D O S

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Luego de pasar alrededor de casi toda la noche en negación, decidió que tarde o temprano tendría que hablar de ello con Yuri. Realmente no tenía ni una remota idea de cómo iría a reaccionar el pelinegro ante la noticia y más para la decisión que había tomado en la madrugada. Pero era algo que tenía que decirle, debía que ser sincero y esperar lo mejor.

No iba a tener al bebé.

Para ese momento ya lo tenía completamente decidido. Y estaba realmente asustado que Yuri, su Yuri, terminara odiándolo y terminando su relación.

De solo pensarlo se le cortaba la respiración y sentía como el miedo le hacía casi llorar, pero sabía muy bien que era una probabilidad demasiado cercana ante lo que iba a hacer. No quería eso, no lo aceptaría, estar lejos de Yuri ahora sería como si le arrancaran un pedazo de su cuerpo y se llevaran su alma.

Pero… sabía que no podría soportar que eso pasara otra vez.

—¡Viktor!— escucho a la lejanía el grito lleno de angustia de Yuri, confundido momentáneamente ante esto, no reaccionó antes de que la cuerda suelta de sus patines interrumpieran en su camino haciendo que se resbalara, sintió como sus patines desequilibraban y con resignación apretó los ojos en el momento en que su cuerpo se inclinó para caer contra el hielo.

Se abrazó a si mismo esperando el impacto. Pero este nunca llego. Solo la calidez de unos firmes y fuertes brazos enredados sólidamente en su cintura, pero sin llegar a hacerle daño. Sintió momentáneamente el cuerpo firme de su alfa contra su espalda y su mente inmediatamente se tranquilizó al sentir el calor y el aroma característico de Yuri.

—¡Viktor!— Exclamo de nuevo el pelinegro en un jadeo ahogado, mientras lo atraía más hacia su cuerpo, negándose a soltarlo. Con algo de dureza volteo su cuerpo para que le diera la cara. Viktor sintió como se le encogía el corazón ante la mirada preocupada y alterada de su novio .—¡¿En qué estabas pensando?! Casi das contra el piso, por favor, ¡Ten más cuidado!— le reprendió pero ahora con voz más clamada.

—Lo… lo siento mucho Yuri— se disculpó a duras penas, sintiendo de repente como su cuerpo se debilitaba de tirón y su vista se nublaba momentáneamente, se apoyó más contra Yuri tratando de estabilizarse mientras que su respiración se agitaba.

—¿Qué tienes? ¿Te mareaste? Te has puesto pálido— La palma suave de Yuri se posó en su mejilla mientras su ceño se fruncía. Sin decir más lo cogió en brazos, agarrando sus piernas y acomodando su cabeza en su hombre. Rápidamente lo saco de la pista de hielo. Viktor no replico en lo absoluto, dejándose hacer de la manera más dócil mientras trataba de recuperarse.

Una vez fuera de la pista, con sumo cuidado Yuri le ayudo a sentarse en la banca, acariciando sus brazos antes de quitarles los patines para después ponerse el protector para los suyos. El alfa se sentó en el otro lado de la banca, estirando sus brazos hacia él para suavemente atraer a Viktor para hacerlo recostarse en su regazo, una vez acomodado, empezando un leve masaje en el cuero cabelludo y dejando salir levemente su suave aroma para hacerlo sentir mejor.

Viktor sonrió y se acurruco más hacia su Yuri, ronroneando gustoso ante los cuidados que le daban sin poder evitarlo.

—¡Yuri-kun! ¿¡Qué paso!? ¿Viktor está mal?— la voz agitada de la amiga beta de Yuri le lleno los oídos. Yuko venía hacia ellos con rapidez y con expresión preocupada.

—Yu-chan ¿Podrías ayudarme a pedir un taxi para regresar al onsen?— dijo Yuri mientras no despegaba la mirada de Viktor. Busco la mano de este, entrelazándola y apretándola firmemente entre la suya.

Una perdida nunca se olvida. ☆彡Omegaverseミ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora