Empiezo a correr siguiendo las direcciones que me ha dado Annabeth. Oigo ruidos de espadas, metal contra metal, el silbido de las flechas surcando el cielo, pero yo solo estoy concentrada en ir corriendo hacia delante, con mi arco ya en la mano por si acaso alguien se adentraba en mi camino. Llego a mi destino, me paro debajo de un árbol para recobrar el aliento y ponerme en guardia. El plan es fácil, desde donde estoy, un lugar bastante elevado respecto al resto, podré ver a Percy correr y a los que vayan a por él.
Y le veo, está luchando contra alguien. Coloco bien mi arco y cojo una flecha, tenso la cuerda y disparo. Afortunadamente le doy en el pecho, bien protegido por la armadura, pierdo unos segundos en ver si esta bien y coloco una segunda flecha. La persona a la que disparé mira primero a su pecho y luego hacia donde ha salido la flecha, no me puede ver porque estoy bien escondida detrás del árbol. Como mi trabajo aquí ya se ha acabado empiezo a correr sin perder de vista a Percy. Vuelvo a hacerlo otra vez y asi otras cuantas más. Yo de momento no he encontrado a ningún contrincante, pero tampoco hemos encontrado la bandera. No tengo ni idea de como les va a los demás, de si están heridos o si están a punto de encontrar la bandera.
De repente veo un destello azul detrás de un árbol, me olvido de Percy y me acerco a ver lo que es, eso si, con el arco en la mano.
¿Es un oso ese que está vigilando? Me cuesta unos segundos en darme cuenta de que no es un oso, si no Clarisse. Con ese cuerpo tan corpulento puede confundir a cualquiera.
No habíamos planeado que esto saliera así, irme para atrás no sería una solución, yo no soy una cobarde, además me escucharía y no soportaría que me viera largandame de donde está, pero enfrentarme a ella es otra cosa, yo nunca he peleado contra nadie y el arco solo le usado un par de veces. Pero caigo en la cuenta de algo, tengo el poder de mi madre, la sabiduría, una de las armas más poderosas de todas, y me pongo a idear un plan.
Empiezo tirando un par de piedras para que piense que son pisadas, las intento tirar algo lejos, para que se valla de allí y pueda coger la bandera.
Al escuchar el ruido de las piedras cayendo se levanta de golpe.
-¿Quién anda allí? Pobre de ti, cobarde, que no muestras tu cara, ¿acaso te doy miedo?- se rie fuertemente, aunque sin quitar ojo al bosque- ¿no sales? peor para ti, voy yo.- coge la lanza que tenía apoyada al lado de la bandera, y dándola vueltas con la mano se adentra.
Me estoy acercando a la bandera cuando vuelvo a escuchar su voz.
-¡Cobarde!- y sin previo aviso vuelve y me ve a unos metros de la bandera- Ajá, sabia que había alguien, eres nueva ¿verdad? Te tendré que llamar Cobarde.
-¿Cobarde yo? No sabía yo que los cobardes son los que salen solos por el bosque en su primer día en un lugar lleno de gente con armas.- digo yo, y levanto la cabeza orgullosa.
-¿A sí? Pues comprobemoslo- acomada su lanza y lanza.
Mi primer impulso me manda coger mi daga y desvío la lanza cortandola a la mitad.
-¿¡Qué eso es imposible?! ¡Esa lanza es de mi padre, no la puede partir en dos partes una simple daga!-se queda mirando a la lanza rota.
Aprovecho este momento y corro hacia la bandera y la cojo. Por mis venas corre una alegría máxima. Yo, en mi primer día, lo había conseguido. Pero de repente siento un dolor en la pierna y con la la bandera en la mano me caigo al suelo.
-¡Tu! ¡Tu has roto mi lanza, es todo culpa tuya!- me dice roja de la rabia, por el fondo veo que se hacercan varias personas.
-¿Mi culpa? ¡Lo que te pasa es que no soportas que una en su primer día te halla ganado!- digo, y es la rabia la que hace que me ponga de pie.
-¡Pararos las dos ya! Clarisse, ¿qué pasó con el juego limpio?- Es Quirón el que llegó el primero- tirarle una flecha a la pierna cuando Lucía ya tenía la bandera ha estado muy feo.
-¿Elisa, eh? Bienvenida al Campamento Mestizo, ya verás la bien que te lo pasas.- dice marchándose de allí.
-Bienvenida al club Los más odiados por Clarisse,- me giro y veo que es Percy quien está hablando- Ven, tienes que ir a la enfermería para que te vean esa herida. ¡Además tienes que estar bien para celebrar que has conseguido la bandera! - me dice sonriendo e indicándome el camino a la enfermería, le de devuelvo la sonrisa y le sigo.
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Vida de una semidiosa
FanfictionElisa es una chica de 15 años que vive en Nueva York. Ella siempre ha sabido que era diferente a los demás, pero no sabía porque. El primer día de las vacaciones de verano, Elisa se despierta y su padre la dice que se va de campamento. La habla de...