《GGGRRRRRRRRRRRR》
Mientras corro hacia aquel monstruo se me pasa por la cabeza la ligera idea de que solo llevo aquí tres días, y que casi no tengo ni idea de pelear. Deshago la idea tan rápido como puedo y sigo corriendo hasta llegar a un lugar alto donde puedo verlo todo. Ahora que veo al monstruo con claridad que es una quimera. Un gran monstruo con cuerpo de cabra, y tres cabezas; una de león, otra de dragón , y la última de cabra. Y también asustaba por tres. En este momento solo me acuerdo de eso, no de los puntos débiles.
Pongo una flecha en el arco y cojo aire. Hay muchos campistas luchando con espadas y hachas a su alrededor. Decido apuntar al ojo, bueno a uno de ellos. Disparo, y la flecha va derecha al ojo derecho de la cabeza del león. Este ruge, rápidamente pongo otro flecha y disparo, cierra el ojo por el dolor y cuando le vuelve a abrir le tiene rojo, lleno de sangre. La quimera ruge y de la cabeza del león empieza a escupir fuego, mientras las otras dos intentar matar a los campistas. El fuego incendia un árbol cercano, pero no le dan mucho importancia ya que todos siguen luchando.
Pero hay una cosa que me llama la atención, el ojo en el que acerté está tan rojo que no creo que la cabeza de león pueda ver algo por él. Esto me da ánimos y decido disparar a todos los ojos restantes.
《GGGRRRRRRRRRRRR》
Yo sigo disparando, y mis compañeros se dan cuenta de lo que estoy haciendo, así que cuando disparo a los ojos de una cabeza ellos van rápidamente donde ella y la intentan cortar. Así es como acabamos con la cabeza del león. De repente veo como Will Solace, de la cabaña de Apolo, sube donde estoy yo.
-Buena jugada, Elisa, -me dice mientras tensa una flechan en el arco y dispara- no se nos habia ocurrido.
-Bueno, hay que estar rápido en estos momentos. El miedo me despierte, y aprovecho eso.
《GGGRRRRRRRRRRRR》
Mientras la bestia ruge, el fuego ha pasado de un árbol a otro y ahora, aparte del gran monstruo que lo aviva cada vez que le hacemos daño, una parte de la colina está en llamas, pero las ninfas vienen con cubos de agua para intentar apagarlo, pero ese es el menor de mis problemas. Entre Will y yo conseguimos cegar a la cabeza de dragón, y los demás consiguen cortársela. La quimera se ha vuelto más astuta, y protege más a la última cabeza que la queda, ya que es su último recurso. Esta no puede escupir fuego y protegerse a la vez, así que acabamos con ella rápido.
-Será mejor que baje a ver si puedo curar a alguien, -se cuelga el arco a la espalda- luego nos vemos. Bien hecho.
Yo también me cuelgo el arco a la espalda y voy bajando. Mientras la hago pienso en que el arco ya es una parte más de mi, una prolongación de mi brazo, y eso que solo hace tres días que estoy aquí.
Cuando llego a donde ha sido la batalla, veo que solo quedan las cenizas de la quimera, que irán pronto al Tártaro. El fuego ya se ha extinguido. Algunos campistas se van a la enfermería a curar sus heridas, otras se abrazan y se felicitan por la victoria. Pero yo solo puedo pensar en lo poco que ha faltado para que alguien muriera, y que hacía ese monstruo allí. Algunos me dan palmaditas en la espalda y me felicitan, esto me hace desconectar de los pensamientos anteriores, pero se que no los tengo que dejar muy al margen y que debería hablar con Quirón al respecto, pero ahora decido relajarme, y disfrutar de la victoria.
-¿Fue la idea tuya? ¡Imaginate, vimos una flecha atravesando el cielo que iba directa a su ojo, ahí nos dimos cuanta de que estábamos enfocando la luchan mal! -me dice Travis, que ha aparecido por detrás mio, al parecer solo tiene la camiseta un poco chamuscada.
-Yo simplemente disparé, vosotros fuisteis los que os disteis cuanta de todo, -digo encogiendo los hombros- no es ningún mérito. ¿Dónde está Kat, está herida?
-La quimera la ha cortado un poco el brazo con las garras, pero se pondrá bien.
-¡Elisa! Nos ha contado Will todo lo que ha pasado allí arriba, -Annabeth viene corriendo hacia mi- muy buena idea, ¡sí es que eres una hija de Atenea, nosotros tenemos las mejores ideas!
-Bueno... -digo, no me gusta que lo gente haga esto, soy algo tímida y esto me pone muy nerviosa.
Quirón se acerca donde estamos y pregunta si todos estamos bien. Veo que por detrás va Jack con sus compañeros de la cabaña 5. Decido ir a ver a Kat a la enfermería, así que me despido de todos y voy para allá.
De repente, delante mio aparece una mujer. Sus grandes ojos grises me están llamando, y yo me acerco.
-Hoy lo has hecho muy bien, mi niña -dice posando una mano en mi hombro.
-Mamá, ¿por qué te presentas tan tarde? -viste con una túnica, y su pelo está recogido en una corona de trenzas- pensé que te habías olvidado de nosotros, o que nos habías abandonado, y nunca te vería.
-No pienses esas cosas, mi niña, yo solo te quiría proteger, quiería lo mejor para tí, -me dice sonriéndome- y cuanto más tarde me conocieras a mi y lo que eres mejor más segura estarías.
-Pero no se, podrías haberme hecho alguna señal, no se, algo, para saber que estabas por alguna parte.
-Yo siempre he estado junto a tí, mi niña, aunque tu no te distes cuenta, -dice sonriendo- ¿te acuerdas de todos los libros que aparecían en tu habitación? Me acuerdo de cada vez que te traía uno era como si te hubiera traído el mejor regalo del mundo, aunque hablando de libros lo son; pero no solo en esa ocasión, ¿te acuerdas ese día en el zoo? O bueno, todos los días en clase te vigilaba. Siempre tenía un ojo puesto en ti, Elisa.
No se que responder a eso, me sonrojo y encojo los hombros. Supongo que era muy pequeña y no me dí cuenta de todo aquello, pero me hubiera encantado.
-He visto que utilizas el arco como si hubieras nacido con él en la mano. Eres una gran guerrera y una gran estratega. Te traigo un regalo, para que cada vez que te sientas sola veas que tu madre siempre estará contigo.
Me coge la mano y me pone en el dedo anular un anillo. Es sencillo, pero muy bonito, tiene una pequeña piedra marrón en el medio. Cuando levanto la mirada para agradecérselo y para preguntarla para que sirve, veo que ya se ha ido, y que donde había estado no hay nada. Me toco el anillo con el dedo, y de repente me acuerdo de que no se donde he puesto el arco y el carcaj. Cuando me quiero dar cuenta, el anillo se ha convertido en un arco y el la espalda un carcaj. Y me doy cuenta de para que sirve el anillo. Hago un movimiento con la mano, y el arco vuelve al anillo. Tengo que tocar el anillo y pensar en el arco para que salga de este. Un regalo super valioso.
-Gracias mamá -digo tocando el anillo.
Voy corriendo camino a la enfermería para contarle todo la sucedido a Kat, mientras acaricio el anillo.
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Vida de una semidiosa
ФанфикElisa es una chica de 15 años que vive en Nueva York. Ella siempre ha sabido que era diferente a los demás, pero no sabía porque. El primer día de las vacaciones de verano, Elisa se despierta y su padre la dice que se va de campamento. La habla de...