La eclosión

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Cuando entro en la casa Grande, todo está en calma y en silencio, solo oigo unos ruidos de cascos que significan que Quirón está dentro. Voy hacia la puerta de su despacho; cojo aire, llamo y abro la puerta.

-¿Quirón, puedo entrar? -él está detrás de un gran escritorio mirando unos papeles, se fija en mi y arquea las cejas- Solo será un momento, y es algo importante.

-Pasa, pasa, siéntate, ¿quieres algo de beber o de comer? ¿no? bueno, da igual, ¿de qué querías hablarme? Espero que sea algo importante, porque tengo mucho trabajo que hacer.

-Solo te quería pedir una cosa, eh... ¿podría ver la profecía? Ya sé que dijiste que hasta que no hubiera final era mejor no verla, pero siento como si debiera verla, algo dentro de mí lo está pidiendo a gritos. Y además podría ayudar a descubrir el final, ya que cuando fuimos al Campamento Júpiter no me dejasteis hacer nada, me siento en deuda con vosotros.

-Elisa, sinceramente no creo que sea buena idea, y además si los demás campistas se enteran de que tu la has visto las querrán ver ellos, y entonces tendremos mil posibles finales a la gente inventandosé mil más, ¿lo entiendes? -me dice cruzando los brazos sobre el pecho.

-Sí, pero...

Y cuando iba a defender mi teoría, aparece un campista por la puerta del despacho, le falta el aliento, como si hubiera venido corriendo para contar algo importante. Primero me mira a mi, luego a Quirón, pero este le hace un gesto con la mano para que lo cuente. Eso me gusta, porque aunque no quiera contarme nada de la profecía, confía en mi lo suficiente como para que pueda escuchar lo que le vienen a contar en su propio despacho.

-Siento no interrumpir, solo quiería decirte que el chico del lobo ya ha sido reclamado. No se como a sido, solo soy un mensajero, pero me han dicho que se lo han llevado a la cabaña 7.

-Vale, muchas gracias, diles que ahora voy para allá, quiero hablar con Jack. Bueno Elisa, nuestra charla acaba de terminar, sabes que me encantaría contároslo, pero es mejor que de momento no. -me dice, sale de detrás de la mesa y cuando está a mi lado me revuelve el pelo y me deshace la trenza- Y será mejor que vallas a entrenar, no sea que pierdas esas maravillosas dotes tuyas con el arco.

Cuando se cierra la puerta pienso en dos cosas. La primera es Jack, la cabaña 7 es la cabaña de Apolo, los conozco, son muy majos y le tratarán bien, aunque no puedo decir lo mismo al revés. La segunda es que Quirón es muy listo, él me dijo que no me iba a decir la profecía, pero en ningún momento me jo que no lo podía ver. Cuando se fue no guardo los papeles, si no que los dejó donde estaban, encima de la mesa, donde pueden ser vistos por cualquiera. Y todo esto no son imaginaciones mías, porque antes de marcharse por la puerta me guió el ojo, y ahí fue cuando  lo comprendí. 

Me acerco a la mesa despacio, y miro por encima los papeles, pero no encuentro lo que busco, así que aparto los de arriba, y allí está. Escrito con una letra borrosa, como si cuando lo hubieran escrito lo hubieran hecho rápido. Lo cojo entre mis manos y lo leo.

Del cielo ayuda recibiremos con garras y fuego, / la madre del fuego y el lobo partirán sin ruego.        Juntos todos deberemos luchar contra su juego, / el mundo conocido vivirá o perecerá bajo....  


Y ya está, eso es todo, y no me saca de nada. Supongo que pensaba que encontraría la respuesta con solo mirarlo, como si fuera por arte de magia, pero estaba equivocada, solo son cosas sin sentido que pueden significar cualquier cosa. Pero eso del lobo, ¿se referirá a Jack? porque no se que otro lobo puede ser. Decido copiarla en un papel para poder tenerla yo y meditarla más a fondo, pero no se lo diré a nadie, Quirón ha confiado en mi, y no quiero que deje de hacerlo, y antes de marcharme dejo todo como estaba, porque aunque Quirón sabía lo que estaba haciendo lo sdemás no, y puede que piensen que he entrado en su despacho a la fuerza para poder ver la profecía. Voy a mi cabaña y la guardo en el cajón junto al huevo, lo cierro todo con llave y me voy a entrenar.

Me olvido de todo lo relacionado con la profecía y me concentro en acertar el centro de la diana al tirar con los cuchillos, cosa que se me da algo mal, pero todo se pude conseguir con esfuerzo, y por eso sigo practicando, aunque esté deseando que se pase ya y me toco el entrenamiento con tiro con arco. Cuando ya voy por la segundo ronda de tiros fallados veo que Quirón sale de la cabaña 7, seguro que habrá estado hablando con él sobre algo importante, porque para estar tanto tiempo allí... y de repente caigo en la conclusión de que igual Quirón también ha podido pensar que el lobo es Jack, o quizá sean solo imaginaciones mías.

-Elisa,si no te concentras nunca acertarás, sigue practicando. -me dice el instructor destrás mio.

-¿Donde has estado? -dice Kat poniéndose en la diana al lado de la mía- te he estado buscando y no te he encontrado por ningún lado. -me dice mientras tira con una precisión impresionante.

-Eh, he ido a ver a Quirón para ver si me podía decir la profecía. -digo encogiendo los hombros. 

-¿Y te la ha dicho? -me pregunta extrañada. No me gusta mentir, y menos a Kat, por eso busca la manera de no hacerlo  ocultando la verdad un poco.

-No, no me la ha dicho. -la dijo, 'la he visto' pienso.

Después de comer tenemos un rato libre antes de seguir entrenando en el que cada uno puede hacer lo que quiera, sin salirse del campamento, claro, y yo aprovecho esto para ir a ver al huevo.

Cuando entro en la cabaña no hay nadie, todo el mundo está afuera disfrutando del día, y yo los acompañaré cuando termine de ver como están los huevos misteriosos. Abro el cajón y observo que todo está tal cual lo dejé, pero parece que el huevo desprende más calor que lo habitual. Le cojo entre las dos manos para observarle más de cerca, y noto como algo se mueve dentro de el huevo, este sensación, estrañamente, me reconforta. Le vuelvo a dejar en el cajón y lo cierro. Me estoy girando para marcharme por la puerta cuando de repente oigo un ruido procedente del cajón. Y oigo otro ruido, y otro. Me asusto pensando que al dejar el huevo lo he hecho demasiado fuerte y lo roto. Abro el cajón y, muy impresionada, veo que el huevo está eclosionando, aunque parte de él ya está roto y puedo apreciar un color azul oscuro en el fondo matizado por lo que parece el brillo de unas escamas.

Vida de una semidiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora