No más oportunidades

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Alex llegaba a su casa, en cuanto reconoció el auto afuera de su cochera. Estacionó su Jeep justo detrás del auto. Respiraba profundo. Apagó el radio y el Jeep. No se movió de ahí. Diversos pensamientos comenzaron a apoderarse de su mente. No se sentía a gusto.
Pareciera que en el auto no había nadie, hasta que la puerta del chofer se abrió y una mujer salió de ahí volteando en dirección a Alex, quien no tuvo más remedio que bajar también. Tragó saliva.
-¿Qué haces aquí?- dijo en un tono frío sin acercarse a ella, cruzando sus brazos.
-Me gustaría hablar contigo Alex- se acercó lentamente hacia el Jeep.
-Fui bastante clara hace meses, no quiero volver a verte.
-Alex, escúchame por favor...
-Qué quieres...- respondió en un tono seco viéndola fijamente a los ojos.
-No me gusta la forma en que me ves...
-Entonces vete porque no tengo otra mirada para ti.
-Alex, ya por favor... no sabes cuánto te he extrañado... dame otra oportunidad- Alex volteó a otro lado, sonriendo sarcásticamente.
-¿Otra oportunidad? Sylvie... todo se terminó. Ya no hay más oportunidades.
-Alex, ponte en mi lugar por favor... podríamos intentar...-Alex negó con la cabeza
-¡No vamos a intentar nada! Ahora, ¿ponerme en tu lugar? Si así fuera yo reconocería que ya no merezco tantas oportunidades de una persona que siempre fue sincera conmigo, que jamás me falló y me iría de su vida...- Sylvie bajó la mirada.
-¿Hay alguien más? Dímelo- Alex puso los ojos...
-No tengo nada más que decir. Si me disculpas, tengo que entrar a mi casa.
Sylvie siguió observándola unos segundos, su mirada se transformó de dolor a odio. A Alex no le importó, se puso tensa deteniendo la mirada por un rato. Estaba decidida.
-No me rendiré Alex- dio media vuelta y caminó hacia su auto, antes de entrar volvió a ver a Alex, parada junto al Jeep... esta vez sus ojos brillaban. Subió al auto. Alex seguía observando con los brazos cruzados hasta que el auto se marchó. Volteó al cielo, respiró profundo.

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Alex entró a su casa. Dejó sus cosas en el sillón de la sala. Caminó por un corto pasillo, pasando por el comedor hasta llegar a la cocina. Abrió el refrigerador y sacó una botella con agua. Se dispuso a dar tragos pequeños sin dejar de pensar en el mal momento que su ex le hizo pasar.
Ya habían sido tres meses desde su ruptura pero aún dolía. No le dolía en sí las veces que Sylvie la engañó, le dolía el hecho de haberse decepcionado así misma, permitiendo que alguien se burlara de ella. ¿Donde está Alex Vause, la chica ruda, inteligente que no se deja burlar de nadie? Le habían dicho innumerables veces, pero no lo entendió. Jamás entendió en ese lapso de tiempo y no logra comprender cómo fue que soportó tanta humillación de una persona que se hacía llamar "novia".
Definitivamente no volvería a suceder, ya no. Si el resultado era estar sola para siempre lo aceptaría agradecida porque nadie volvería a burlarse de ella.
De repente, pensó en la chica rubia del centro comercial. No la conocía, no sabía absolutamente nada de ella, sólo que era muy bonita, tenía unos ojos azules bellísimos... sin querer Alex sonrió. La imagen de esa chica rubia le hizo sentir que el mundo no era tan malo, qué hay cosas bellas en la vida, como una puesta de sol, el cantar de los pájaros, el olor que deja la lluvia en el jardín... los ojos de esa rubia... increíble fue que solo con haberla visto unos segundos, le cambió el ánimo por unos instantes.
Volvió a beber agua. ¿Quién era esa rubia? ¿Por qué no dejaba de pensar en ella?
Su celular comenzó a timbrar. Se dirigió a la sala para sacarlo de su bolso y contestó.
-Hola Nicky.
-También me da gusto escucharte Vause.
-Eso lo sé- dijo sonriendo.
-Vaya... al grano. Necesito que vengas a revisar el restaurante. Está quedando perfecto pero tengo duda en unos letreros, no se en donde colocarlos.
-¿Es urgente?
-Para mí lo es. Además tengo que ir a recoger las tarjetas que mandé a hacer, los menús...
-Está bien...
-Sé que no tienes ganas de nada... pero tienes que distraerte, luchar por ti y de paso ayudarme a mi- Alex sonrió
-Sí Nicky, muchas gracias.
-No agradezcas, mejor ven a ayudarme con esto.
-Ok, te veo en media hora.

No me bajes de esta nubeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora