Misterioso regalo

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El camino se hace largo, Quirón y Jack van adelante hablando y el lobo los sigue a un lado, pero cuando llegamos al campamento a todos nos sube el ánimo pensando en nuestras suaves camitas que nos están esperando.. Cada uno va a sus respectivas cabañas, menos Quirón y Jack. Yo voy con Annabeth a la cabaña 6, ninguna de las dos habla, estamos muertas de cansancio y solo queremos irnos a dormir.

Entramos y ya todo el mundo esta dormido, no todo, hay alguien que bajo la tenue luz de una lamparita está leyendo un libro, veo que está al lado de cama y ya se que es Kat.

-¡Oh! No os esperábamos está noche, pensábamos que os ibais a quedar allí a dormir, por eso no os hemos preparado ninguna fiesta de bienvenida ni nada, -dice susurrando mientras cierra el libro y se incorpora- bueno, ¿la tienen? ¿por qué no os habéis quedado allí a pasar la noche?

-No, pero duerme, mañana va a ser un día duro. Supongo que Quirón convocará una reunión para todos los campistas, -dice poniéndose el pijama y entrando en la cama- sobretodo después de los múltiples acontecimientos de esta noche.

-¿Qué múltiples acontecimientos? -me pregunta Kat, porque ve que preguntarle a Annabeth es perder el tiempo ya que está en el reino de los sueños.

-Aparte de que no sabían nada respecto a la profecía, cuando volvíamos nos hemos encontrado con alguien, -mientras me meto en la cama, me hago un moño en el pelo y me pongo cómoda para proceder con la historia- un tal Jack, iba con un gran lobo blanco y sabía quien era Quirón, -mientras hablo me fijo en su cara, en como se mueven sus rasgos de expresión. Me encanta mirar a la gente cuando hablo, para ver que cara ponen cuando les cuento las cosas, para ver como reaccionan- creo que ahora han ido a la casa Grande para hablar.

Nos quedamos hablando un rato más las dos, ella me cuesta lo que han hecho aquí y yo la cuento lo que hemos hecho nosotros allí, pero al fin y al cabo el sueño nos gana a las dos y nos dormimos.

A la mañana siguiente todos nos levantamos a la vez, nos vestimos y nos ponemos en fila para ir a desayunar. Todo el mundo está muy excitado y quieren saber de una vez lo que pasó. Annabeth y yo les contamos todo lo que sabemos, pero ellos necesitan más información, y no son los únicos. Cuando salimos en una fila de la cabaña para ir al pabellón del comedor el sol me ciega los ojos por un momento, pero cuando ya me acostumbro a la luz veo que todos están saliendo, también veo que Jack sale de la cabaña 11, eso será porque todavía no saben quien es su padre. 

-Cuando termineis todos, por favor reuniros conmigo en la cancha de volleyball, hay un par de cosas que me gustaría comentaros. -dice Quirón levantandose de la mesa para que le prestemos atención, todos estamos comiendo o haciendo nuestras ofrendas a nuestros respectivos padres y esto nos pilla por sorpresa, aunque lo estuvieramos esperando, y en todas las mesas comiendo a susurrarse el posible discurso de Quirón.

-Ya era hora de que nos dijera algo, -dice Kat, mientras se mete un trozo de fresa en la boca- esta intriga me estaba matando, y como hija de Atenea me gusta estar siempre informada de las cosas, supongo que tu sentirás lo mismo. -y sí lo sentía, aunque huviera ido con ellos al Campamento Júpiter y había visto con mis propios ojos como aparecía aquel misterioso chico de la nada, necesita respuestas para muchas cosas, y la espera estaba acrecentando las dudas sobre todo, y como a Kat, la espera me está matando.

A medida que vamos acabando nos vamos a la cancha de volleyball, cuando llegamos Kat y yo ya está casi llena, pero no se como hacemos para conseguir sitio en las primeras filas. Veo a Travis en un lado, me saluda y me sonríe, y yo le saludo a él, me gustaría ir donde donde está y poder explicarle todo lo que ha pasado y decirle todas las preguntas que tengo para ver si él tiene respuestas, pero una marea de gente me lo impide. A su lado veo a Jack, le han dado una camiseta del Campamento Mestizo, pero al parecer no está cómodo con ella,  a decir verdad le queda muy bien, aunque estaba mejor con su ropa negra, y creo que eso es lo mismo que piensa él. No veo al lobo por ningún lado, y eso me tranquiliza, esos ojos rojos siempre fijos en ti te consiguen poner muy nervioso.

