La misión

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Thalia me guía hasta la cabaña de Zeus, la cabaña 1. Sus grandes puertas de bronce, tienen ahora un color anaranjado debido a la puesta de sol. Nos sentamos en las escaleras de acceso a la cabaña.

-Quiero que te unas a las Cazadoras, -me dice mirándome directamente a los ojos- por lo que me han dicho eres genial con el arco y las flechas, y eso que solo llevas aquí, ¿qué, tres días?

-¿Qué? -esto me pilla algo desprevenida, ya que ni siquiera se que son las Cazadoras

-No pongas esa cara, no somos una secta o una cosa por el estilo. Ya sabrás que Artemisa no tiene relaciones con los chicos y que por eso no tienen hijos, bueno, pero para eso estamos nosotras, Las Cazadoras de Artemisa, toma -dice sacando un papel del bolsilla de su sudadera- esto te ayudará a decidir, pero nos vamos mañana por la mañana -dice levantándose- serías alguien muy grande en las cazadoras, Elisa. Puede que sientas que no encajas aquí, en el campamento, pero con nosotras será diferente.

La verdad es que me sorprende más que se hallan fijado en mi a que tengan un folleto de información para las interesadas que se quieran unir a las cazadoras. Guardo el papel en el bolsillo, pero desecho la idea por completo, ahora ya he encontrado un hogar, un poco peligroso, sí, pero esta gente es mi familia, y además ¿qué es eso de que no podemos hablar con chicos?

Decido no contárselo a nadie, y voy a buscar a Kat. Cuando paso por la casa Grande, Quirón sale y me para.

-Elisa, como el dragón ya se está haciendo grande, será mejor que le busquemos un lugar mejor que escondido en el bosque, ¿no te parece?

-¿Qué? -digo alarmada.

-¿De verdad pensabas que ibas a poder ocultarlo de mi?

-¿Cómo lo has sabido? -digo arqueando las cejas.

-No eres la única que ha leído la profecía, Elisa. Es mejor que lo enseñemos ahora, que no más tarde cuando ya sea muy grande. Tráelo.

Me quedo parada un momento pensando en lo que acaba de pasar. Sabe que Gwyllt existe, por una parte es bueno, porque no hay que esconderlo, pero por la otra tengo miedo por él. Me adentro en el bosque y me lo encuentro adormecido. Ya casi tiene el tamaño del lobo de Jack.

-Vamos Gwyllt, te tenemos que presentar.

Al parecer el dragón me ha entendido, se levanta, se sacude y abre las alas y emprende el vuelo. Va justo volando por encima de mi. Cuando salimos del bosque y estamos a la vista de todo el mundo, muchos comentarios empiezan a llegar a mis oídos.

<< "¡Mirar, en el cielo!", "¡Es un dragón!", "Viene con Elisa", "¡Un dragón! >>

Cuando llegamos al centro del campo de entrenamiento, ya toda la atención recae en mi, Gwyllt, se deja posar a mi lado. Los campistas susurran a mi alrededor, también veo aparecer a Travis por un lado, blanco de la incredulidad y en la cara una mueca de sorpresa. Jack, sale corriendo detrás de un grupo de gente, me mira asustado y yo solo puedo encoger los hombros y esperar.

-Ya es hora de que todos escuchéis el pedazo de profecía que tenemos, -dice Quirón en voz bastante alta para que le escuche todo el mundo- No os preocupéis por el dragón de Elisa, mientras este ella aquí no os hará nada, -me dedica una sonrisa, pero luego se vuelve a dirigir a los campistas-  Del cielo ayuda recibiremos con garras y fuego, / la madre del fuego y el lobo partirán sin ruego. Juntos todos deberemos luchar contra su juego, / el mundo conocido vivirá o perecerá bajo....  

Todos los murmullos y susurros han desaparecido, solo se escucha la respiración de Gwyllt.

-Supongo, Elisa, que ya habrás descifrado la mayor parte, -asiento, mientras me toco el anillo que me ha dado mi madre- Jack, acércate. Dragón y lobo, -Jack, se pone a mi lado, como es más alto que yo, tengo que levantar la cabeza para mirarle a los ojos, los cuales muestran más confianza de la que hacen los mios- Tenéis una misión, una muy importante, de vosotros depende encontrar el resto de la profecía, y también, combatirla. Pero como en cada misión van tres campistas, os falta uno, -cuando Quirón dice esto, los ojos con los que primero me encuentro son con los de Travis, este se adelanta y poco a poco se va acercando. Otros campistas se proclaman como los mejores para la misión, pero yo solo escucho ruido, hasta que Travis grita su nombre, de inmediato miro a Quirón con una suplica en los ojos, él no me mira, pero asiente- Travis Stoll, tu serás el tercero. Os marcháis mañana.

Una vez dicho todo esto, Gwyllt despliega sus alas, despega y vuela en dirección al bosque. Travis nos arrastra a Jack y a mi hacia un lado donde no hay nadie.

-Vale, explicadme que está pasando aquí.

-Es una historia muy larga -dice Jack poniendo los brazos sobre la cintura.

-La madre de Jack tenía un huevo de dragón, no me preguntes por que porque no lo se, y le dijo que me lo diera. Pues bueno, se abrió y de allí salió Gwyllt -digo rápido.

Al parecer Travis no sabe que responder porque no dice nada, se revuelve el pelo y resopla, pero no está convencido del todo.

-¿Y a donde ha ido ahora tu dragón?

-Ha ido al bosque, donde se pasa el día -le digo intentando tranquilizarlo.

-Me voy a buscar a Nieve, quiero hablar contigo antes de dormir, Elisa, ¿vale? -me dice Jack.

-Claro.

-Ya sabía yo que ese era algo raro -dice Travis cuando se va Jack.

-Pues si lo tiene él también lo tengo yo, porque los dos estamos metidos en esto, -esta respuesta no se la esperaba, porque se queda callado- bueno, ahora los tres.

-Sí, los tres. Yo, tu... y él.

Vida de una semidiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora