletos de varios alumnos que hablaban de ir a fiestas por la noche; al pasar junto a un grupo de jóvenes inteligentes y aislados, escuchó que planeaban ir a la Stark Expo, que se celebraba esa misma noche.
Se estaba dando cuenta de algo.
Ahora podía sentir el futuro.
En su cerebro, sentía un hormigueo que le hacía voltear hacia un lugar donde ocurriría una acción, una caminata, un habla; todo. Estaba sintiendo el corazón en la garganta. ¿Qué le estaba pasando? Sintió un ardor en la mano, ahí donde la araña le había picado hace semanas. ¿Era eso? Al pensarlo, Peter rió, nervioso. No era posible. Aunque científicamente...
Sintió algo.
El hormigueo.
Como un borrón, Peter se volvió a una velocidad que a cualquiera le habría dejado atarantado; vio todo tan borroso, y sintió la fricción de una mano que golpeó el metal del casillero.
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The Amazing Spider-Man
Hayran KurguEl surgimiento de un héroe novato, provocará el inicio de varios enemigos, cuyo propósito será destrozar la vida y el honor de nuestro héroe. Peter Parker, un joven de dieciséis años, tendrá la difícil tarea de combatir contra esos villanos. O morir...