-Como ya todos sabreis, no hemos obtenido ninguna respuesta en el Campamento Júpiter, aunque si nos han dicho que nos van a ayudar en todo lo que puedan, armas, campistas, libros... Aunque muchos estaís exigiendo que os digamos la profecía, hasta que no sepamos el final no creo que debamos decir nada, no porque no confiemos en vosotros, si no para evitar posibles malas interpretacines de esta, espero que lo entendais, -dice Quirón, y cuando habla todo se queda en silencio, solo se escucha el sonido se sus palabras- Y ya que tambien todos estais hablando de Jack, es solo un campista nuevo, de momento no sabemos claro quien es su padre, por eso está en la cabaña de Hermes. Todos los que crean que saben algo de la profecía por favor que se acerque a la casa Grande, toda ayuda es bien vista.

Quirón sigue hablando más sobre otros temas como el próximo Captura la Bandera, horarios de entrenamientos y cosas así, pero a la mayoría no nos interesa y nos vamos. Kat decide quedarse ''Es muy importante saber esto, Elisa, ¿y si te confundes de hora para el entrenamiento?'', bueno, se que luego me lo contará, con todos los detalles, así es ella. 

Me doy cuenta de que no llevo puesta la pulserita que me regaló mi padre por mi décimo cumpleaños, no recuerdo cuando me la quite, porque siempre la suelo llevar puesta, es como mi amuleto de la suerte y me da mucha confianza. Voy directa a la cabaña 6, pero cuando me estoy acercando veo a Nieve, el lobo de Jack, al rededor de la mi cabaña, la puerta está entreabierta, pero el lobo no ha podido abrirla él, solo es un lobo, seguramente nos la habremos dejado abierta nosotros cuando salimos con tanto prisa por la mañana.

Cuando entro la cabaña está vacía, ya que todos mis hermanos están en la cancha o entrenando. A dentro hacia muy buena temperatura comparado con la de el exterior, las cortinas están corridas, impidiendo que entre el calor y que salga el fresco. Me acerco a mi mesita, abro el cajón y cojo la pulsera, me la pongo y me dispongo a irme cuando algo en mi cama me llama la atención. Encima de mi colcha hay un huevo, del tamaño de una patata bien grande. Me acerco, intrigada, y cuando le toco me sorprende el calor de este desprende. ¿Quién los habrá puesto allí? ¿Por qué en mi cama? ¿Tendrá algo que ver con el lobo? Supongo que quien los has dejado aquí los abrá puesto en mi cama por algún motivo, pero todavía no estoy segura de cual será. Nunca he visto un huevo tan grande y tan extraño, tiene como escamas, y estas son de un color cobrizo. Me siento en la cama y cojo en huevo con las dos manos, observándolo bien. Tiene que haber algo dentro del huevo, por que si no no desprendería calor, eso está claro, ¿pero qué hay dentro? es un huevo muy grande. Decido no contárselo a nadie, abro el cajón con cerradura de mi mesita, pongo un cojín pequño en el fondo y acomodo el huevo allí, pongo más cojines alrededor del huevo para que le den calor, como si su madre le estuviera incubando, y cierro la cerradura. Ato la llave a la pulserita, y me voy directa a la casa Grande, no le voy a decir a nadie lo del huevo, pero necesito saber que dice la preofecía, están pasando cosas muy raras y no puede ser casualidad.

Cuando salgo de la cabaña cierro la puerta, y me vuelvo a asegurar de que está cerrado, solo por si acaso, y cuando me giro y me encamino hacia la casa Grande veo a Jack y a su lobo mirando hacia mi, estarán a unos diez metros de mi, pero puedo notar su mirada clavada en la mía. Tras unos segundos él prosigue su camino con su inseparable lobo tras de él.

Me quedo unos segundos más donde estoy pensando en lo extraño que es todo esto que acaba de pasar, y se claramente que necesito saber la profecía, con o sin final.

Vida de una semidiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora