Comprensión

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Alex llevó a Piper a su casa, puesto que Piper tenía que descansar y guardar reposo por indicaciones de la doctora, al menos una semana cuando le quitaran las puntadas.
En el transcurso a casa, ambas compartían miradas, sonrisas, una inmensa alegría que ninguna podría describir pero que sí sabían el por qué. Quizá fue todo muy rápido o quizá se habían demorado mucho en dar este nuevo paso que estaban viviendo. Lo importante para ellas en ese momento, era el permanecer juntas y disfrutar de la nueva experiencia que les fue obsequiada después de todo lo que habían vivido.

Al llegar a la casa, Piper invitó a pasar a Alex, quien aceptó para poder acompañarla por un momento más, antes de volver al restaurante.

-¿Gustas algo de tomar?
-No, gracias...
-¿Segura?- la vio fijamente por unos segundos.
-Segura. -sonrió - ¿no crees que sería mejor que te recostaras?
-No, no lo creo. - Ambas rieron.
-Piper, necesitas reposar. No me gustaría que por alguna razón esa herida que tienes se abra...- dijo Alex en tono preocupado.
-Alex... estoy bien, estaré bien, me siento bien... además la herida que tengo no es profunda, así que despreocúpate.- se acercó a ella, colocando sus brazos al rededor de su cuello para abrazarla. - Deberías preocuparte por otras cosas...
-Mmm... ¿qué cosas?
-Como en complacer... me ...- acercó sus labios al rostro de Alex..
-¡Piper!- dijo Alex sorprendida.
-¡Sólo estoy hablando de besos! Jajaja...

El teléfono de Piper sonó, por lo cual se alejó de Alex para poder responder. Alex la veía con una sonrisa.

-¿Hola?
-¡Piper! ¿Por qué no nos llamaste? Tuvimos que enterarnos por terceras personas...
-Mamá...- dijo en tono decepcionante.
-¿Estás bien?...
-Sí. Estoy muy bien.
-¿Qué pasó? ¿Estás sola? ¿Cuando vendrás?
-Pasó lo que tenía que suceder. Te llamo después.
-Eso me dices siempre Piper. No sabemos nada de ti, sólo dices que vendrás, que nos llamarás pero jamás hay una respuesta de tu parte. Estamos preocupados por ti...
-He tenido mucho trabajo... pero estoy bien...
-Somos tu familia Piper...nos estás dejando de lado y no sabemos por qué.
-¿Podemos hablar después?
-Piper no es justo que nos trates de está manera.
-Mamá, por favor... hablamos después...- colgó la llamada.

Piper vio al suelo, dando la espalda a Alex. La llamada de su mamá provocó un cambio total en su actitud pero no quería demostrarlo. Respiró profundo. Alex se acercó a ella, preocupada.

-¿Estás bien?...- le tocó el hombro.
-Sí... - se giró para quedar frente a ella. -Estoy algo... alejada de mi familia... lo siento por lo que escuchaste...
-No pasa nada. - se acercó más para abrazarla.

Piper se dejó llevar por el contacto de ese abrazo, el cual le ofrecía la más pura muestra de apoyo sincero, acompañado de cariño y a su vez, preocupación.

-Quisiera irme a recostar... -dijo Piper con tono desanimado.
-De acuerdo. Te acompaño. - Piper sonrió.

Por un momento, Alex se incomodó al ver el cambio repentino en Piper. Percibió una especie de tristeza, enfado y estrés. Quería saber más sobre esa situación y poderle dar un mejor apoyo, pero sentía que quizá iría muy rápido queriendo indagar más en la privacidad de ella. Optó por guardar silencio, tomarla de la mano y acompañarla hasta su habitación. Ninguna dijo nada en el trayecto.

Piper se sentó en la cama, recargándose en la cabecera lentamente.
-Ven... no te vayas todavía. -Le hizo una seña para que se sentara en la cama.
Alex se sentó a su lado, viéndola de frente con mucho cariño. Ambas se limitaron a verse por un momento. Piper tomó la mano de Alex , acariciando el dorso sutilmente. Esa sensación agradaba a ambas, el sentir levemente el contacto entre ellas, regalando cargas de energía que las tranquilizaba inexplicablemente. Alex se acercó más a Piper. Necesitaba besarla nuevamente, sentir ese fino contacto de los labios de la mujer a quien le tenía un cariño inigualable. Estrechó sus labios con los de ella quien automáticamente los recibió con dulzura, dejándose guiar por la emoción que su cuerpo fue liberando en ese momento... un beso tranquilo, cargado de amor.

Cuando ambas se separaron, los ojos de Piper comenzaron a brillar. Alex acarició la mejilla de Piper.
-Alex... hay muchas cosas que quisiera contarte... pero me avergüenzo.
-No tienes por qué avergonzarte Piper. Todos alguna vez hemos hecho algo que no puede estar bien ante los ojos de los demás... pero yo no soy como los demás. - Se acercó para darle un beso en su frente. - ... puedes decirme lo que quieras, conmigo no tienes por qué sentirte avergonzada. - Le dijo con cariño.

Piper sonrió levemente, ya que sentía que sus emociones, le impedían hablar en ese momento. Agradecía el tener a Alex en su vida, quien a pesar de haberla conocido hace unas semanas, le demostraba que era la persona indicada en su vida. El grado de comprensión que Alex ofrecía, jamás lo había sentido.

-No tienes por qué decirme todo hoy. Podemos ir despacio. Siempre habrá algo qué contar... también tengo cosas que decirte. Podremos abrirnos cuando veamos que sea el momento indicado. No te presiones, sólo deja que todo fluya...
-¿Por qué eres tan comprensiva?
-Porque mereces que lo sea.
-¿Cómo sabes que lo merezco?
-Porque a pesar del poco tiempo de conocernos, puedo asegurar que... lo mereces. Quizá cometiste alguna falta en tu pasado, pero, ¿quién no lo hace en su momento? Eres una buena persona Piper, lo percibo y no tengo duda.

Piper tomó la mano de Alex, la acercó a sus labios y le plantó un tierno beso mientras la veía a los ojos para después regalarle una sonrisa.

No me bajes de esta nubeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora