T R E S

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La habitación estaba helada, las paredes manchadas de colores marrones y grises, rayadas arrítmicamente y agrietadas en todos lugares, el piso sucio y hendido. El retrete y el lavamanos oxidados de los bordes, el enmohecimiento recorriendo la habitación y el olor apenas se podía respirar.

Estaba acostado mirando la pintura blanca del techo, desgastada y descolorida por el del tiempo. Sentía frio y la manta delgada que tenía encima de su cuerpo era tan delgada que apenas podían darle algo de calor.

De pronto escucho el ruido de la chirriante puerta abrirse. Seguido de pesados y lentos pasos. Inconscientemente se encogió sobre sí mismo, tratando de resguardarse a pesar de que sabía bien que de nada le serviría. Sintió como una presencia se instalaba a sus espaldas, repentinamente el aire se volvió seco. Volteándose levemente para observarlo y dirigir una mirada vacía al hombre que yacía parado detrás de él.

“Veo que has sido un buen niño” dijo un hombre de mediana edad, alto y robusto, vestido con capas gruesas de ropa para el frío invernal. Y la gorra que traía puesta hacia que fuera difícil ver sus rasgos al no tener más que un poco de luz de la tarde filtrándose por las ventanillas “Un muy buen niño”

Viktor sintió los callosos dedos clavarse en su quijada, antes de alzarlo con brusquedad y hacerle incorporarse hasta quedar cerca del rostro del hombre frente a él. Sin embargo no abrió los ojos, sintiendo su aliento sobre sus labios, decidió morderlos asqueado por la sensación.

“Con que no quieres verme” declaro con voz ronca y enojo el hijo de puta frente a él, mientras acariciaba sus mejillas heladas por el frio “Tendrás un castigo si no dejas ese orgullo tuyo”

Bajo al menor a la altura de su cintura, desabrochándose el pantalón y bajandose los calzoncillos acercando la boca del muchacho hacía sí “Por ahora…” restregó su erección contra sus labios poniendo una expresión sardónica “No estaría mal que me hicieras sentir bien ¿Verdad?”

Bajo al menor a la altura de su cintura, desabrochándose el pantalón y bajandose los calzoncillos acercando la boca del muchacho hacía sí “Por ahora…” restregó su erección contra sus labios poniendo una expresión sardónica “No estaría mal que me h...

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Una perdida nunca se olvida. ☆彡Omegaverseミ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora